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El PSOE andaluz denuncia un pacto entre Madina y Rubalcaba y Susana Díaz se plantea pelear por el liderazgo del partido

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El PSOE andaluz cambia de posición y mueve ficha. El lunes, tras el anuncio de la marcha de Alfredo Pérez Rubalcaba y la convocatoria de un congreso extraordinario, desaconsejaba el salto de Susana Díaz a Madrid. Sin embargo, ayer miércoles el partido empezó a lanzar mensajes elocuentes de que la presidenta de la Junta podría optar a la Secretaría General, porque está "recibiendo llamadas por todas las vías posibles desde dentro y, sobre todo, desde fuera de Andalucía". Pero en el ánimo de la baronesa pesó también lo que desde su entorno denunciaban como una confluencia entre Eduardo Madina y Rubalcaba, un "amaño" que se escenificó con la petición del diputado vasco de que todos los militantes pudiesen votar en el congreso extraordinario del PSOE y el inmediato respaldo de la dirección de Rubalcaba a esa idea. Un acuerdo que relevantes cargos socialistas interpretaron como un gesto para facilitar el acceso del diputado a la cúspide del PSOE.

El cabreo en el PSOE de Andalucía era ayer mayúsculo

. Fuentes próximas a la jefa del Ejecutivo autonómico denunciaban, en conversación con infoLibre, que Rubalcaba "no había hablado con ella, ni con otros líderes territoriales" durante todo el día, ni le había prevenido, ni sabía cómo quería regular ese cambio trascendental en los estatutos del partido. "Es un amaño de perdedores, de políticos que no han ganado nada y están pensando en ellos mismos. Es de locos", afirmaban las mismas fuentes en referencia al acuerdo entre Rubalcaba y el parlamentario por Bizkaia sobre el congreso.

La jornada quedó ayer marcada por las declaraciones de Madinadeclaraciones , hechas a primera hora de la mañana en los pasillos del Congreso. "Creo que comprendo muy bien cuál es el estado de ánimo que tienen en este momento los militantes del PSOE y por eso quiero anunciarles que sólo valoraré las decisión de presentar mi candidatura a la Secretaría General si la elección de secretario general se hace por voto directo" de las bases, anunció el diputado por Bizkaia. Madina se hacía eco de un clamor muy transversal en el partido: la protesta por ir a un cónclave extraordinario al uso, como los de siempre y sin escuchar la voz de las bases. Al cabo de pocos minutos, la portavoz parlamentaria, Soraya Rodríguez, se mostró partidaria de "una participación más directa de todos los militantes". 

Estas últimas palabras no eran casuales. Como recordaban desde el círculo más próximo a Rodríguez, ella "siempre habla por boca de su jefe, de Rubalcaba". "Puede discrepar con la opinión de Alfredo, pero cuando habla ante los periodistas es porque ya ha consensuado una posición con él", explicaban.

"Se ha jugado la cara por los militantes"

A partir de ese momento, cayeron en cascada más declaraciones de barones y dirigentes territoriales, manifestándose durante toda la jornada a favor de que los militantes puedan elegir a su líder: el vasco Patxi López, el manchego Emiliano García-Page, el asturiano Jesús Gutiérrez, el extremeño Guillermo Fernández Vara, el valenciano Ximo Puig, el gallego José Ramón Gómez Besteiro, el castellanoleonés Julio Villarrubia, el riojano César Luena... Las excepciones las protagonizaron hombres más vinculados a la vieja guardia, quienes defendieron el sistema vigente, el de delegados: el número dos de las europeas, Ramón Jáuregui –que lo hizo a primera hora, antes de que creciese la polémica–, el expresidente andaluz Manuel Chaves y el expresidente del Congreso José Bono. 

Cerca de las dos de la tarde, fuentes oficiales de la Ejecutiva informaban de que Rubalcaba ya estaba sondeando a los barones para buscar vías que permitan que el próximo secretario general sea elegido entre las bases, porque consideraban ese debate "relevante y pertinente". 

Casi en paralelo, se manifestaba el secretario de Organización del PSOE andaluz, Juan Cornejo. El partido en Andalucía, dijo, siempre "ha apoyado la mayor participación posible" de las bases. "Por tanto, a mí no me suena mal que los militantes puedan participar", añadió el dirigente, que a su vez instaba a Rubalcaba a enviar la propuesta para que así la federación adoptara una postura "colegiada". El camino hacia la votación directa del líder parecía ya expedito, habida cuenta del peso de la federación en el conjunto del PSOE. Desde el círculo de Madina se felicitaban de que su gesto hubiera tenido frutos. "Se ha jugado la cara por los militantes del partido", comentaban. "Lo que había que conseguir era una unanimidad en torno a la votación directa del secretario general, no para echar un pulso a Ferraz", indicaban fuentes de la dirección del Grupo Socialista. 

Ese trasiego de declaraciones de ida y vuelta fue lo que se vio a la luz pública. Pero entre bambalinas se podía percibir una altísima tensión. Fuentes próximas a Susana Díaz se quejaban de que Rubalcaba no se hubiera puesto en contacto "durante todo el día" con ella, para consultarle sobre cómo regular esta modificación crucial de cara al congreso del 19 y 20 de julio. No daban crédito al "circo irresponsable" que se había "montado" desde primera hora de la mañana. "Están generando un debate interno innecesario, sólo entendible porque viene de gente ociosa. ¿A qué viene alimentar ese debate público? Están pensando en ellos. No es desde luego nuestra forma de actuar", analizaba un alto cargo del PSOE andaluz, que recriminaba a Rubalcaba el "no gobernar el partido". "Si no va a tomar decisiones y se va a dejar arrastrar, que hubiese montado una gestora. Pero si se queda, que ejerza". Desde la federación más potente del partido denunciaban que se hubiera intentado hacer ver que Díaz era contraria a la votación directa de los afiliados, "porque no es así". 

La opción de compaginar la Junta y la Secretaría General

El "mosqueo" de la presidenta fue creciendo a medida que pasaban las horas. Ya por la tarde, desde su entorno de confianza, el mismo que hace días advertía de que sería un error que ella diera el salto a Madrid, se incidía en que está "recibiendo muchos mensajes y muchas llamadas por todas las vías posibles, desde dentro y sobre todo desde fuera de Andalucía". "Ella es consciente de lo que está en juego y no va a hacer nada que perjudique a Andalucía. Ahora bien, quizá quepa preservar Andalucía y ayudar a la recuperación del PSOE. En cualquier caso, no se puede tomar una decisión en caliente. Hay que dejar las cosas reposar", decía un alto cargo de la Junta. Distintos responsables consultados por este diario apuntaban a soluciones que permitiesen combinar puesto institucional y orgánico, como que Díaz se convirtiese en la líder del partido pero no optase a la candidatura a la Moncloa. Un formato copiado del SPD alemán.

Otro cargo muy próximo a la presidenta se mostraba ayer partidario de que Díaz compagine la Junta y la Secretaría General del PSOE, porque ella es la que suscita “más consenso interno”. “Hay que poner de jefe del PSOE a quien tenga más acuerdo, porque si es una propuesta que divide al partido, hemos hecho un pan como dos tortas, porque venimos de eso, de un congreso dividido. No habremos ganado nada. Lo mejor que podría hacer Edu [Madina] es luchar por la portavocía en el Congreso, ya que es diputado, y ella no”. Esta fuente, de muchísimo peso dentro del partido, apostaba incluso por un mínimo diseño de la nueva ejecutiva: monocolor, de integración y con los barones de las federaciones más potentes dentro, con el fin de armar un timón muy sólido.

“El martes creíamos que no sería posible que ella aspirase a la Secretaría General, y hoy sí. ¿Y si Susana decide aceptar el reto?”, se preguntaba otra veterana que conoce bien a la presidenta.

Desde el círculo más estrecho de Díaz se mostraban más prudentes. Reconocían que le estaban “calentando la cabeza” en los últimos días, y que no había una decisión tomada. “Cuando tenga que decir algo, lo dirá”, prevenían. Ella siempre ha recalcado que su “prioridad” es Andalucía. En caso de que finalmente no opte a la Secretaría General, parece plausible que acceda a la Presidencia del partido, puesto que antes ocuparon Manuel Chaves o José Antonio Griñán, o que coloque a alguien de su confianza en un cargo clave como la Secretaría de Organización, el control del aparato.

"Susana vio que si quiere la silla tendrá que pelear"

Un importante dirigente que apoya a Madina como sucesor de Rubalcaba decía que el despecho del PSOE andaluz se explicaba porque pensaba que no habría pelea por el liderazgo del partido. "El lunes Susana pensaba que la silla estaba vacía. Y vio que no, que si la quiere va a tener que pelear por ella". Y es que desde el círculo del exdiputado se había insistido en que él, que había estado preparando su proyecto para las primarias abiertas, podría valorar presentarse a la Secretaría General al margen de lo que decidiese la baronesa andaluza. Él mismo lo dijo ante los medios el martes. Y así fue: sacó la cabeza sin esperar a que Díaz dijera si daba o no el paso. 

La decisión de que los 200.000 afiliados del PSOE puedan votar a su próximo líder, en cualquier caso, no está tomada. Ayer por la tarde, fuentes oficiales señalaban que no basta con que lo crea oportuno una mayoría de barones, sino que debe acordarse "por unanimidad". "Tiene que ser toda la organización del partido la que esté detrás", rubricaban. Hasta ahora, de todos los líderes territoriales que manifestaron en público su opinión, sólo puso más resistencias el aragonés Javier Lambán, quien pidió a Madina y a Carme Chacón, otra de las candidatas oficiosas, que "por una vez piensen más en el partido que en ellos mismos". La exministra de Defensa, por cierto, ayer se mantuvo silente pero en su entorno se reafirmaron en que su apuesta son las primarias abiertas para dar una respuesta al "contundente" mensaje de las urnas, si bien en el partido está asentada la percepción de que ella difícilmente podría vencer en un cónclave. El otro aspirante, Pedro Sánchez, habló después de Madina y apoyó el referéndum para designar al jefe del PSOE. 

Lo que no está tan claro es que el método de congreso abierto pase por el Comité Federal, el máximo órgano de dirección. Puede que sea aprobado únicamente por la ejecutiva. Fuentes del equipo de Rubalcaba insistieron en que "no hace falta", porque ya "hay un precedente", el de Galicia. El año pasado, el Comité dio luz verde a una consulta a la militancia, "experimental", previa al congreso extraordinario del PSdeG. De modo que bastaría aplicar ese caso al cónclave de julio, porque además siempre se trataría de un referéndum "no vinculante". Diversos dirigentes analizaban que si Rubalcaba quiere sortear el Comité es para no sufrir más "desgaste", no exponerse a un chaparrón de críticas por su gestión. "Es humanamente comprensible", reconocía un barón territorial.

El encaje orgánico

Andalucía quiere que la cúpula federal envíe su propuesta, pero considera que es indispensable que aporte "seguridad jurídica", porque si el procedimiento "es impecable, no se cuestionará". Entre las federaciones, la opinión más extendida es que si hay consenso, importa menos cómo se articule orgánicamente, porque la clave es que el método se pacte, "por el bien del partido" y para evitar mayores desgarros. "Ponerse de acuerdo es básico, y si se consigue este paso intermedio, que no es ni congreso clásico ni primarias abiertas, aunque las haya después, no suena mal", indicaba un cargo próximo al madrileño Tomás Gómez.

En varios dirigentes territoriales sentó bien la propuesta de Madina y le aplaudían que se hubiera anotado un tanto muy demandado por la militancia, necesario para que el PSOE vuelva a ser "creíble". Pero había quien, no obstante, recordaba que el diputado no lo "apoyaba" anteriormente. "Y otros lo venimos defendiendo desde hace años, él ha sido más reactivo", expresaba un barón influyente. Desde Ferraz, mientras, se reiteraba que ya avalaron este cambio hace un año, que lo llevaron a la Conferencia Política –y se aplazó por falta de acuerdo– y que en la ejecutiva del lunes la vicesecretaria general y cabeza de lista el 25-M, Elena Valenciano, advirtió de que este debate se produciría, y que sería necesario introducir más participación. Lo que quizá se daba menos por descontado es que la iniciativa generase la primera gran tensión de este largo camino hacia el congreso de sucesión de Rubalcaba 

El PSOE andaluz cambia de posición y mueve ficha. El lunes, tras el anuncio de la marcha de Alfredo Pérez Rubalcaba y la convocatoria de un congreso extraordinario, desaconsejaba el salto de Susana Díaz a Madrid. Sin embargo, ayer miércoles el partido empezó a lanzar mensajes elocuentes de que la presidenta de la Junta podría optar a la Secretaría General, porque está "recibiendo llamadas por todas las vías posibles desde dentro y, sobre todo, desde fuera de Andalucía". Pero en el ánimo de la baronesa pesó también lo que desde su entorno denunciaban como una confluencia entre Eduardo Madina y Rubalcaba, un "amaño" que se escenificó con la petición del diputado vasco de que todos los militantes pudiesen votar en el congreso extraordinario del PSOE y el inmediato respaldo de la dirección de Rubalcaba a esa idea. Un acuerdo que relevantes cargos socialistas interpretaron como un gesto para facilitar el acceso del diputado a la cúspide del PSOE.

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