El PP de Feijóo calla ante las mentiras del 11M pero defiende a un Aznar que sigue propagando bulos

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El vigésimo aniversario de los atentados del 11M era una cita incómoda para el PP de Alberto Núñez Feijóo. Porque le distrae la atención de la agenda principal, que Génova ha fijado en la ley de amnistía y en el caso Koldo, pero también porque le pone ante el espejo de las mentiras del Gobierno de José María Aznar y las complicidades con las que Mariano Rajoy y los suyos dieron después pábulo a las teorías de la conspiración que intentaban desacreditar la investigación policial y la sentencia judicial. Entonces se trataba de discutir la legitimidad del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero; hoy, el objetivo es poner en duda la del Ejecutivo de Pedro Sánchez. 

De ahí que el PP diseñase a conciencia este lunes una agenda de actividades concebida para mantener un perfil bajo y evitar la exposición al aniversario. Feijóo era, hace 20 años, conselleiro de Política Territorial del último gobierno de Manuel Fraga y, como es obvio, no tuvo responsabilidad en los mensajes que salían de la Moncloa y de la sede de Génova. Aunque en la actualidad conserva a su lado en el comité de dirección al senador andaluz Javier Arenas, vicepresidente segundo del Gobierno el 11M y uno de los políticos que entonces formaban parte del comité de crisis que organizó Aznar para gestionar la situación.

Todo el fin de semana Feijóo se recluyó con sus barones en Córdoba con la excusa de coordinar políticas en las autonomías en las que gobierna el PP, algunas de ellas en coalición con Vox, y diseñar mensajes en contra del Gobierno, tanto en relación con la amnistía como sobre la corrupción. Y este lunes, el día del aniversario de los atentados, evitó hacer declaraciones, más allá de publicar un par de tuits en contra del terrorismo y a favor de las víctimas.

Silencio

En agenda, y en contra de lo habitual, los dirigentes del PP no incluyeron ninguna de las habituales entrevistas en radio y televisión que aprovechan para difundir sus mensajes contra el Gobierno. Se pusieron así fuera del alcance de las preguntas sobre el 11M, las mentiras del Gobierno Aznar y la contribución del partido a la difusión de bulos sobre la autoría de los atentados.

La única excepción fue la secretaria general, Cuca Gamarra, que convocó a la prensa en la sede de Génova para hablar del caso Koldo y de la amnistía. Fue allí donde no tuvo más remedio que responder a una periodista que le preguntó si el PP compartía el comunicado difundido por la Fundación FAES, presidida por José María Aznar, defendiendo su labor de aquellos días.

“Comparto absolutamente que hoy no es el día para que se dediquen a atacar a quien en aquel momento estaba al frente del Gobierno de España y, con ello, a todos aquellos que tuvieron que afrontar esos días”, fue todo lo que dijo Gamarra defendiendo la gestión de Aznar y, por tanto, los esfuerzos de su gobierno por culpar a ETA.

La número dos del PP, siguiendo el guion fabricado por el equipo de Génova, se limitó a añadir un recuerdo a las víctimas y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, a los Servicios Sanitarios y a todos los voluntarios, “ciudadanos anónimos que se volcaron para ayudar”. Ninguna autocrítica, ninguna declaración reconociendo, ni siquiera de manera indirecta, que el comportamiento del Gobierno aquellos días no fue el correcto.

Aznar no se calla

Lo que el PP de Feijóo acabó defendiendo por boca de Gamarra, desbaratando su deseo de mantener un perfil bajo, fue el comunicado que el propio Aznar, a través de FAES, difundió para arremeter contra quienes han recordado las mentiras de aquellos días asegurando que en realidad buscan tapar las noticias sobre el caso Koldo y la amnistía.

“Ciertas terminales mediáticas de la izquierda”, señaló, “profesionales del embuste, disfrazados de vestales”, han querido “alimentar un viejo rescoldo, atizando las brasas y avivando el fuego, por si el humo pudiese tapar vergüenzas rigurosamente actuales”.

Contra todas las evidencias existentes, Aznar —a través de FAES— defiende que no fue su gobierno quien trató de culpar sin fundamento a ETA, sino la Cadena Ser, el diario El País, José Luis Rodríguez Zapatero, el lehendakari Ibarretxe, ERC e Izquierda Unida. Incluso las fuerzas y cuerpos de seguridad, que a media mañana del día 11 ya reunían pruebas que apuntaban al terrorismo yihadista, y el CNI, al que atribuye un informe señalando a la banda terrorista que el director de entonces de este organismo, Jorge Dezcallar, reduce a una impresión personal. Ni una palabra acerca de la rueda de prensa de Arnaldo Otegi, portavoz de Batasuna, desmintiendo a primera hora de la mañana que ETA tuviese nada que ver con el atentado. 

El resto del comunicado se centra en tratar de argumentar que los atentados no fueron una consecuencia de la participación de España en la guerra de Irak.

De los dirigentes con mando en plaza, casi la única que habló fue la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en el marco del acto de homenaje organizado en la capital. Lo hizo, eso sí, para subrayar la intencionalidad política de los autores, argumentando que “los principios y los valores de una democracia liberal no pueden verse violentados gratuitamente”.

Feijóo aplaude el discurso contra Sánchez

Los demás, callaron. O hablaron de corrupción y de independentismo. Los que asistieron al acto organizado por la Asociación de Víctimas del terrorismo (AVT), como el propio Feijóo, su lugarteniente y portavoz en el Congreso, Miguel Tellado, Cuca Gamarra, la propia Ayuso y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, aplaudieron sin reserva alguna el durísimo discurso contra Pedro Sánchez que pronunció en el parque del retiro la presidenta de la AVT, Maite Araluce, por no acudir al Parque del Retiro y estar presente en el acto de la Unión Europea que se celebraba a la misma hora en presencia de Felipe VI. 

Allí mismo, trufó su discurso de referencias a ETA, acusó a Sánchez de preferir “hacerse fotos con Bildu”y de “renegar” de las víctimas con un trato “injusto, indigno y humillante”. Criticó que los etarras cumplan condena “cerca de sus casas”y aventuró que no está garantizado que los asesinos “cumplan íntegramente sus condenas”. “A nosotros, las verdaderas víctimas, se nos priva nuestro derecho de alzar la voz y ahora dicen que Bildu es la voz que ilumina España, que protege a la clase trabajadora”, se quejó. En un momento dado, uno de los asistentes se lo reprochó a gritos tratando de hacerle ver que no era el discurso que tocaba en pleno 20 aniversario del 11M.

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“Se ha beneficiado penitenciariamente a terroristas que no han colaborado con la justicia, que no se han arrepentido de nada, que siguen sin colaborar con la justicia para esclarecer los casos aún pendientes de resolver, como el caso del 11M”, señaló dando crédito una vez más a las teorías de conspiración.

Feijóo no habló, pero Génova sí dejó caer que no había sido invitado por el Gobierno de Pedro Sánchez al acto presidido por Felipe VI y su mujer en homenaje a las víctimas de los atentados del 11 de marzo, en el que tampoco estuvieron presentes Ayuso o el alcalde de la ciudad. 

En realidad, como confirmaron fuentes de Bruselas y de la Casa Real, el acto lo organizó la Comisión Europea en el marco del Día Europeo en recuerdo a las víctimas del terrorismo. Y fue ella la que eligió quién debía estar presente. “No queremos que el 11M sea un día polémico. No nos han invitado, pero no vamos a enfangar y utilizar esto. Preferimos no hacerlo”, señalaron fuentes del equipo de Feijóo, dando a entender que era culpa de Sánchez.

El vigésimo aniversario de los atentados del 11M era una cita incómoda para el PP de Alberto Núñez Feijóo. Porque le distrae la atención de la agenda principal, que Génova ha fijado en la ley de amnistía y en el caso Koldo, pero también porque le pone ante el espejo de las mentiras del Gobierno de José María Aznar y las complicidades con las que Mariano Rajoy y los suyos dieron después pábulo a las teorías de la conspiración que intentaban desacreditar la investigación policial y la sentencia judicial. Entonces se trataba de discutir la legitimidad del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero; hoy, el objetivo es poner en duda la del Ejecutivo de Pedro Sánchez. 

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