¿Qué es 'No Thanks'? La app para identificar (y boicotear) los productos vinculados a Israel

Montaje con el logo de 'No Thanks'.

Las tensiones en la Franja de Gaza están en aumento y, paralelamente, organizaciones e individuos buscan nuevas formas de expresar su rechazo al genocidio y su solidaridad con el pueblo palestino. Frente a las continuas matanzas y los bloqueos a la entrada de ayuda humanitaria en Palestina, una de las prácticas llevadas a cabo por activistas e individuos propalestinos es el boicot a los productos israelíes, es decir, evitar comprar productos que de alguna manera estén vinculados al país hebreo.

Para facilitar este acto de protesta, el joven desarrollador palestino Ahmed Bashbash ha creado No Thanks, una aplicación que permite escanear los códigos de barras de los productos que se pretenden comprar para saber si estos guardan algún tipo de vínculo, directo o indirecto, con Israel. Además, cuenta con una filosofía muy clara: "No queremos ganar dinero con ello, queremos generar conciencia", señala su creador. De hecho, cuenta que la empresa israelí JeddyApps ofreció comprarles el dominio, enviando "decenas de correos electrónicos", y a lo que solo respondieron un "no, thanks" (no, gracias), haciendo alusión al nombre de la aplicación. "Ni siquiera quisimos preguntar cuánto dinero nos ofrecían, es algo que teníamos claro desde el principio".

Además de leer códigos de barras, la plataforma también ofrece una lista de empresas relacionadas con el país, entre las que figuran marcas muy conocidas de alimentación como Alpro, Lidl, Burger King, McDonalds o KFC; de ropa, como Inditex o Massimo Dutti; de cosmética, por ejemplo, L'Oreal y Maybelline; o de tecnología, entre las que se encuentran HP, Intel o Meta. Estos datos, explica Bashbash, provienen de fuentes diversas, como las propias páginas webs de la empresas, investigaciones, etc.

La app no es solo una base de datos, sino que, de manera interactiva y sencilla, ofrece la posibilidad de poner en común valores y actos de consumo. Hasta ahora, cuenta con más de 11 millones de descargas en Android y sus usuarios están aumentando de manera exponencial en los últimos meses, indica el desarrollador.

¿Quién es Ahmed Bashbash?

La app parte de una persona que vivió en sus propias carnes la invasión de Israel en los territorios palestinos: Ahmed Bashbash. El joven desarrollador palestino creció bajo ocupación israelí y perdió a dos hermanos por las condiciones en las que vivían. De hecho, este contexto le forzó a emigrar a Hungría para estudiar ingeniería informática. "Cuando perdí a mi segundo hermano decidí que tenía que hacer algo por él, por mi hermana y por mi pueblo", señala el creador de No Thanks.

La primera de sus hermanas falleció en el año 2020, fruto de una enfermedad que no pudo ser tratada en ningún hospital palestino por falta de recursos. La familia hizo numerosos intentos para obtener autorización médica que le permitiera recibir tratamiento fuera de Gaza, concretamente, en Jerusalén, pero el permiso llegó demasiado tarde y la joven perdió la vida en una ambulancia camino del hospital. El segundo luto que sufrió Bashbash fue el 31 de octubre de 2023, cuando su hermano murió durante un ataque aéreo que el Ejército israelí lanzó sobre las viviendas de decenas de civiles.

Con una vida marcada por la ocupación, la plataforma surge como un homenaje a las pérdidas familiares de Bashbash pero, principalmente, como una herramienta de protesta y conciencia sobre las decisiones de consumo. "No quiero ir a tomar un café y que el dinero que yo pague por él acabe en manos de quienes asesinan a mi familia en Gaza. Y lo mismo con todo, cuando voy a comprar comida, ropa, artículos de higiene...", explica el desarrollador. "Esto no es una iniciativa antisemita", aclara, "es una forma de posicionarse contra el genocidio".

Alineados con el movimiento BDS

Si bien la aplicación No Thanks no está directamente vinculada, "por ahora", a ningún movimiento social concreto, sí que se alinea con las ideas de BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones), según aclara Bashbash, que asegura que ha tenido conversaciones con representantes de la corriente.

BDS surgió hace casi 20 años, concretamente, el 9 de julio de 2005, y fue el resultado de un llamamiento público llevado a cabo por más de 170 organizaciones palestinas. "A día de hoy es una de las mayores coaliciones de la sociedad civil en Palestina", indica a infoLibre Ana Sánchez, portavoz de la Red Solidaria contra la Ocupación Palestina (RESCOP). BDS, como indican sus siglas, gira en torno a tres acciones:

  • Boicot. Tiene que ver con los actos de consumo y el tipo de empresas que la ciudadanía acaba financiando. "Cuando nosotras compramos una determinada marca, no dejamos de estar validando, legitimando o apoyando las acciones que lleva a cabo esa marca", aclara Sánchez. "También hay acciones de boicot deportivo y cultural que tratan de rechazar la cultura, el arte o el deporte como herramientas para blanquear a un régimen genocida".
  • Desinversión. En línea con el boicot, la desinversión apela a gobiernos, poderes públicos y grandes empresas a romper sus relaciones políticas, diplomáticas y económicas con el Gobierno de Netanyahu y empresas israelíes. Un ejemplo de ello son las acampadas propalestinas en universidades de todo el mundo que, entre otras demandas, pedían a sus rectorados el cese de los contratos y acuerdos con entidades israelíes.
  • Sanciones. Las campañas de sanciones pasan por presionar a los gobiernos para que lleven a cabo acciones para poner fin al apartheid israelí. En la actualidad, una de las reivindicaciones principales de sanción es la del embargo de armas a Israel, "que se corte este apoyo militar y securitario a Israel", según la portavoz de la RESCOP.

¿Y todo esto con qué finalidad? El movimiento, explica Sánchez, tiene tres demandas principales: "La primera, poner el poner fin al régimen de ocupación ilegal sobre Palestina, que se desmantele el muro y que se acabe con todos los asentamientos ilegales en el territorio palestino ocupado. La segunda, que haya una igualdad de derechos para todas las personas palestinas que a día de hoy residen en Israel. Y la tercera, pero no menos importante, que las personas palestinas que siguen viviendo en el exilio desde hace ya más de siete décadas puedan volver a sus hogares y sean reparadas por las vulneraciones de derechos a las que se les ha sometido".

El movimiento BDS, además, tiene un enfoque interseccional: no solo se posiciona contra el apatheid, sino que impulsa otras luchas como las de la vivienda o fomentar el comercio de barrio. Ejemplos de ello son los boicots promovidos a Carrefour, ofreciendo como alternativa comprar productos locales o de cercanía; o a Airbnb y Booking, que no sólo ofertan alojamientos en territorios ocupados sino que provocan que las comunidades de vecinos cada vez sufran más las consecuencias de la gentrificación.

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Si bien las decisiones de consumo son algo personal, un buen etiquetado de los productos, más allá de aplicaciones de móvil, es importante para elegir qué comprar según la ética del consumidor. Por ello, desde el Ministerio de Consumo resaltaron en octubre de 2024 que marcar un bien como "israelí" cuando en realidad provenía de un territorio ocupado por el apartheid era engañoso y establecían la obligatoriedad de marcarlos como originario de "asentamientos israelíes".

"Esto es una jurisprudencia del TJUE interpretando para este caso concreto la normativa general sobre indicación del país de origen en alimentos", explican a este medio desde el ministerio que dirige Pablo Bustinduy. "Es una norma obligatoria y como tal se supervisa", añaden.

Por otro lado, se recordó que la Corte Internacional de Justicia había declarado ilegal la presencia de Israel en los territorios palestinos ocupados, concretamente, en los territorios de Cisjordania y Jerusalén. Esto, señalaban desde el ministerio, hace que etiquetar productos de dichas zonas como procedentes de Israel vulnere los derechos de los consumidores y vaya en contra de las indicaciones del derecho internacional.

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