El periodista Pedro J. Ramírez, exdirector de El Mundo y ahora al frente de El Español, ha asegurado este martes en el Congreso que en la reunión de cuatro horas que mantuvo en junio de 2013 con el extesorero del PP Luis Bárcenas éste le describió el modus operandi del partido como "una máquina de delinquir" instalada en Genóva y se ha mostrado convencido de que es "imposible" que el PP manejara una caja B sin que su presidente, Mariano Rajoy, estuviera "al tanto". "Todo terminaba en el despacho de Rajoy", ha dicho.
Durante su comparecencia en la comisión del Congreso que investiga la presunta financiación ilegal del PP recogida por Europa Press, el ahora director de El Español ha relatado que Bárcenas le hizo un relato "pormenorizado" de cómo funcionaba la caja B del partido, de cómo esa actividad estaba incardinada en la sede central del PP y cuál era el papel de sus dirigentes, y singularmente de Rajoy, en toda esa estructura.
Ramírez ha recordado que el extesorero le detalló que durante al menos veinte años Génova había estado recibiendo donativos en metálico, en algunos casos en "bolsas de plástico o de deporte", por parte de directivos de empresas, dinero que se entregaba en el despacho del que fuera tesorero Álvaro Lapuerta y del entonces gerente, el propio Bárcenas, y del que se hacían dos anotaciones, una de ellas en el libro de caja que constituyen los llamados papeles de Bárcenas.
Bárcenas no mencionó a Aznar
El veterano periodista ha apuntado que Bárcenas le insistió en que este proceder en Genóva estuvo "sostenido en el tiempo" y cree "posible" que a lo largo de esos años haya habido una "continuidad en la actividad de los distintos tesoreros" del PP.
Eso sí, ha indicado que el extesorero no le mencionó ni una sola vez al expresidente del Gobierno y del PP José María Aznar, y en cambio sí que se refirió hasta en "13 episodios" en los que estuvo implicado Rajoy.
En todo caso, Ramírez ha indicado que, según el extesorero, en los discos duros que el PP destruyó al abandonar la sede de Génova estaba la contabilidad de los tres años que faltaban, los asientos contables de la etapa 1996-99, precisamente cuando gobernaba el PP de José María Aznar.
Durante su alocución, Ramírez ha asegurado no tener a estas alturas "la menor duda" de que si no hubiera publicado todo lo que hizo sobre sus conversaciones con Bárcenas, a día de hoy seguiría siendo director de El Mundo.
Así, ha señalado que existe una "causa-efecto" entre las acusaciones de "mentir, tergiversar, manipular y calumniar" que hizo el presidente del Gobierno el 1 de agosto de 2013 en el Senado contra ese diario y su posterior destitución. "Hay una relación causa-efecto", ha resumido.
Rajoy y su "declaración de guerra"
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Según ha puntualizado, a partir de esa "declaración de guerra" de Rajoy en la Cámara Alta, sucedieron una serie de "gestos de hostilidad" por parte de altos dirigentes del PP, entre los que ha citado al otrora ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, y la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal.
A ello se suman las noticias que "llegaron a sus oídos" de reuniones que hubo en el despacho del presidente y de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, con altos empresarios españoles que provocaron que las inversiones publicitarias en El Mundo fueran disminuyendo, sobre todo a raíz de que se produce la denuncia pública de Rajoy.
"Se produce mi destitución en enero de 2014, y en el primer trimestre de ese año ya se restablece la paridad en el comportamiento de la inversión publicitaria —ha señalado—. Pueden ser casualidades, pero yo siempre he pensado que no se trataba de causalidades".
El periodista Pedro J. Ramírez, exdirector de El Mundo y ahora al frente de El Español, ha asegurado este martes en el Congreso que en la reunión de cuatro horas que mantuvo en junio de 2013 con el extesorero del PP Luis Bárcenas éste le describió el modus operandi del partido como "una máquina de delinquir" instalada en Genóva y se ha mostrado convencido de que es "imposible" que el PP manejara una caja B sin que su presidente, Mariano Rajoy, estuviera "al tanto". "Todo terminaba en el despacho de Rajoy", ha dicho.