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Los principales seguros privados cuentan con cláusulas que excluyen la atención en casos de epidemia oficialmente declarada

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El ministro de Sanidad, Salvador Illa, insistía la noche del martes en lanzar un mensaje de confianza en el sistema sanitario y sus profesionales a raíz del brote de coronavirus que ha dejado diez nuevos casos en las últimas horas. Las palabras del ministro forman parte de un elogio generalizado dentro del Ejecutivo de Pedro Sánchez al sistema sanitario público, como mejor garantía de actuación frente a los riesgos que plantea el Covid-19.

El virus, prácticamente desconocido hasta ahora, se ha hecho con todas las miradas. En ese contexto, el papel de la sanidad pública en el país resulta crucial. ¿Y qué ocurre con los seguros privados? Lo cierto es que cada póliza fija una serie de condiciones que determinan la atención médica a recibir por los usuarios, pero a rasgos generales las epidemias o pandemias tienden a quedar excluidas. Un extremo que, sin embargo, todavía no se ha producido en el caso del coronavirus. Fuentes de la aseguradora Asisa explican que, a día de hoy, "cualquier persona que sea asegurada y vaya a un hospital privado con síntomas, va a ser atendido y se aplicarán los protocolos establecidos por la autoridad sanitaria".

Actualmente, añaden desde la compañía, "el sistema público y el privado actúan como un único sistema, los protocolos son los mismos y se va a atender normalmente". La situación, reconocen, cambiaría si la evolución tiende a una pandemia o epidemia. "En ese caso sería diferente", afirman. "Las pólizas de seguro de salud excluyen los casos vinculados a una epidemia", pero actualmente "no estamos en esa situación", enfatiza el interlocutor de la aseguradora. Varios seguros privados han declinado emitir una respuesta concreta a las preguntas formuladas por infoLibre y han señalado a Unespa, la patronal del seguro, para la información oficial.

En un comunicado emitido el miércoles, la patronal del seguro declara su "colaboración con las medidas para controlar la propagación del coronavirus" establecidas por las autoridades sanitarias "al asumir los costes derivados de la atención a posibles pacientes infectados". De esta manera, los usuarios que acuden "a un centro sanitario privado de los cuadros médicos de las aseguradoras están siendo atendidos con total normalidad". Los centros asistenciales, además, "tienen la obligación de informar a las autoridades sanitarias de los posibles casos que detecten y, a partir de ahí, seguir las directrices que marquen en cada momento los poderes públicos", indica Unespa.

Las condiciones generales trazadas por compañías como Mapfre, Sanitas o Asisa mencionan las dolencias derivadas de "epidemias declaradas oficialmente" como riesgos excluidos. No obstante, desde Unespa explican que dada la situación se deberá atender el mandato del Ministerio de Sanidad y los protocolos oficiales. En todo caso, desde la asociación subrayan que "el seguro ha asumido en el pasado reciente los costes generados por otras situaciones similares" como la gripe aviar, la porcina o la gripe A. La organización trata de emitir un mensaje de tranquilidad y resaltar que la situación actual dista de una epidemia declarada.

Marciano Sánchez, portavoz de la Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública, explica que la tendencia en los seguros privados "cuando hay un problema de salud pública o de costes muy elevados no es intentar atenderlo", aunque "cada caso determina si existen esas exclusiones y están especificadas en el contrato", lo que "va a depender mucho de cada compañía aseguradora".

Lo que sí dice convencido el portavoz de la federación es que, a rasgos generales, los seguros privados "funcionan usando la letra pequeña que la gente no se lee y cuando llega un problema importante de salud" es la sanidad pública quien asume el reto de abordarlo con garantías. "Siempre que hay un problema importante de salud o una situación de pánico, tensiona mucho el funcionamiento de la sanidad pública e impone retos", expone Sánchez. "Pero no hay una alternativa: es la única que va a garantizar la atención sanitaria de calidad para todo el mundo", pese a tratarse de "temas costosos sin ningún tipo de rentabilidad".

Es en este tipo de situaciones donde se percibirá con mayor claridad, además, el "deterioro" del sistema público de salud. "Durante estos años se ha producido una disminución de los recursos, de las camas, muchas diferencias entre comunidades y la privatización del sistema", lo que hace "que sea un poco más débil". Y aún así, se trata de un modelo que demuestra "mucha resistencia". Brotes como el del coronavirus "ponen en evidencia lo importante de cuidar el sistema público", que se torna "fundamental en los momentos en los que hay una situación crítica y lo que se requiere es una respuesta eficiente".

Pandemia o epidemia: el caso de la gripe

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, apeló el mismo miércoles al lenguaje en torno al brote. "Lo cierto es que ahora el término pandemia está empezando a perder sentido, cuando a veces es más fácil que una enfermedad produzca casos en las dos puntas del globo en lugar de generar epidemias locales". Sí es cierto, agregó, que "cuando el mundo se movía despacio el término pandemia tenía un sentido muy claro e implicaba situaciones de riesgo muy amplio que había que controlar", pero a día de hoy "hay que ponerlo en la justa medida de lo que puede significar".

El mismo miércoles, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, declaró que "no deberíamos estar demasiado ansiosos por declarar una pandemia sin un análisis cuidadoso y claro de los hechos. El uso descuidado de la palabra pandemia no tiene ningún beneficio tangible, pero tiene un riesgo significativo en términos de amplificar el miedo y el estigma innecesarios e injustificados y los sistemas paralizantes".

La OMS ya emitió el lunes un comunicado en el que reflexiona en torno a las posibilidades de una pandemia. "La OMS ya declaró una emergencia de salud pública de interés internacional –nuestro mayor nivel de alarma– cuando hubo menos de cien casos fuera de China y ocho casos de transmisión de persona a persona". Los criterios para el uso de la palabra pandemia, dice el organismo, se basan en "una evaluación continua de la propagación geográfica del virus, la gravedad de la enfermedad que causa y el impacto que tiene en toda la sociedad". Por el momento, añade, "no estamos presenciando la propagación mundial incontenible de este virus y no estamos presenciando una enfermedad grave a gran escala". Sin embargo, advierte, el virus tiene "un potencial pandémico" para el que "todos los países, comunidades, familias e individuos" deben "prepararse".

Tal y como recoge Acnur en su página web, una pandemia equivale a la "propagación mundial de una nueva enfermedad", mientras que una epidemia "es una enfermedad que se propaga durante algún tiempo por un país, afectando simultáneamente a un gran número de personas". Las diferencias sustanciales entre ambos términos radican en "la expansión desde el punto de vista geográfico de la enfermedad" y el "rápido aumento de los casos de personas afectadas por la enfermedad".

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Un informe elaborado por el Centro Nacional de Epidemiología y el Instituto de Salud Carlos III en marzo de 2019 ofrece algunas líneas sobre la terminología, referida en este caso concreto a la incidencia de la gripe en España. La pandemia por el virus de la gripe A ocurrida en el año 2009 marcó un punto de inflexión. Aquel episodio "puso de manifiesto que la OMS y los Estados Miembros no estaban plenamente preparados para evaluar con rapidez la gravedad de una pandemia", de manera que el sistema de evaluación, hasta ahora asentado sobre seis fases, se dio por superado.

Los organismos internacionales trabajaron entonces en la confección de una guía para los casos de "transmisión inter-humana sostenida" de gripe. De acuerdo al consenso de las autoridades españolas, "la gravedad de una epidemia de gripe (o una pandemia en su caso) se establece en función de tres indicadores: la transmisibilidad del virus circulante, la gravedad de la enfermedad que produce y su impacto en la población". El primer indicador refleja "la facilidad con la que circula el virus" entre las personas y las comunidades. El segundo tiene que ver con el modo en que "se afectan las personas cuando se infectan por el virus". Finalmente, el tercer valor está relacionado con la medida en que "afecta a la población la epidemia o pandemia", tanto en el sector sanitario como en la población general. Todo ello siempre en relación al virus de la gripe. En enero de 2020, en base a dichos parámetros, el Sistema de Vigilancia de la Gripe anunció el "comienzo de la onda epidémica de gripe de la temporada 2019-20".

Respecto al coronavirus, por el momento las autoridades españolas no han declarado oficialmente estar ante una epidemia dentro de las fronteras estatales y tampoco los organismos internacionales han consolidado la idea de una pandemia. Este miércoles, Fernando Simón aseguró que el riesgo de transmisión local del virus es moderado, aunque "en las zonas donde no hay casos no hay ningún riesgo".

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, insistía la noche del martes en lanzar un mensaje de confianza en el sistema sanitario y sus profesionales a raíz del brote de coronavirus que ha dejado diez nuevos casos en las últimas horas. Las palabras del ministro forman parte de un elogio generalizado dentro del Ejecutivo de Pedro Sánchez al sistema sanitario público, como mejor garantía de actuación frente a los riesgos que plantea el Covid-19.

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