Pacma sale a la calle un año más para exigir el fin de las becerradas

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Pacma se echa una vez más a las calles en una manifestación que se ha convertido en tradición. Si el pasado año la marcha bautizada como Misión Abolición congregó a miles de personas en la madrileña Puerta del Sol, este años promete seguir sumando éxitos. Esta vez, el motivo de la movilización es poner fin a las becerradas.

"Vamos a acabar con las becerradas, la forma más cruel de la tauromaquia", dice el partido en su llamada a la ciudadanía. En las últimas semanas, Pacma ya ha lanzado un grito de denuncia a raíz de este tipo de prácticas en lugares como Vinuesa (Soria) o El Espinar (Segovia).

Las becerradas son eventos taurinos "en los que se tortura a becerros en torno al año de edad", explica la formación animalista. En los festejos, agrega, "se usan banderillas y estoques para castigar y matar a crías que en la mayoría de ocasiones aún no han sido destetadas, no miden más que un mastín y se mueven con torpeza al no tener desarrollado el sistema psicomotor".

Este tipo de festejos, de larga tradición en determinadas localidades, tienden a menudo a implicar a los propios vecinos del pueblo que, "sin ninguna preparación y entre ríos de alcohol, acosan, banderillean y matan a los animales". Para los animalistas no hay duda: "Supone un claro caso de maltrato animal legalizado".

En el proceso de documentación de las becerradas que el partido ha denunciado en las últimas semanas, el equipo de abogados de Pacma "ha buscado cómo poder denunciar esta salvajada, con la escasa legislación actual". Tal y como indican, se han detectado "diferentes irregularidades" que han sido denunciadas a la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León. Las irregularidades que señalan los animalistas incluyen "la vejación de los becerros, la intervención de personas ajenas a la lidia o el apuntillado de las crías sujetándolas por el rabo entre varias personas".

Silvia Barquero, presidenta de Pacma, cuenta en conversación con infoLibre que su partido denunció "graves irregularidades" en las becerradas de San Rafael (El Espinar, Segovia) por el "consumo masivo de alcohol por parte de los espectadores, lo que en ningún momento impidió que se siguiera con la celebración". También documentaron, continúa, cómo un "operario y personas ajenas a la lidia acuchillaron al toro cuando estaba de pie, consciente y vivo".

Sobre el estado de la denuncia, presentada en julio, los activistas no sólo no saben nada, sino que "la alcaldesa [Alicia Palomo, PSOE] volvió a solicitar la autorización de dos becerradas en septiembre". Ante ello, el partido pidió la paralización y al ver que el festejo tenía vía libre para continuar adelante, vuelve allí para grabar las imágenes. "Hemos vuelto a constatar que lo que sucede es un auténtico escándalo", advierte Barquero.  

"Ni justificación ni defensa alguna"

Esta manifestación, subraya Barquero, "es heredera de la que consiguió poner fin al Toro de la Vega". Ahora, la animalista prevé de nuevo "poner fin a la muerte del toro en público" en el caso de las becerradas.

Lo cierto es que "existen muchísimos festejos" sobre los que el partido cree importante poner el foco, y las becerradas, por sus particularidades, ha concentrado toda su atención. "El reglamento taurino [artículo 25] permite este espectáculo específico, consistente en que simples aficionados, personas inexpertas, sean quienes acuchillen a un pequeño becerro hasta la muerte", continúa la presidenta del partido.

Un becerro, dice, es "tan pequeño que puede que tenga meses de vida, lo acaben de separar de la madre y no le hayan crecido todavía los cuernos". Es, por tanto, "objeto de diversión del pueblo porque no suponen ningún peligro". En ese sentido, "todos los elementos para defender la tauromaquia, que es una lucha cuerpo a cuerpo, de igual a igual, que es arte… todo eso se pierde", opina Barquero. En las becerradas de El Espinar "acuchillaban y torturaban hasta la muerte a pequeños becerritos".

Todo esto, cree, "lo hace denunciable, las imágenes son terribles, el espectáculo se convierte en una carnicería". Incluso los propios taurinos, agrega, "no ven en esto justificación ni defensa alguna", por lo que los animalistas creen "que podría estar prohibido ya".

Nuevo Gobierno

Los antitaurinos auguran un éxito en la manifestación que tendrá lugar este sábado a las 17:00 horas. El motivo tiene que ver con "un apoyo creciente del partido", que ahora mismo cuenta con 4.528 afiliados y según algunas encuestas podría abrirse paso en el Parlamento Europeo. Barquero celebra un "futuro prometedor" para la formación y cree que sus predicciones se "constatarán en Madrid este sábado".

El sábado será además el día a partir del cual comenzará un acercamiento paulatino con el nuevo Gobierno socialista. El partido entregará a la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, una recogida de firmas para terminar con las becerradas que hasta el momento ha reunido cerca de 22.500 rúbricas. Los animalistas aspiran a citarse también con José Guirao, ministro de Cultura. Ambos tienen competencias en la materia, la primera por cuestiones de bienestar animal y el segundo en su vertiente cultural.

Barquero recuerda que Guirao se ha reconocido antitaurino en diversas ocasiones. "Pero más allá de su opinión personal, necesitamos hechos", matiza. Ahora "tiene la oportunidad de dar pasos adelante", por ejemplo empezando por dejar de considerar a la tauromaquia patrimonio cultural inmaterial, una decisión "tomada por el PP gracias a la abstención del PSOE", en el año 2013. Para Barquero, es esta la principal barrera que blinda a los festejos taurinos ante posibles cambios. "El cambio de panorama político es una oportunidad de dar un paso adelante en favor de los animales", considera.

Una manifestación encabezada por Pacma exige en Madrid el fin de las becerradas

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En noviembre de 2013 una proposición de ley para declarar a la tauromaquia patrimonio cultural, nacida a raíz de una Iniciativa Legislativa Popular, fue aprobada gracias al respaldo del Grupo Popular y la Unión del Pueblo Navarro (UPN). Esta decisión supuso un blindaje del festejo, de manera que las comunidades no pueden prohibirlo porque supondría una invasión de las competencias estatales. Territorios como Balears, no obstante, han optado por esquivar la prohibición y caminar hacia la regulación, permitiendo las corridas de toros pero vetando "el uso de animales en fiestas o espectáculos, en los que éstos puedan ser objeto de muerte, tortura, malos tratos, daños, sufrimientos, tratamientos antinaturales, o en los que se pueda herir la sensibilidad del espectador".

En cuanto al caso concreto de las becerradas, la presidenta del partido lo pone en el mismo plano que al Toro de la Vega. "Es la misma situación", narra Barquero. La alcaldesa de El Espinar es socialista, el mismo partido al que pertenecía el alcalde de Tordesillas, donde se celebraba el Toro de la Vida. "El PSOE perdió la oportunidad de prohibir el Toro de la Vega, fue el PP de Castilla León quién lo hizo, pero ahora tienen la oportunidad de prohibir las becerradas y demostrar que se preocupan por los animales", señala Barquero. Si bien reconoce que Pedro Sánchez necesita el apoyo de otros grupos políticos, se compromete a "buscarlos entre todos" si el Gobierno da el aclamado primer paso.

Las becerradas, sentencia, "trascienden el debate sobre la tauromaquia, porque cuentan con elementos que pueden aunar un rechazo generalizado no sólo de los animalistas, sino de mucho más allá".

Pacma se echa una vez más a las calles en una manifestación que se ha convertido en tradición. Si el pasado año la marcha bautizada como Misión Abolición congregó a miles de personas en la madrileña Puerta del Sol, este años promete seguir sumando éxitos. Esta vez, el motivo de la movilización es poner fin a las becerradas.

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