En el pacto europeo ya no están solos Alfredo Pérez Rubalcaba y Mariano Rajoy. Tras largas negociaciones que se cerraron este mismo martes poco antes de que comenzara el pleno en el Congreso, PSOE y PP lograron atraerse a CiU y PNV –que presentaron enmiendas conjuntas–, UPyD y Coalición Canaria. Del consenso se quedarían fuera, pues, Izquierda Plural (IU-ICV-CHA) –que presentó un texto alternativo– y el resto del Grupo Mixto. Los socialistas eran los principales interesados en adherir a otras fuerzas, precisamente para paliar la imagen de soledad con los conservadores. El acuerdo fue aprobado por el Congreso a última hora de la tarde del martes. Al bloque del sí se adhirió Unión del Pueblo Navarro (UPN), socio electoral en 2011 del PP.
Fueron los nacionalistas vascos y catalanes quienes primero anunciaron, en los pasillos de la Cámara baja, que había fumata blanca. Josep Sánchez Llibre (CiU) y Pedro Azpiazu (PNV) celebraron los puntos a los que los dos firmantes iniciales se habían avenido: "Restablecer el flujo de financiación a la economía real" hacia microempresas, trabajadores autónomos y familias (y no sólo pymes), incluyendo para ello la ayuda a proyectos en I+D+i; incrementar la capacidad de inversión del Banco Europeo de Inversiones (BEI) por diferentes vías (especialmente con la emisión de bonos proyecto y la ampliación de fondos destinados a las pymes); la petición de que no se "desperdicien" los 10.000 millones del presupuesto comunitario que no se gastaron en el marco financiero 2007-2013 y se empleen para "políticas de crecimiento y empleo" y la defensa de que, "como muy tarde a finales de año", el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, presente "un calendario con medidas concretas para lograr una auténtica unión económica y monetaria", asentada en cuatro pilares: unión bancaria, unión fiscal, "legitimidad democrática y rendición de cuentas".
También se incorpora la precisión de que la UE debe "reorientar sus políticas y combinar las políticas de consolidación fiscal con aquellas que impulsen el crecimiento", pues unas y otras "no son compatibles sino complementarias". Es decir, que se combine austeridad y crecimiento. Además, se reclama expresamente que se adapten los ritmos de los ajustes a la coyuntura económica.
"Dispuestos a decir a Europa que debe cambiar"
En suma, se incide en que desde Europa se financie "la economía productiva, la economía real". Lo que no se añade al texto es la solicitud de puesta en marcha de los eurobonos, para comunitarizar la deuda pública. Los nacionalistas vascos y catalanes cedieron ante el argumento de que ese aspecto no se iba a bordar en el Consejo Europeo y Alemania no iba a transigir de ningún modo.
Sánchez y Azpiazu valoraron el acuerdo como "valioso" porque es "importante" que el mensaje de España llegue a Bruselas respaldado por un "amplio acuerdo" de la Cámara. Que se vea, en la reunión del Consejo Europeo del 27 y 28 de junio, que hay "un montón de diputados españoles dispuestos a decir a Europa que debe cambiar". El portavoz peneuvista reconoció que les habría gustado haber incorporado una redacción "más contundente" con la UE, subrayando el fracaso de su política económica, pero "en aras del consenso" tuvieron que aparcar sus pretensiones.
Justo después, UPyD también confirmó que votaría a favor de la proposición no de ley enmendada. En el caso de la formación de Rosa Díez, arranca a PSOE y PP cuestiones menores: que se recuerde que la recapitalización directa de la banca ya se acordó en el Consejo Europeo de junio de 2012 y que las nuevas propuestas que tengan un impacto positivo en el crecimiento y la creación de empleo se vuelquen en los "países con problemas". UPyD no arrancó lo que, según su diputada Irene Lozano, era "lo más importante", que la idea "genérica" de invertir en empleo juvenil, creación de empleo, educación, formación e I+D "se excluya de los objetivos de déficit". "Es una vergüenza", sostuvo, que el Parlamento Europeo lo haya aprobado y, sin embargo, no lo haga el Congreso en España.
Y Ana Oramas, de Coalición Canaria, también se sumaba al consenso porque refrendaba los cambios planteados por CiU y PNV. Su compañero de Nueva Canarias, Pedro Quevedo, optaba por la abstención.
La "base" de la política que España plantea a Europa
Ya en el pleno, el portavoz de los conservadores, Alfonso Alonso, presentó el acuerdo como "una propuesta completa de hasta 10 puntos que son la base de la política económica que España plantea a Europa" y confió en que el consenso "absolutamente mayoritario" alcanzado hoy martes tenga continuidad. "Esta semana va a ser una batalla difícil en Bruselas en la que los españoles nos jugamos mucho pero el hecho de poder hacerlo desde la fortaleza de la credibilidad como país y con la solidez que da el apoyo de esta Cámara, le confiere un valor añadido a la defensa de los intereses de España", proclamó.
A su vez, su homóloga socialista, Soraya Rodríguez, apuntó que la cumbre europea y la moción firmada por la gran mayoría del Congreso debería ayudar a moverse a Europa, a deslizarse de las políticas de austeridad a ultranza, que han sido un "fracaso", para abrazar las medidas de estímulo del crecimiento. "Los problemas no son culpa de Europa, sino de las políticas erróneas de austeridad sin límite", sostuvo, informa Europa Press.
IU: una "traición" a los trabajadores
Izquierda Plural, mientras, rechazó el acuerdo alcanzado porque supone, según apuntó su primer portavoz adjunto, una "traición" a los trabajadores y sólo sirve para "parchear" una Europa que está fracasando, informa Efe. Con la misma contundencia lo condenaron los representantes del Grupo Mixto, a excepción de CC y UPN. Alfred Bosch (ERC) señaló que el pacto "no es más que una foto mosaico a la que han ido agregando pedacitos", antes de censurar que España vaya al Consejo "como el enfermo de Europa, corrupto y tramposo". Rafael Larreina (Amaiur), definió la entente como una "foto muy sepia", un "acuerdo de cartón piedra que perpetúa el mismo modelo" y no va "a la raíz del problema". Olaia Fernández Davila (BNG) afeó a los dos grupos mayoritarios que incidan en apoyar la "Europa economicista que está produciendo tanta desgracia social", mientras que Uxue Barkos (Geroa Bai) tachó el consenso de "oportunidad perdida".
La votación, pues, la esperada: 292 votos a favor (PP, PSOE, CiU, PNV, UPyD y UPN), 14 votos en contra (IU-ICV-CHA, Compromís-Equo, Geroa Bai y BNG) y 4 abstenciones (Foro Asturias, Nueva Canarias y Amaiur). El apoyo a la moción fue, por tanto, del 83,43% del Congreso. Rajoy, por cierto, no estaba en la votación. Sí Rubalcaba.
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¿Y ERC? Los republicanos decidieron no participar en la votación tras amagar con vetar la votación del acuerdo. Y es que como lo que se sometía al escrutinio de los diputados era una enmienda transaccional redactada a varias bandas, se requería el consentimiento de todos los grupos. Desde el Mixto, informa Europa Press, fue Amaiur quien primero amenazó con frenar la votación, pero luego dio marcha atrás por respeto al debate, y luego ERC incidió. Sin embargo, el presidente de la Cámara, Jesús Posada, recordó que sólo el portavoz titular del grupo puede expresar su rechazo. Y este mes, por turno, le corresponde a Barkos. La diputada navarra no quiso impedir la votación.
La proposición no de ley alternativa de Izquierda Plural fue rechazada por PSOE y PP. Sin embargo, su primer punto, el que pedía la derogación de la reforma constitucional pactada en 2011, fue apoyado por UPyD, Compromís-Equo, ERC, Amaiur y BNG. CiU, PNV, Foro Asturias y Coalición Canaria se abstuvieron.
En el pacto europeo ya no están solos Alfredo Pérez Rubalcaba y Mariano Rajoy. Tras largas negociaciones que se cerraron este mismo martes poco antes de que comenzara el pleno en el Congreso, PSOE y PP lograron atraerse a CiU y PNV –que presentaron enmiendas conjuntas–, UPyD y Coalición Canaria. Del consenso se quedarían fuera, pues, Izquierda Plural (IU-ICV-CHA) –que presentó un texto alternativo– y el resto del Grupo Mixto. Los socialistas eran los principales interesados en adherir a otras fuerzas, precisamente para paliar la imagen de soledad con los conservadores. El acuerdo fue aprobado por el Congreso a última hora de la tarde del martes. Al bloque del sí se adhirió Unión del Pueblo Navarro (UPN), socio electoral en 2011 del PP.