El PSC logra una victoria histórica, Illa acaricia la Generalitat y el independentismo se hunde

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La noche del 12M deja una Cataluña totalmente diferente. El PSC arrasó este domingo subiendo hasta los 42 escaños en el Parlament, mientras que el independentismo se hundió y perdió la mayoría absoluta con la que ha venido gobernando durante los últimos catorce años la Generalitat, por lo que se evapora la posibilidad de reeditar un Ejecutivo soberanista.

Los catalanes dejaron este domingo el siguiente fragmentado mapa político en el Parlament: PSC (42), Junts (35), ERC (20), PP (15), Vox (11), Comuns Sumar (6), CUP (4) y Aliança Catalana (2). Pero este escenario está dominado por una victoria arrolladora de Salvador Illa, que era el gran favorito de las encuestas y que logra una pantalla en la que sólo él aparece como un candidato viable para liderar el Govern. Cualquier posibilidad de pacto pasa por él: o PSC o repetición electoral.

Illa, en su apuesta por una candidatura transversal y centrada en los asuntos cotidianos, lleva al PSC a crecer hasta nueve diputados respecto a las elecciones catalanas de 2021 (lo que supone un incremento de casi 5 puntos). De esta manera, se repite el éxito de los socialistas durante los pasados comicios generales en Cataluña y especialmente supone una rúbrica a la arriesgada hoja de ruta del partido que ha pasado por la aprobación de polémicas medidas como los indultos y la ley de amnistía. Además, por primera vez en su historia el socialismo logra ser primera fuerza en votos y parlamentarios.

El batacazo del soberanismo

La otra cara de la moneda fue la del independentismo que pasa de su amplísima mayoría absoluta de 74 escaños a 59 sumando a ERC, Junts y la CUP (una cifra que se incrementa hasta 61 si se añade a la extrema derecha soberanista Alliança Catalana). Dentro de ese espacio, se produce el sorpasso de Junts a Esquerra, volviendo Carles Puigdemont a dominar internamente el soberanismo. El espacio posconvergente, a pesar de haber hecho la campaña el expresident desde Francia, sube un punto y tres asientos en el Parc de la Ciutadella.

La gran debacle de la noche tiene el nombre de Esquerra Republicana. Pere Aragonès vio cómo fracasaba su estrategia de adelantar las elecciones generales y sufre un descalabro al caer hasta 13 diputados y más de siete puntos respecto a lo que pasó en 2021. Los republicanos se tropiezan por un alto desgaste por su gestión (no lograron cohesionar el Gobierno y no supieron hacer frente a los graves problemas derivados de la sequía). 

La pérdida de la mayoría absoluta que dan los 68 escaños también pasa por otro gran bajón de la CUP, con la izquierda anticapitalista bajando casi tres puntos y pasando de 9 a cuatro escaños respecto a las anteriores elecciones. En el espacio independentista aparece un nuevo invitado pero de un signo absolutamente contrario: la extrema derecha de Aliança Catalana, que irrumpe por primera vez en el Parlament con 2 escaños (más de 117.000 votos y un 3,79% de apoyo).

El independentismo, por lo tanto, no suma por primera vez la mayoría absoluta desde 1984. Se abre una nueva etapa en la comunidad autónoma, donde en los últimos años el sentimiento independentista ha decaído (en el último barómetro del CEO se recogía que el 50% de los catalanes está a favor de quedarse en España, mientras que un 42% apuesta por la independencia). Durante esta campaña las preocupaciones pasaron principalmente por asuntos como la sequía, la sanidad y la economía. Los partidos soberanistas no han puesto sobre la mesa esta vez una fecha para realizar una consulta, aunque mostraron su intención de presionar a Pedro Sánchez para poner las urnas.

El PP se impone a Vox

La gran subida de la noche la protagoniza, en número de escaños, el Partido Popular, que pasa a tener 15 después de haber pasado una legislatura con una raquítica cifra de tres. Los de Alberto Núñez Feijóo se nutren principalmente de la desaparición de Ciudadanos (los naranjas se quedan fuera de la Cámara, donde tenían actualmente seis puestos). Además, los populares logran superar en su espacio a la ultraderecha de Vox (que sube 0,3 puntos y repite sus once diputados). Los naranjas terminan de sepultarse y borran su historia, pasando de haber ganado las elecciones de 2017 con 36 parlamentarios en plena aplicación del artículo 155 a no lograr ni uno en 2024.

Una de las paradojas de la noche se da con los Comuns, que han perdido dos escaños y un poco más de un punto de voto, pasando de ocho a seis representantes en el Parlament. Pero el partido, cuya candidatura está liderada por Jéssica Albiach, tendrá que jugar un papel muy importante para que el PSC pueda sumar en una futura investidura. Este partido incluso se ha mostrado abierto a entrar en un futuro Govern sí tiene corte progresista.

ERC aleja un Gobierno tripartito pero puede apoyar desde fuera

Ahora empieza otra partida muy complicada: la gobernabilidad. Salvador Illa es el único aspirante con posibilidades reales de poder armar una mayoría. La alianza que tendría más fuerza en escaños sería con Carles Puigdemont. El aspirante del PSC nunca ha cerrado la puerta del todo, pero en una entrevista con infoLibre el último día de campaña decía: “Francamente no me veo gobernando con Junts”. Además, los posconvergentes han rechazado en la campaña dar sus votos al PSC.

Salvador Illa: "Francamente no me veo gobernando con Junts"

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La opción más viable en estos momentos es la suma de mayoría absoluta de 68 que da la fórmula de izquierdas con el PSC, Esquerra Republicana y los comunes, que podrían formar un tripartito o una fórmula de alianza parlamentaria. Los tres actores ya gobernaron de hecho de manera conjunta en los conocidos tripartitos con Pasqual Maragall y José Montilla al frente. Ahora la pelota la tiene ERC y en su comparecencia por la noche Aragonès dijo que estarán en la “oposición”, por lo que parece descartar ese Govern a tres bandas. Sobre su decisión de apoyar o no a Illa externamente también pesará mucho que ir a una repetición electoral puede ser todavía más letal al verse como un freno a que haya un Ejecutivo de izquierda y percibiendo cómo parte de su electorado se ha trasvasado hacia el socialismo.

El 12M refuerza a Sánchez

El 12M también impacta de lleno en la política nacional y supone un fuerte espaldarazo a Pedro Sánchez, que hizo que los primeros días de campaña quedaran eclipsados por el periodo que se tomó de reflexión sobre su futuro. El presidente del Gobierno ve cómo su apuesta por la distensión y la convivencia en Cataluña recibe un gran apoyo. La amnistía, que ha protagonizado un duro debate a nivel nacional, ha sido premiada en la comunidad. Ahora toca lograr el equilibrio para que la investidura de Illa no suponga un choque con alguno de los socios de Junts y ERC que haga tambalear la mayoría que sostiene el Palacio de La Moncloa. Pero los socialistas creen que el independentismo, y más después de estos resultados, no puede permitirse facilitar un Ejecutivo del PP y de Vox.

Además, el gran resultado del PSC supone un auténtico impulso de cara a las elecciones europeas, donde el PSOE parte en las encuestas por detrás del Partido Popular. Los socialistas se llenan de moral (sumando la subida en Euskadi y olvidando los resultados de Galicia) y esperan reactivar a su electorado con una papeleta encabeza por Teresa Ribera para el 9 de junio.

La noche del 12M deja una Cataluña totalmente diferente. El PSC arrasó este domingo subiendo hasta los 42 escaños en el Parlament, mientras que el independentismo se hundió y perdió la mayoría absoluta con la que ha venido gobernando durante los últimos catorce años la Generalitat, por lo que se evapora la posibilidad de reeditar un Ejecutivo soberanista.

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