El PSC esperará a que ERC asimile su debacle en las urnas para encauzar la investidura de Illa

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“Calma”. Esta idea sale de los cuarteles generales del socialismo. Tras el histórico resultado de la noche del domingo en las elecciones catalanas, ahora toca gestionar un complejísimo escenario para poder armar la mayoría necesaria que lleve a Salvador Illa al Palau de la Generalitat. El PSC quiere manejar esta situación de la manera más prudente, con contención y con mucho diálogo.

En el socialismo no hay duda de que la única vía posible para formar un Govern pasa por Salvador Illa y rechazan la propuesta de apoyar a Carles Puigdemont (Junts), al que no le salen los números con todas las fuerzas independentistas y quien se quedó a siete escaños del PSC este 12M. Por lo que las miradas están puestas principalmente en las fuerzas progresistas y el gran objetivo es que Esquerra Republicana acabe no bloqueando el escenario.

Esquerra Republicana está en estos momentos destrozada, habiendo descendido hasta la tercera posición y habiendo perdido hasta 13 escaños (en el nuevo Parlament tendrá veinte asientos). Los republicanos siguen en shock y el president en funciones, Pere Aragonès, anunció este lunes que ni siquiera cogerá el acta como diputado. Durante su comparecencia, el jefe del Ejecutivo catalán también marcó las supuestas líneas roja a partir de este momento: no facilitarán una investidura del PSC ni entrarán en operaciones que “necesiten el acuerdo entre PSC y Junts”. No obstante, en sus palabras señaló que su partido será elemento de “desbloqueo” y en ningún momento dio pistas de querer ir hacia una repetición electoral. Lo que sigue diciendo es que estarán en la oposición (algo que también subrayó durante la noche electoral).

"Hay que dejar que digieran el resultado"

ERC intenta poner la pelota en el tejado de lo que se conoce como la sociovergencia (el PSC y el espacio que antes ocupaba CiU), pero su papel terminará siendo clave, pues tanto Illa como Puigdemont quieren ir a esa investidura. En Ferraz y en el PSC, según fuentes socialistas, señalan que es el momento de la calma y de dejar que los republicanos asimilen lo que pasó el domingo. Creen en el socialismo que los republicanos necesitan tiempo y hacer este viaje: “Hay que dejar que digieran el resultado”. Por lo tanto, los dirigentes socialistas creen que hay que esperar: “En estos momentos no lo saben ni ellos”, como señala una de las personas con más poder del socialismo catalán.

El PSC, como señaló su portavoz, Núria Parlón, prioriza un pacto a tres bandas con ERC y los comunes (entre los tres tienen mayoría absoluta con 68 escaños) que podría terminar en un Ejecutivo tripartito (experiencia que ya tuvieron con Pasqual Maragall y con José Montilla al frente) o con un Govern en solitario de Illa con apoyos externos. Los socialistas recuerdan durante estas horas que ellos no bloquearon y facilitaron que Aragonès siguiera al frente de la Generalitat a pesar de que Junts rompió unilateralmente la coalición.

"Nos gustaría que, aunque ellos hayan decidido que estarán en la oposición, no bloqueen la posibilidad de que el PSC gobierne en Cataluña igual que nosotros no hemos bloqueado cuando estaban en minoría", insistió Parlón. Desde el PSC también se advierte de que no cederán ante la pretensión de Puigdemont aunque amenace con llevarse por delante la gobernabilidad del Ejecutivo central en Madrid. En la dirección socialista federal creen que este 12M no terminará afectando en el Congreso porque van a cumplir con los acuerdos firmados.

El PSC ya tiene preparado a su equipo para negociar con la designación de los miembros: Lluïsa Moret (viceprimera secretaria del PSC y directora de campaña), José Luís Jimeno (responsable de Organización y Acción electoral), Joaquín Fernández (secretario de Política Municipal), Aícia Romero (número dos de la lista), Javier Villamayor (secretario de Programas del PSC) y Ferran Pedret (secretario de Mejora de Autogobierno y Acción Federal del PSC).

Sánchez: "Estoy feliz"

“Estoy feliz”. Esa frase la repitió el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en varias ocasiones a puerta cerrada en la reunión de la Ejecutiva federal del lunes, según fuentes socialistas. En estos delicados días, además, se transmite desde Madrid que el Govern se decidirá en Cataluña. Durante esa cita de la cúpula socialista también se trasladó que todo ha merecido la pena a pesar de los duros meses de acoso de las derechas por la aprobación de la ley de amnistía. Esa idea la ahondó el propio jefe del Ejecutivo, que ha pedido trasladar su agradecimiento a todos los cargos en toda España, a todos los militantes y a todos los que han apoyado al PSOE durante este tiempo.

El resultado coincide casi con la aprobación final de la ley de amnistía, que da sus últimos pasos en el Senado y que será aprobada de manera definitiva por parte del Congreso alrededor del 30 de este mes. El reloj también se pone en marcha en el Parlament con la fecha del 10 de junio (un día después de las elecciones europeas) como fecha tope para la constitución de la Cámara autonómica. Entonces se testará la primera gran votación para elegir al president de la institución, que deberá elegir al candidato tras escuchar a los grupos y fijar la investidura previsiblemente para el 25 de junio. Entonces se abrirá un plazo de dos meses (en el supuesto de que falle el primer intento) para lograr la Presidencia. En el caso más extremo, habrá que repetir las elecciones, que serían a mediados del mes de octubre.

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En esa idea de formar un Gobierno de izquierdas y evitar una repetición electoral están remando con fuerza los comunes, quienes perdieron dos escaños pero que se han convertido en imprescindibles para que Illa pueda llegar a la Generalitat. El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, pidió expresamente al PSC “girar a la izquierda”, mientras que rechazó cualquier intento de acuerdo con Puigdemont. Además, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, remarcó la idea de que Cataluña está en un “cambio de ciclo”, por lo que debe haber un Ejecutivo de corte progresista.

Puigdemont no desiste pero no tiene los números

A pesar de que los números del independentismo no dan, Carles Puigdemont insistió en que quiere intentar la investidura: “Hay opciones ciertas de conseguir más votos por el sí que por el no”. Sus intenciones pasan por intentar también que su partido se haga con la Presidencia del Parlament y toda su estrategia pasa por presionar primero a Esquerra y sumar al independentismo, menos a Aliança Catalana. Una vez lo lograra, el siguiente paso sería pedir la abstención de Salvador Illa. Con otra advertencia: “No amenazamos a Sánchez con que acaba la legislatura si un hay un tripartito de izquierdas, pero si hay juego sucio como es apoyarse en el PP o Vox, entonces no podremos continuar”.

Todos estos movimientos de cara a la investidura coinciden con la celebración de las elecciones europeas, donde el PSOE y el independentismo volverán a medir sus fuerzas en las urnas. Los socialistas han cogido fuerzas con los resultados en Cataluña y entienden además que se hunde la teoría de cambio de ciclo a nivel nacional que los populares trataron de vender tras las elecciones gallegas. En Ferraz subrayan que durante este año en la tres citas en Galicia, Euskadi y Cataluña han sumado 63 escaños en los parlamentos frente a los 62 del PP, además de haber tenido 90.000 votos más que los populares (1.230.310 frente a 1.140.224).

“Calma”. Esta idea sale de los cuarteles generales del socialismo. Tras el histórico resultado de la noche del domingo en las elecciones catalanas, ahora toca gestionar un complejísimo escenario para poder armar la mayoría necesaria que lleve a Salvador Illa al Palau de la Generalitat. El PSC quiere manejar esta situación de la manera más prudente, con contención y con mucho diálogo.

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