"En los próximos días daré a luz al que será mi tercer hijo. Lo más probable es que nazca por cesárea (...). Por la cercanía —vivo a 7 minutos— debería nacer en el Hospital Clínico Universitario de Santiago (CHUS) pero, salvo que me ponga de parto antes, nacerá en una cesárea programada en el hospital del Salnés (en Vilagarcía de Arousa, a unos 50 kilómetros), perteneciente a otra área sanitaria y más lejos de mi domicilio, para que no se violen mis derechos y los de mi hija por nacer".
Así comienza una madre embarazada el testimonio hecho público por la Asociación de Pacientes e Usuarios do CHUS, con el que la entidad pretende denunciar cómo el servicio de ginecología y obstetricia del área sanitaria compostelana "incumple los criterios de atención recogidos en el Plan de Parto y Nacimiento del Servicio Gallego de Salud (Sergas) del año 2017".
En ese plan se aclara que en el caso de un parto por cesárea o instrumental "se promoverá, al igual que en el parto eutócico, el acompañamiento continuado, la intimidad y el contacto inmediato piel con piel después tras el nacimiento". Una recomendación que coincide con las de las organizaciones sanitarias internacionales pero que se incumple sistemáticamente en varias áreas sanitarias gallegas, lo que lleva a numerosas mujeres a programar el nacimiento de sus hijos en el hospital del Salnés, que mantiene juntos a madre y bebé salvo que algún problema médico lo imposibilite.
El propio plan del Sergas aclara, como dice B.B.D., la mujer embarazada que ofrece su testimonio, que el contacto piel con piel de un neonato con su madre nada más nacer y de forma ininterrumpida "es importante y beneficioso, porque disminuye el riesgo de hemorragia materna, de depresión posparto, favoreciendo la instauración de la lactancia materna y la adaptación a la vida extrauterina del bebé, entre otras causas".
"No hay excusas de ningún tipo ni razones para mantener la separación de madre y recién nacido en estos casos, no solo por los beneficios de mantenerlos juntos, sino por los perjuicios que supone lo contrario. No descubrimos nada nuevo, hay recomendaciones de todo tipo, desde la Asociación Española de Pediatría hasta la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el propio Sergas", explica Cristina Lojo, profesional del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo y vicepresidenta de la Asociación Galega de Matronas (AGAM) .
"Ese piel con piel y ese primer contacto con el hijo es fundamental por lo que significa en el vínculo, en el inicio de la lactancia, en el proceso hormonal de la mujer, en la reducción del dolor. Además, ese primer contacto, ese primer periodo sensitivo y de alerta de los pequeños antes de caer en un sueño profundo hay que aprovecharlo porque son horas que no se pueden recuperar", añade Lojo.
"A pesar de todas las evidencias científicas y recomendaciones que existen, en el CHUS, en el caso de la cesárea, siguen separando a las madres de los bebés sin ningún criterio médico pertinente. Si mi hija nace allí, al igual que me pasó con mis otros niños, estaremos horas separados, yo haciendo el despertar de la anestesia sola, y mi hija con su padre, que es maravilloso, pero no es el hábitat natural donde debe estar un bebé recién nacido, ni tiene pechos para amamantar como se debe", explica.
La afectada solicitó por registro la modificación del protocolo para que se aplicase algo "tan simple" como permitir a la pareja entrar en el despertar y "estar juntos iniciando la lactancia materna". "No recibí ninguna respuesta de los responsables de los servicios a los que se lo dirigí, dejando que el tiempo pase y que me quede sin opciones", explica.
"Por desgracia, en este y en otros hospitales, se sigue banalizando la importancia que tiene ese contacto precoz e ininterrumpido y se sigue minimizando el impacto negativo que estas malas prácticas tienen sobre las madres y las crianzas, formando parte de lo que se conoce como violencia obstétrica y forzar a mujeres a recurrir a lo que se conoce como turismo obstétrico, buscando un hospital que nos respete", insiste.
"Victoria histórica" en Pontevedra
Porque el caso de esta madre no es único. También sucede en el Hospital Universitario de A Coruña, en Lugo, en Vigo... Y hasta hace poco en Pontevedra. Las quejas —públicas e incluso por escrito a la dirección, pero también privadas y sin salir a la luz— se repiten desde hace años en las familias. No hace mucho, varias mujeres fundaron en la provincia de Pontevedra la plataforma Loita, con la intención de que el Sergas actualizase sus protocolos. Y hace sólo unos días consiguieron lo que consideran una "victoria histórica".
Fue tras el caso de Ruth Abonjo, una vecina de Sanxenxo que el pasado mes de julio dio a luz a sus gemelos en el Hospital Provincial de Pontevedra. Semanas antes, reclamó a los directivos del Sergas y al gerente de área, José Flores, de que su pareja pudiera estar con ella, aunque el parto fuera por cesárea, y que ella pudiese realizar el contacto piel con piel con sus bebés. Lo consiguió a pesar de que el hospital le advirtieron en un primer momento que el padre no tenía sitio en el quirófano y que el piel con piel era imposible por falta de espacio y personal en el área de reanimación.
Finalmente, el gerente le garantizó el cambio de protocolos para que, desde ya, en el Hospital Provincial de Pontevedra se facilite a las mujeres "un parto respetado". "Fue gracias a la gran empatía del gerente con nuestra causa y a la implicación de cientos de profesionales de nuestra área sanitaria", destacó en ese momento la plataforma.
Fue el primer triunfo de la plataforma Loita —cofundada por la propia Ruth— pero no el último. En el área sanitaria de Vigo, y ante las mismas exigencias, su gerente, Javier Puente, trasladó al colectivo la intención de trabajar lo antes posible en la actualización del protocolo de parto en el Hospital Álvaro Cunqueiro, con la creación de un comisión con la presencia de colectivos que reclaman ese cambio. "Sabemos que en el área de Santiago también se está trabajando en un nuevo protocolo y en la mejora, pero lleva tiempo porque hay muchos profesionales implicados al que poner de acuerdos: pediatras, anestesistas, obstetras, enfermeras, matronas...", confirma AGAM.
Su vicepresidenta, Cristina Lojo, aclara —también por su propia experiencia— que la "clave" a la hora de cambiar los protocolos es "la implicación del personal, la voluntad, pero también los recursos". "En muchos casos, permitir ese contacto piel con piel y la no separación de madre y bebé tras una cesárea es una cuestión de falta de personal o de espacios", explica, poniendo como ejemplo el caso del Hospital Álvaro Cunqueiro, en Vigo. "A pesar de ser un hospital nuevo, no hay un área de reanimación obstétrica ideal para evitar esa separación dándole a la madre los cuidados que requiere un postoperatorio… Porque tampoco hay que banalizar con lo que es una operación que necesita un control exhaustivo" añade.
"Cada hospital de la red del Sergas está trabajando en su protocolo de humanización de los partos por cesárea", confirma a Praza.gal la Conselleria de Sanidade, que aclara que "hay que tener en cuenta la delicadeza del trabajo en un quirófano" a la hora de modificar el métodos seguidos hasta ahora en la mayoría de las áreas sanitarias. "Galicia quiere facilitar el acompañamiento y el piel a piel en los partos por cesárea en todos los hospitales de su red", insisten desde el departamento que dirige Julio García Comesaña.
La importancia de la presión social
Porque, advierten desde AGAM, si algo explica los avances de los últimos meses y los compromisos en diversas áreas sanitarias para cambiar los protocolos de parto "es la presión social de las mujeres, las usuarias y el movimiento de las familias". "Las matronas llevamos mucho tiempo reclamando cambios y el cumplimiento de las recomendaciones, pero también llevamos tiempo advirtiendo que sin las demandas de las usuarias sería imposible conseguir lo que se está consiguiendo", explica.
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Por el momento, y a pesar de los avances, en el CHUS aún no se han aplicado estas demandas. "¿Por qué un hospital comarcal es capaz de garantizar derechos desde hace años y uno de primer nivel como el CHUS no? ¿Por qué en los ocho años que han pasado desde el nacimiento de mi hijo mayor no se ha avanzado nada y siguen coartando derechos que ya están reconocidos y que reducirían comorbilidades y otros problemas sanitarios? ¿Cuánto más tenemos que esperar las mujeres del área sanitaria de Santiago para que gerencias y profesionales se unan y garanticen y respeten los derechos básicos?", pregunta la madre que hizo público su testimonio a través de la Asociación de Pacientes y Usuarios del CHUS.
La entidad recuerda que en los puntos 3 y 6 del Plan de Parto y Nacimiento del Sergas "se reconoce expresamente, por el carácter beneficioso tanto para la madre como para el neonato, que se debe garantizar el contacto piel con piel tras el parto vaginal o por cesárea todo el tiempo que la madre desee". "Exigimos que se ponga fin a la arbitrariedad que se practica en esta área sanitaria y que B.B.D. sea la última paciente que tenga que verse obligada a buscar atención en otro hospital", sostiene la asociación que hace un llamamiento a todas las embarazadas a "reclamar un trato digno que respete los derechos de madres y recién nacidos".
Aquí puedes leer el texto original en gallego.
"En los próximos días daré a luz al que será mi tercer hijo. Lo más probable es que nazca por cesárea (...). Por la cercanía —vivo a 7 minutos— debería nacer en el Hospital Clínico Universitario de Santiago (CHUS) pero, salvo que me ponga de parto antes, nacerá en una cesárea programada en el hospital del Salnés (en Vilagarcía de Arousa, a unos 50 kilómetros), perteneciente a otra área sanitaria y más lejos de mi domicilio, para que no se violen mis derechos y los de mi hija por nacer".