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Los Presupuestos se vuelcan con los jóvenes y les reservan sus medidas estrella y 12.500 millones

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Sin casa, sin trabajo y sin expectativas. La realidad de los jóvenes en España está lejos de ser idílica. El 38% de los menores de 25 años está en paro y más del 80% no puede emanciparse. A finales de 2020 tan solo un 15,8 % de los jóvenes entre 16 y 29 años habían logrado abandonar el hogar de su padres y madres, la peor cifra desde el año 1999 según datos del Consejo de la Juventud de España.

La generación nacida entre 1986 y 2003 ha sufrido dos crisis económicas en los años dedicados a su formación y a su incorporación al mercado laboral. Un lastre que se traduce en precariedad y temporalidad. Cada vez más jóvenes tratan de sobrevivir con contratos temporales. De hecho, en España la tasa de temporalidad entre los menores de treinta se sitúa por encima de la media de la Eurozona y de países como Alemania, Francia, Italia o Reino Unido. Y lo lleva haciendo desde antes incluso de que estallara la Gran Recesión.

"Los jóvenes sufrieron una crisis de expectativas desde hace muchos años", apunta a infoLibre Eduardo Bayón, politólogo y consultor en comunicación política, asuntos públicos y estrategia. Lo que, inevitablemente, les ha convertido en un colectivo con mayor desafección hacia la política y con cotas más altas de abstencionismo "Recordemos, por ejemplo, que el Gobierno de Rajoy redujo las becas Erasmus a un solo cuatrimestre o que estableció requisitos futuros y no solo anteriores de las becas académicas. Todo ello sumado al gran problema existente con el empleo juvenil o la emancipación tardía, directamente relacionada con los empleos precarios y el alto precio de la vivienda", prosigue el experto.

"No diría que los jóvenes fueron los grandes olvidados en los últimos años, pero nunca se les trató como una parte de la sociedad adulta y con conciencia para decidir, para pensar, y a los que también les afectan las decisiones políticas", sintetiza Marta Marcos, politóloga, socióloga y consultora de comunicación de Gad3, que también apunta que "la izquierda siempre les tuvo más en cuenta".

Discrepancias de fondo entre los socios del Gobierno

En este contexto, el Gobierno ha convertido a los jóvenes en los protagonistas del anteproyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2022 aprobado por el Ejecutivo de coalición este jueves. Estas cuentas, las más importantes de la legislatura, destinarán 12.550 millones de euros, el "doble de dinero que el año anterior", a políticas para la juventud, en palabras de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.

Entre las medidas anunciadas, destacan el bono joven cultural, presupuestado en 210 millones de euros, y el bono alquiler joven para facilitar la emancipación y el acceso a la vivienda, una partida dotada con 200 millones de euros. Asimismo, Montero ha cifrado en 2.199 millones el presupuesto para becas. Todo ello ascendería a unos 2.610 millones de euros.

El bono cultural es una ayuda directa de 400 euros dirigida a jóvenes que alcancen la mayoría de edad, como la que ya disfrutan jóvenes de otros países europeos como Francia e Italia para lacompra de libros o el consumo de cualquier tipo de actividad artística, como el teatro, el cine o la danza. La iniciativa partió de Unidas Podemos y el PSOE la aceptó, pero con un elemento añadido: la inclusión de la tauromaquia como "bien cultural" para disfrutar de ese bono. En ese sentido, Lucía Muñoz, la parlamentaria más joven de Unidas Podemos, asegura que a su formación no le parece que "los toros sean cultura", y finalmente no se incluirá en la partida.

Por lo que respecta al bono joven de vivienda, se trata de una ayuda directa de hasta 250 euros mensuales para personas entre 18 y 35 años con ingresos menores a 23.725euros. Una medida que decidió el PSOE en solitario, sin tener en cuenta la opinión de su socio de Gobierno. Muñoz también admite que a su formación le hubiera gustado que se tratara de un bono "más ambicioso".

"Son buenas iniciativas en forma, y no tanto en contenido", explica la politóloga Marta Marcos, que teme que esta serie de ayudas no tengan "una repercusión real" que afecte a la vida de los jóvenes. "Es una herramienta propagandística muy jugosa", defiende, pero que "con el tiempo, se puede volver en contra del Gobierno, porque no son inclusivos ni tienen una trascendencia práctica, por lo que pueden generar frustración entre los más jóvenes y también entre sus propios votantes", expone.

En esto difiere Omar Anguita, líder de las Juventudes Socialistas, que confía en el impacto de estas medidas. "Estamos muy contentos porque se incluyen muchas de nuestras reivindicaciones", apunta. "Y estamos viendo como el presidente Sánchez se vuelca con una generación a la que ha sido ninguneada", concede.

Por el momento se desconoce para qué se destinarán los casi 10.000 millones de euros restantes, pero fuentes gubernamentales apuntan a partidas destinadas al empleo que se desgranarán en las próximas semanas. La ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha marcado la reducción del paro juvenil como la asignatura pendiente de la legislatura.

¿Cómo se reparte el voto joven y cuáles son sus preocupaciones?

Los jóvenes de entre 18 y 29 años han votado en los últimos años a lo que comúnmente se entiende como "nuevos partidos". De hecho Unidas Podemos, una de las formaciones que conforman el Ejecutivo, encuentra en este grupo de población un gran filón (el 17%-18% de su voto total). Mientras que Vox (y antes Ciudadanos) despunta en la franja de entre los 25 y los 54 años.

En el caso de los partidos tradicionales, PSOE y PP, la primera fue la formación más votada entre menores de 28 años en los últimos comicios generales. A tenor de los datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, obtuvo un respaldo por encima de la media en la franja de entre 18 y 24 años. Pero Sánchez no consiguió convencer a las generaciones de entre 25 y 44 años. Logró aguantar el tipo en los comicios de noviembre gracias al fuerte apoyo que registra entre los mayores de 55 años, una franja que también vota mayoritariamente al PP. 

Los expertos consultados destacan que los jóvenes se han movilizado más en los últimos tiempos en aquellos "temas más transversales y no tan asociados a la clase social", en palabras de Bayón. Según el Informe 2020 del Instituto de la Juventud, el trabajo es el principal interés entre los jóvenes españoles, seguido de la educación, la igualdad, la seguridad y la vivienda. Tras estos cinco primeros temas, el cambio climático se posicionaba entre los grandes intereses de los jóvenes. "Antes no entraban en la agenda. Ahora, a la preocupación por el trabajo o por la economía, se suma la igualdad o el cambio climático. Así, las necesidades materiales siguen siendo fundamentales, pero no únicamente. Y los partidos, unos más y otros menos, lo tienen en cuenta", explica la consultora de Gad 3.

Hablar menos de pensiones y más de vivienda

Anguita cree que los jóvenes deben estar en el centro del discurso político para sentirse interpelados por la política. "Hablar de pensiones está muy bien, pero eso no puede ser lo único. Hay una generación que lo está pasando terriblemente mal", expone. El socialista, nacido en el año 1990, recuerda que sus compañeros de carrera se vieron forzados a emigrar durante la crisis de 2008 y recalca que algunos de ellos también han sufrido un duro golpe con el covid-19.

"Los jóvenes sí que están interesados por la política, al contrario de lo que se suele pensar –reflexiona Muñoz-–, otra cosa es que sientan representados por los políticos". La diputada morada cree que "cuando la representación no es elitista, sino entre iguales", el mensaje suele calar más en los jóvenes, al igual que ver a gente joven metida en política. "Llama más la atención".

Ambos confían en las acciones que planean implementar sus partidos en estos Presupuestos y creen que sí se puede llegar a los más jóvenes a través de las políticas públicas. "2022 debe ser el año de los jóvenes", resume Muñoz. "Tenemos que dar soluciones prácticas a problemas reales: vivienda, trabajo, educación", zanja Anguita.

¿Se está derechizando la juventud?

En los últimos años el Partido Popular no ha encontrado en los jóvenes un gran caladero de votantes. Sin embargo, la contundente victoria de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, en mayo de este año cambió esa inercia. En dos años pasó de obtener el 12% de los apoyos entre los jóvenes de 18 y los 24 años, a lograr el 29%.

Marcos cree que Ayuso ha marcado el camino que necesitaba el PP. "Alejar su marca de las viejas concepciones que llevaba ancladas a sus siglas", explica. "Además, los jóvenes, como el resto del electorado, percibe cambios de tendencia, especialmente por el desgaste que sufre el Gobierno de coalición, que incitan a la movilidad del voto de aquellos más indecisos".

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Bayón difiere. "No hay una transición hacia la derecha por parte de los jóvenes -asegura-, en Madrid se produjo un voto aglutinado en torno a una formación política en lo que respecta a su espacio electoral. Sumado a una rebeldía en clave reaccionaria frente a la progresía y en clave libertaria frente a las restricciones por la crisis sanitaria", resume.

El presidente de las Juventudes Socialistas también ofrece ese diagnóstico a este medio. "Es más sencillo decir que hemos fracasado", señala, teniendo en cuenta que su formación quedó en tercer lugar en los comicios, superada por Más Madrid. "Pero en Madrid se dio una situación única con un contexto de restricciones muy específico", apunta, con la pandemia de fondo.

Por su parte, la diputada de Unidas Podemos sí cree que nos encontramos ante una tendencia más o menos generalizada por el impacto de la covid-19. "Ante unas restricciones tan duras, el discurso de la libertad triunfa. Eso ha pasado en Madrid, pero también en Latinoamérica", asegura Muñoz, que también lo mezcla con el componente de "rebeldía" asociado a la juventud.

Sin casa, sin trabajo y sin expectativas. La realidad de los jóvenes en España está lejos de ser idílica. El 38% de los menores de 25 años está en paro y más del 80% no puede emanciparse. A finales de 2020 tan solo un 15,8 % de los jóvenes entre 16 y 29 años habían logrado abandonar el hogar de su padres y madres, la peor cifra desde el año 1999 según datos del Consejo de la Juventud de España.

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