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El PP enterró su mensaje de “menos impuestos” el mismo día en el que Truss rectificó su programa fiscal

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La campaña del PP reclamando una bajada generalizada de impuestos iba viento en popa gracias, entre otras cosas, al eco que acabó teniendo por parte de los presidentes socialistas que tomaron partido a favor de la reducción fiscal promovida por Juanma Moreno en Andalucía. Alberto Núñez Feijóo insistía en todos sus actos y su equipo más próximo, encabezado por su vicesecretario de Economía, Juan Bravo, el coordinador general, Elías Bendodo, y la portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra, se entregaban a diario a la tarea de evangelizar sobre los beneficios que tendría para la economía española poner fin al actual “infierno fiscal”.

Fue entonces cuando la primera ministra británica, Liz Truss, recién llegada al número 10 de Downing Street, anunció su ambicioso plan de reforma fiscal siguiendo el mismo libro que guía al equipo de Génova: menos impuestos es dejar más dinero en manos de los ciudadanos, estimular la economía y acabar recaudando más gracias al crecimiento. Un proyecto que, de haberse consumado, habría costado 50.000 millones de euros a las arcas públicas británicas como consecuencia de la reducción del tipo máximo del IRPF del 45% al 40%, en beneficio de los 630.000 británicos que ganan más de 150.000 libras al año.

La histórica bajada de impuestos, parte de la nueva política económica ultraliberal que quería impulsar Truss, ocurrió el 23 de septiembre. Ese mismo día, mientras se desataba inmediatamente el pánico en los mercados y se hundía la cotización de la libra esterlina frente al dólar, el PP saludaba el anuncio de Truss con un tuit en el que lo contraponía a las políticas de Pedro Sánchez: “Sánchez se queda cada vez más solo, también internacionalmente, en contra de las bajadas de impuestos”.

Durante bastantes días, el PP reforzó sus mensajes sobre fiscalidad rotulando sus atriles y los fondos de sus actos públicos con un lema tan sintético como contundente: “Menos impuestos”. Se podía leer de fondo, por ejemplo, cuando Feijóo reunió a su Comité Directivo Nacional, el 26 de septiembre (la foto que ilustra esta información). 

El 3 de octubre, el mismo día en el que Truss se vio obligada a dar marcha atrás en su rebaja fiscal eliminando la supresión de la rebaja en el tipo máximo del IRPF para las rentas altas y tratando de descargar toda la responsabilidad en su ministro de Economía, Kwasi Kwarteng, el “Menos impuestos” del argumentario del PP todavía era bien visible en actos de partido. Su puede leer perfectamente detrás de Bravo y Gamarra en una reunión en la calle Génova con los miembros del equipo económico que diseña, precisamente, las propuestas fiscales del partido.

Esa fue, sin embargo, la última vez que se pudo leer el lema “Menos impuestos” en un acto público del Feijóo o de la dirección del PP. Ese mismo día, el vicesecretario de Economía ofreció una rueda de prensa en la que, por primera vez, intentó desmarcar las propuestas de Feijóo de las de Truss e incluso desmentir que su partido quisiese bajar impuestos.

Marcha atrás

Para sorpresa de los periodistas que acudieron a aquella convocatoria, Bravo llegó a negar que lo que plantea su formación sea bajar impuestos, despreciando evidencias como, por ejemplo, las declaraciones que había hecho la víspera el coordinador general del PP, Elías Bendodo, diciendo “el PP lleva en el ADN bajar impuestos” y que sus gobiernos “bajan impuestos”. “Hemos conseguido, no solo en Andalucía, allá dónde lo hemos hecho, que bajando impuestos se crea empleo, se crea riqueza”.

Bravo intentó explicar que lo que en realidad propone el PP no es bajar impuestos, sino “no subirlos”. “No sé si hay que bajar impuestos, lo que no hay que hacer es subírselos a la gente”, repitió hasta en cuatro ocasiones. El líder del PP llevó esta contradicción al extremo el pasado lunes cuando declaró que en realidad la política de Truss se parece más a la de Pedro Sánchez que a la que él defiende. “Nosotros no hemos propuesto una masiva bajada de impuestos”, afirmó negando los hechos. 

Para argumentarlo, recordó que la propuesta que trasladaron en abril al Gobierno habla de “una bajada selectiva de impuestos a las rentas medias y bajas”. En realidad, el PP siempre ha remarcado que, si gobernara, bajaría de forma generalizada los impuestos, pero que había limitado la propuesta remitida al Gobierno para facilitar un acuerdo. De hecho, Feijóo sostiene, como hacía su antecesor, que bajar impuestos crea riqueza y que cuanto más se bajen más riqueza se crea.

El líder del PP llegó a decir que en realidad el que se parece más a Truss es Sánchez porque lo que está haciendo es “una subida masiva de impuestos, incluida una subida de impuestos a las rentas medias y bajas”, aunque no explicó cómo ha llegado a semejante conclusión. Lo cierto es que el Gobierno ha acordado un paquete de medidas fiscales que incluye una rebaja del impuesto del IRPF para rentas por debajo de los 21.000 euros brutos anuales y un nuevo impuesto para las grandes fortunas.

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“Nuestra política se parece mucho menos a la ex primera ministra británica que la política del Gobierno actual, que se parece un poco más, que consiste en incrementar los impuestos, el gasto y la deuda”, insistió Feijóo. “La propuesta del PP de España no tiene nada que ver con la que ha hecho” Truss, repitió.

La verdad es que el programa electoral con el que el PP se presentó a las elecciones en noviembre de 2019, y que todavía no ha sido revisado, proponía “una rebaja fiscal del IRPF que afectará a todos los contribuyentes” con un “tipo máximo”, el que grava a los más ricos, que “se situará por debajo del 40%”, y una “rebaja del Impuesto de Sociedades por debajo del 20%”.

La marcha atrás del PP ha dado pie al PSOE para volver a acusar a Feijóo de “poco fiable” e “insolvente”, y de practicar el “oportunismo político”. “¿Hoy el PP está por bajadas o por subidas de impuestos?”, se preguntan fuentes de Ferraz, recordando que Feijóo antes abogaba por “bajar impuestos de forma intensa”, el otro día habló de “actualización de la tarifa del impuesto de la renta” mientras Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de Madrid, pasaba de reclamar “bajar drásticamente los impuestos” a decir que ella siempre ha defendido que los impuestos “hay que manejarlos con cautela”. 

La campaña del PP reclamando una bajada generalizada de impuestos iba viento en popa gracias, entre otras cosas, al eco que acabó teniendo por parte de los presidentes socialistas que tomaron partido a favor de la reducción fiscal promovida por Juanma Moreno en Andalucía. Alberto Núñez Feijóo insistía en todos sus actos y su equipo más próximo, encabezado por su vicesecretario de Economía, Juan Bravo, el coordinador general, Elías Bendodo, y la portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra, se entregaban a diario a la tarea de evangelizar sobre los beneficios que tendría para la economía española poner fin al actual “infierno fiscal”.

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