El suspense es total. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anuncia este lunes si sigue al frente del Palacio de La Moncloa o da un paso al lado. Este movimiento, sea el que sea, marcará un antes y un después en la política nacional después de los cinco días que se ha tomado para meditar una decisión por la situación en la que se encuentra por el “acoso y derribo” que ha denunciado contra su entorno personal.
El presidente no ha emitido ninguna señal pública después de la movilización multitudinaria de su partido para arroparle y pedirle que continúe al frente del partido y la Presidencia. Nadie se atreve a hacer un vaticinio sobre lo que sucederá con la esperanza final de los miembros del PSOE de que aguante frente a los ataques de la derechas y abra una nueva etapa.
“Sólo lo sabe él”, repiten en su entorno después de estos días en los que Sánchez ha estado encerrado en el complejo presidencial junto a su familia y en los que ha intentado instalar un debate público sobre el actual escenario de crispación y los límites trazados para el ejercicio de la actividad política con la premisa de “no todo vale”.
Durante estas horas en el PSOE se ha instalado la sensación de marcha de Sánchez tras años de presión, pero, como reconocen los suyos, “nunca se sabe con él”. La decisión, entienden todos, la tomará desde lo “más profundo”. Los socialistas cruzan los dedos para que su secretario general siga en el cargo. Lo que reconocen todos es que no se imaginan en el caso de que diga que se mantiene que no anuncie algo más allá y de impacto con la vista puesta en una gran regeneración democrática tras meses de máxima polarización en el Parlamento.
Las pantallas a futuro
En caso de que se mantenga en el puesto, una de las opciones podría pasar por presentarse a una cuestión de confianza en el Congreso, aunque muchos dentro del partido creen que no sería la solución porque no contextualiza el problema que ha denunciado. Incluso algunos de sus socios, como ERC, lo rechazan en estos momentos, como ha declarado el propio presidente de la Generalitat, Pere Aragonès.
En el PSOE no quieren imaginar el escenario de su renuncia, aunque muchos creen en estos momentos que tiene altas posibilidades. Y si lo hace, se abren varios escenarios. El propio jefe del Ejecutivo señaló a la Casa Real este periodo de reflexión para que Zarzuela estuviera preparada. Una de las pantallas podría pasar por su dimisión y una posterior investidura de otro candidato socialista a La Moncloa. En este punto las miradas están puestas en la vicepresidenta primar y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero. Ella ha rechazado en todo momento que esté pensando en esa sucesión y ha afirmado públicamente que está concentrada con todas sus fuerzas en que Sánchez se mantenga en sus actuales competencias.
Montero sería la aspirante natural a hacerse con el puesto al ser tanto la número dos del Gobierno como la siguiente persona con más poder dentro del partido tras Sánchez. Ella cuenta con un gran aura dentro del socialismo, y sólo aparece otro nombre entre algunos socialistas en esta terna: Pilar Alegría. Pero nadie quiere ponerse en estos momentos a hablar de operaciones de sucesión. No obstante, como reconocen muchos dirigentes socialistas, esto marca también un punto de inflexión en el partido y supone abrir un melón que para muchos todavía estaba inmaduro: el camino para relevar al presidente del Gobierno en el partido.
Otra de las vías que se manejan en estos momentos es que el presidente del Gobierno decida que España vaya de nuevo a las urnas, aunque la mayoría de fuentes consultadas no ven con claridad que pueda ser efectiva. Para materializar esa posibilidad habría que esperar, pues no se puede convocar hasta un año después de la disolución de la Cortes y esto se produjo el 29 de mayo después de las últimas elecciones autonómicas y municipales. Pero muchos socialistas no ven con claridad este posibilidad porque creen que puede suponer enfrentarse a un precipicio muy peligroso de perder después de haber salvado in extremis el 23J.
El PSOE, en máxima tensión
La decisión de Sánchez se emite en mitad de un agitado ciclo electoral con la campaña catalana en plena ebullición y con Salvador Illa como aspirante del PSC en primera posición en todos los sondeos. El político catalán, una persona de confianza del presidente, volvió a lanzarle un mensaje este domingo: “Es tiempo de resistir y de decir sí a la nobleza de la política”. Además, están a la vuelta de la esquina los comicios europeos. La vicepresidenta tercer y número uno del PSOE para esa cita, Teresa Ribera, declaró en una entrevista en El País: “Sánchez está abatido, pero la rabia del PSOE es un elemento de fortaleza”.
Ver másEl PSOE, sumido en la incertidumbre, confía en su respuesta masiva para que Sánchez se quede
El PSOE vive unos momentos de absoluta incertidumbre y confía en última instancia que Sánchez atienda a la petición de manera masiva que hizo el partido este sábado durante una reunión sin precedentes del Comité Federal, en la que se hizo un llamamiento de manera unánime al líder del partido para su permanencia. María Jesús Montero puso voz al partido y en su discurso apeló directamente a Sánchez con el mensaje de que merece la pena continuar para que “ganen los buenos”. Además, se mostró el respaldo absoluto a su esposa: “Begoña, compañera, estamos todas contigo”. Esta frase hizo que todos los dirigentes se pusieran en pie y aplaudieran.
El PP aguarda la declaración de Sánchez con la idea de que será un “farol”. Los populares han redoblado su ofensiva contra el Gobierno durante estas horas. El líder de los conservadores, Alberto Núñez Feijóo, expresó en un acto: “Diga lo que diga, representa al pasado”. Dentro del partido existen la sensación también de que esto abre un nuevo escenario que quieren aprovechar al máximo pase lo que pase. Desde Vox, Santiago Abascal apuntó: “No queremos que se vaya de rositas, queremos que pague responsabilidades”.
Los sindicatos y el mundo de la cultura se movieron este domingo, en cambio, para denunciar la situación que está viendo España y celebraron un acto “por la legitimidad democrática, el respeto y la convivencia” con la idea de advertir sobre el “odio, el impudor y la mentira”. El manifiesto suscrito denuncia una “interesada política de la crispación” provocada por sectores “que no aceptan los resultados electorales” y que “confunden la oposición con la degradación institucional y el debate político con el insulto y el escándalo perpetuo”.
El suspense es total. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anuncia este lunes si sigue al frente del Palacio de La Moncloa o da un paso al lado. Este movimiento, sea el que sea, marcará un antes y un después en la política nacional después de los cinco días que se ha tomado para meditar una decisión por la situación en la que se encuentra por el “acoso y derribo” que ha denunciado contra su entorno personal.