"Hay una cosa que está clara: nos engañaron entonces y nos engañan ahora". Son las duras palabras de uno de los miembros de la Asociación de Familiares de víctimas del Yak42, Francisco Cardona, padre del sargento Francisco Cardona Gil, uno de los 62 militares españoles que el 26 de mayo del año 2003 viajaba a bordo del avión. En conversación con este diario, no puede contener su indignación. Este lunes, el Ministerio de Defensa informó de que las autoridades turcas habían confirmado que una extremidad inferior de una de las víctimas fue enterrada en la ciudad de Macka, en Turquía, porque no pudo ser identificada.
La noticia saltó a la luz este lunes, pero Cardona ya lo sabía. Precisamente por eso, fue el responsable de que la institución dirigida por María Dolores de Cospedal se pusiera en contacto con las autoridades turcas para confirmar "la posible permanencia en suelo turco de restos mortales de las víctimas", según anunció el propio Ministerio en una nota de prensa. "Lo hice por una cosa muy sencilla, ni mi mujer ni yo conservamos ningún resto de mi hijo y sé que en Turquía hay restos biológicos de algunas de las víctimas", lamenta. Y no lo dice con desconocimiento. De hecho, Javier Jiménez-Ugarte, el que era número tres de Federico Trillo en Defensa en aquel momento, envió una carta a los familiares de los fallecidos asegurando que había constancia de que algunos restos habían sido enterrados en Turquía. Los definió entonces como "pequeñísimos restos" y "tejidos", pero no aclaró qué se hizo con ellos. Fue en el año 2004. "Entre esos restos había un fémur que los turcos enterraron en Macka. Y ahora nos dicen: 'No se pudo traer porque no se sabía de quién era'. Y yo me pregunto: ¿Y por qué no lo traen para hacerle las pruebas pertinentes de ADN?", critica Cardona.
En enero de este año, se puso en contacto con Defensa y, en paralelo, con el Ministerio de Asuntos Exteriores. "Nadie me decía nada", critica. "Yo lo único que quería era un documento del Gobierno de España que me permita hacer las gestiones oportunas en Turquía para poder sacar los restos de mi hijo y traerlos aquí", cuenta. Está convencido de que los restos biológicos de su hijo continúan en Turquía porque ni él ni su mujer conservan ninguno.
Tras más de cinco meses sin respuesta, Cardona pidió una reunión con responsables del Ministerio. Y el encuentro tuvo lugar este lunes, "siete minutos antes" de que Defensa difundiera la información que había recibido supuestamente de las autoridades turcas. "Desde enero hubo muchas llamadas pero ninguna respuesta, hasta que el lunes nos reunimos en una dependencia del Ministerio, en Madrid", relata. Cuando Cardona y su mujer emprendieron el camino para llegar a tiempo a la reunión, fijada para las 12.00 horas del mediodía, recibieron una llamada. "Nos dijeron que la reunión sería a las 13.00 porque la persona que se reuniría con nosotros había recibido una llamada del Ministerio dándole instrucciones para el encuentro que iba a mantener con nosotros", recuerda.
Restos biológicos “destruidos”
"La sorpresa fue que a la media hora o tres cuartos de estar reunidos nos dijeron que acababan de recibir un documento de las autoridades turcas diciendo que los restos biológicos de los fallecidos y de los familiares que se fueron a hacer pruebas de ADN a Turquía hacía tiempo que habían sido destruidos. Esto es mentira", afirma con rotundidad Cardona. "Mentira", llega a repetir hasta tres veces. En ese momento, decidieron levantarse y salir de la reunión. En la sala, dejaron a la teniente coronel Begoña Arameindía, la directora de Apoyo al Personal de Defensa, al coronel Barco y a otro comandante.
"A los pocos minutos de salir, el Ministerio lanzó una nota de prensa con esa información. Qué casualidad que la recibieran poco antes de la reunión que íbamos a tener", ironiza.
La ministra, María Dolores de Cospedal, defendió este martes en el Congreso, ante la Comisión sobre la presunta financiación ilegal del PP, la actuación de su Ministerio. Según su respuesta a preguntas del diputado de ERC Gabriel Rufián, Defensa puso en marcha el pasado mes de enero las gestiones con Turquía para averiguar si quedaba en el país algún resto orgánico de las víctimas. Las pesquisas, explicó, dieron como resultado que las autoridades del país comunicaran "hace poco tiempo" que habían encontrado una extremidad "que no sabían a quién pertenecía". Cospedal aseguró, además, que la información es "muy confusa", pero daba a entender que la extremidad había sido enterrada antes de la identificación de los cadáveres.
Ante esta afirmación, Cardona solicitó el documento enviado por Turquía para poder acreditar que la información era cierta. Y que había sido recibida con fecha de este 28 de mayo. "Me dijeron que no me la podían dar, y yo les contesté que estaban poniendo en duda mi paternidad y la de mi mujer sobre ese resto que había sido encontrado allí", cuenta. "Ha sido una cortina de humo para pararnos. Ya nos mintieron en 2003, y nos están mintiendo ahora. Que se han destruido es mentira. Mientras no me lo demuestren, lo seguiré pensando", insiste. Según creen, ni el resto ha sido destruido ni la comunicación que confirma que continúa habiendo restos de militares españoles en Turquía fue recibida este lunes.
Volver a pasar por el “trauma” de las pruebas de ADN
Después de que Defensa informara de que las autoridades turcas les habían confirmado el hallazgo del resto biológico, este lunes 10 familiares de víctimas del Yak42 ajenas a la asociación volvieron a solicitar la creación de una comisión de investigación que depure las responsabilidades políticas en la tragedia. Además, denunciaron que, 15 años después del siniestro, se les soliciten pruebas de ADN para conocer a quién pertenecía ese resto biológico. "Ahora, tras comunicarlo a la prensa, nos llaman para solicitarnos pruebas de ADN 15 años después... ¿Esto es serio? ¿En qué país vivimos?", denunciaron a través de una nota de prensa.
"¿Y si ese resto es de mi hijo? ¿Yo no puedo hacer las pruebas para saberlo?", reclama Cardona, que critica que las familias, tres lustros después, tengan que volver a pasar por el "trauma" de someterse a ese proceso. "¿Es normal?", se pregunta varias veces. "Esto es un machaque psicológico tremendo", aseguró Rosario Benítez, viuda del comandante José Antonio Fernández, este lunes a infoLibre.
El problema, según relata Cardona, es que no se hicieran en su momento. Como aseguraron las autoridades turcas a Defensa –según el propio Ministerio– en su momento esa extremidad fue enterrada en Turquía porque no se sabía a quién pertenecía. "¿Pero por qué no lo trajeron y se hicieron las pruebas?", se pregunta.
"Hicimos un esfuerzo desde el principio para identificar y recuperar todos los restos y se hicieron identificaciones y traslados de acuerdo a los parámetros españoles", dijo el entonces ministro Federico Trillo, a pesar de que su secretario de Defensa, Jiménez-Ugarte, reconoció que algunos restos de los fallecidos fueron enterrados en Turquía. Según explicó a El Periódico de Aragón en 2004, los restos, que no habían sido identificados, "fueron pocos".
“Ojalá se pusieran en contacto conmigo”
"Ahora estoy intentando hablar con Defensa, pero nadie se pone al teléfono. Ojalá se pusieran en contacto conmigo. Ahora nadie quiere saber nada", lamenta Cardona. "Pero yo voy a insistir", asegura.
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La ministra Cospedal prometió hace más de un año un "cambio de criterio" del Gobierno sobre el accidente. Y el propio presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy, prometió a las víctimas que obtendrían "satisfacción moral y jurídica". Y, sin embargo, no ha llegado ninguna de las dos. Lo hicieron en una fecha muy concreta: pocos días después de que el Consejo de Estado reconociera la responsabilidad patrimonial del Estado en la tragedia.
"Hay, pues, anteriores a la fecha del siniestro, hechos que habrían permitido a la Administración ponderar el especial riesgo concurrente en el transporte de tropas en que se produjo el accidente", asegura el informe de la institución, que también explica que "pudieron ser advertidas circunstancias que habrían llamado a la adopción por los órganos competentes de medidas que pudieran haber despejado el riesgo que se corría".
La ministra pidió perdón a los familiares de las víctimas "en nombre del Estado"perdón. Lo hizo "de corazón". Pero su promesa del cambio de criterio todavía no ha llegado, pues 15 años después las víctimas continúan denunciando el maltrato psicológico al que, aseguran, están siendo sometidas.
"Hay una cosa que está clara: nos engañaron entonces y nos engañan ahora". Son las duras palabras de uno de los miembros de la Asociación de Familiares de víctimas del Yak42, Francisco Cardona, padre del sargento Francisco Cardona Gil, uno de los 62 militares españoles que el 26 de mayo del año 2003 viajaba a bordo del avión. En conversación con este diario, no puede contener su indignación. Este lunes, el Ministerio de Defensa informó de que las autoridades turcas habían confirmado que una extremidad inferior de una de las víctimas fue enterrada en la ciudad de Macka, en Turquía, porque no pudo ser identificada.