“Por fin han entendido que funcionan mejor los memes que los datos en el show de la democracia”.
Ésta ha sido la respuesta de la periodista Jimena Marcos al tuit compartido por el PSOE en su cuenta oficial para celebrar este viernes el Día Mundial del Perro, como ella decenas de miles de usuarios han retuiteado y bromeado sobre una de las cimas virales del momento. “Más sabe el perrosanxe por perro que por sanxe”.
Ese meme del perrito vestido con traje y chaqueta, que lleva ya semanas -¿meses?- compartiéndose en las redes, es la manera que los estrategas de la campaña de Pedro Sánchez han encontrado para darle la vuelta a un insulto con que voceros de derecha y cuñados de todas latitudes se refieren al presidente del Gobierno de España. Y desde hace unas semanas ya forma parte del imaginario colectivo con que los simpatizantes socialistas se reconocen entre ellos y que tiene a Rigoberta Bandini, con su Perra, como icono musical, tal como se palpó en el mitin de cierre de campaña de los socialistas en Getafe.
Ciertamente, que el candidato socialista esté participando en primera persona de la broma en todos los programas donde se siente cómodo y le ponen en bandeja el tema es simpático, a qué negarlo. Habrá a quienes irrite esta nonchalance que unos tachan de egocentrismo, otros de frivolidad, otros de intento de humanización de quien ha sido retratado a lo largo de toda la legislatura como un ser robótico y sin sentimientos y otros, al cabo, como el desahogo de quien, a estas alturas, apura las páginas finales de su manual de resistencia.
En Infolibre, por ejemplo, se ha analizado al detalle lo que dio de sí, en la clave política y en la personal, la charla del presidente del Gobierno con La pija y la quinqui y sobre todo el calado de este podcast entre, como escribe Antonio Ruiz Valdivia, esa España que vota por primera vez en las elecciones generales con 1,63 millones de jóvenes.
Para estos electores de estreno como para el conjunto de los 37,4 millones de ciudadanos llamados a ejercer al voto, esta ha sido una campaña que arrancó, para el PSOE, soportando cómo se avivaba el lema ¡Que te vote Txapote! y con la moral por los suelos tras la debacle de la pérdida de poder institucional del 28M, tocó fondo después del cara a cara de Sánchez con Feijóo y que se ha venido arriba, en las últimos días, sobre todo gracias a los errores y enredos del candidato popular con los datos de la revalorización de las pensiones y el grado de conocimiento del ex presidente gallego con el narcotraficante Marcial Dorado.
Sobre todo desde la entrevista con la periodista de TVE Silvia Intxaurrondo el pasado lunes, la campaña del líder de la oposición ha ido de más a menos; en Vox la percepción es que han asumido que el PP le dará un buen bocado apelando al voto útil mientras la gran incógnita es saber el papel que finalmente podrá jugar Sumar con Yolanda Díaz atesorando también, por cierto, un buen arsenal de memes, casi todos ideados en su propio equipo de campaña pues recordemos que hay merchandising oficial de La Fashionaria.
Pero más allá de los memes de un perro y del alcance de los mensajes microsegmentados en las redes de todos los partidos, ¿ha cambiado el 23J el paradigma de las campañas electorales?
Infolibre ha hablado con varios expertos en comunicación política para tratar de ahondar en las características de una campaña que arrancó con una lona inmensa de Vox tirando a la basura los emblemas de la lucha contra la violencia de género, los derechos LGTBI y la agenda 2030 y otra contra Pedro Sánchez del colectivo Desokupa, la plataforma ultraderechista dedicada al desalojo extrajudicial de viviendas.
La politóloga y experta en liderazgo Verónica Fumanal señala que ha sido, a grandes rasgos, la campaña de los fakes, de las lonas y una campaña eminentemente mediática. En este sentido, a su juicio, “por fin en el PSOE han entendido que la batalla política no se da en la gestión se da en la comunicación y que habían estado tan centrado en gobernar el país que habían descuidado que la gente tiene que saber por qué lo haces, la gente tiene que saber qué es verdad y qué no es verdad y que a la oposición hay que combatirla también desde el Gobierno”.
En una línea similar se sitúa Ana Salazar, de la consultora Idus3 Estrategia. “Ha sido una campaña muy sucia. Hemos visto campañas duras, como aquella del doberman [en 1996 el PSOE comparó al PP con un perro agresivo y amenazante en blanco y negro] pero ésta ha sido además sucia, donde se ha alentado el desprestigio de las instituciones que participan del proceso democrático, como es el caso de Correos”, opina la politóloga sobre el ataque a la gestión del voto por correo.
Con todo, Salazar no cree que haya habido un cambio de paradigma como tal, si acaso, sí una mayor atención al relato en los medios y al poder multiplicador de los mensajes en las redes. “Se ha jugado a llamar más la atención en este entorno pero eso es inherente a la importancia de las redes”, explica.
Más allá de las bromas que circulan por Tik Tok, en este punto César Calderón, director de la consultora Redlines, rechaza de plano que esta campaña haya venido a aportar nada nuevo en absoluto.
“Existe un consenso bastante generalizado en que estamos ante la peor campaña de los últimos tiempos, tanto en internet como fuera de ella. Posiblemente la razón ha sido la premura con la que Pedro Sánchez convocó las elecciones pero desde la cartelería al modelo de actos públicos pasando por los claims de campaña hasta las herramientas de movilización del voto en las redes sociales, da la impresión de que los partidos -o las agencias que han tenido que construir sus carpinterías electorales aprisa y corriendo- han preferido tratar de ganar la campaña a base de acciones efectistas con las que tratar de llegar a las televisiones por la vía rápida a ganar la elección a base de acciones de microsegmentación (negativas o positivas) que pudieran haber influido en las urnas”.
Como apenas quedan horas para conocer el resultado de las urnas de las decimosextas elecciones generales de nuestra democracia, conviene dejar las quinielas en reposo y esperar al escrutinio final si bien sí podemos decir que el de perrosanxe es uno de los greatest hits con que el socialismo ha tratado de revertir la moral de los suyos como también se puede afirmar que no encontramos broma alguna ni resignificación ni meme ni medio chiste ideado por los estrategas de la campaña del Partido Popular para darle la vuelta a la relación de un narcotraficante con quien aspirar a presidir el Gobierno de España apelando a la dignidad y la abolición de la mentira. Tiene gracia la cosa. O no.
“Por fin han entendido que funcionan mejor los memes que los datos en el show de la democracia”.