El PSOE araña votos al PP mientras Sumar y Podemos no logran movilizar: el CIS, más allá del auge de Vox

El análisis independiente de las tablas del CIS de abril publicado este martes depara varias confirmaciones, algunas sorpresas y un par de pistas importantes de cómo podría evolucionar el panorama electoral en los próximos meses.
Empecemos por las confirmaciones, reflejadas en una estimación que un mes más apunta a un escenario inestable e incierto, con una mayoría de la derecha de 179 escaños, sólo 3 por encima de la mayoría absoluta —marcada en 176—, y por tanto insuficiente para vislumbrar de qué lado podría decantarse la balanza en caso de convocatoria de elecciones anticipadas. La suma de PP y Vox lleva año y medio en la horquilla de los 174 a 184 escaños, unas cifran que difieren del marco que intenta imponer el PP de ventaja amplia y suficiente. Y todo apunta que así se mantendrá hasta que encaremos la recta final de legislatura, sea esta cuando sea. Hay partido.
La segunda de las certezas es la efervescencia de Vox. El 15% puede resultar llamativo y algunos parecen descubrir ahora con alarma la posibilidad de que la formación de Abascal pueda entrar en una espiral de crecimiento similar a la de otros partidos antisistema, pero lo cierto es que Vox llevaba ya muchos meses amagando con acercarse a los 50 escaños, en un vaivén permanente entre el 12% y el 14%, y era cuestión de tiempo que rompiera esa barrera. El efecto directo es que la derecha recupera la aritmética para formar gobierno, puesto que en esa franja del 12% al 15% se reparten muchos escaños en provincias medianas.
Feijóo cosecha su peor resultado desde que es presidente del PP, y puede pensar que a mal tiempo buena cara, pero la sombra de su posible vicepresidente es cada vez más alargada. Hace menos de 48 horas podíamos leer en algún medio de referencia conservador “el PP se lanza a por el medio millón de votos anti Trump de Vox” y cabe pensar que más le valdría proteger a los suyos antes de mirar a los de su derecha, habida cuenta de que la transferencia del PP a Vox se ha disparado hasta la friolera de los 700.000 votos, por “solo” 420.000 haciendo el camino inverso.
Hay que matizar que el trabajo de campo de este CIS no recoge los efectos de la guerra arancelaria (y su impacto en el bolsillo de todos los que tienen ahorros invertidos en bolsa), que probablemente esté minando el apoyo al presidente norteamericano, pero en todo caso la impresión es que el PP no acaba de encontrar la manera de armar un relato ilusionante para los suyos. De un lado su fidelidad electoral ha caído hasta el 77% (tres puntos más baja que la del PSOE, con todo lo que ha llovido) y manda a la abstención casi medio millón de votantes, unas cifras alarmantes para sus intereses. De otro, no consigue frenar la sangría entre los más jóvenes: Vox gana al PP en las tres primeras franjas de edad, la de 18 a 24 años (algo ya recurrente), pero también en la de 25 a 34 y de 35 a 44. Y tampoco pesca entre los que se abstuvieron en 2023, al estar por detrás de PSOE y Vox. Como colofón, las menciones a Abascal en espontáneo como presidente preferido duplican a las de Feijóo por debajo de los 35 años.
La yincana de Sumar y Podemos
Como decíamos, todo esto confirma algo que ya veíamos en ciernes en otros barómetros. También el lento crecimiento de Podemos a costa de Sumar. La distancia entre uno y otro se acorta en un momento en que las tensiones entre ambos han vuelto a dispararse a causa de la posible candidatura de Irene Montero. Con todo, Sumar mantendría 9 o 10 escaños, por 5 de la formación morada, y como viene sucediendo desde que concurren por separado, se dejan por el camino parte de las aspiraciones de la izquierda para revalidar gobierno. Recordemos que juntos lograron 31 actas y está por ver si se alcanza un mínimo entendimiento que ponga fin a lo que Manuela Carmena ha calificado como “una yincana para ver quién es más de izquierdas”.
Un efecto colateral de su división es que ninguno de los dos arrastra casi voto desde la abstención. Un 44% de los que optaron por Sumar en 2023 mantendría su voto, un 30% optaría por Podemos, un 12% por el PSOE y un 5% se quedaría en casa. Pero ninguno de los dos, ni Sumar ni Podemos, logra atraer apoyo de los abstencionistas –y apenas un 2,8% del PSOE– lo que nos habla de dos marcas que no logran vehiculizar a día de hoy un voto instalado en la melancolía o la desidia. Muchas de ellas mujeres, hasta un 35% instaladas hoy en la desmovilización o la indecisión sobre si ir a o no urnas. En la mente de todos está que llegado el Día D esa gente saldrá a votar, aun sin ganas, para evitar un mal mayor, pero la realidad a día de hoy es que en caso de elecciones sumarían PP y Vox.
Por vez primera aparece incipiente una transferencia reseñable de PP a PSOE
Esto sí que es una sorpresa porque llevábamos mucho tiempo sin verlo: 250.000 votantes del PP optarían hoy por el PSOE. En realidad solo supone un 2,4% de los electores del PP, pero es una novedad, que de confirmarse en futuros barómetros, sería importante. Lo es por varias razones, en primer lugar porque no hay apenas movimientos entre bloques y cualquier mínimo cambio es relevante, en segundo lugar porque el saldo entre PSOE y PP entre votos ganados y perdidos se reduce a su mínima expresión y eso permite al PSOE discutir la primera posición a los populares.
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Este es, de hecho, el segundo barómetro en poco tiempo que –del análisis de las tablas– se infiere la victoria al PSOE (aunque sin posibilidades de formar gobierno), y lo es porque se suma a otra novedad, antes mencionada de pasada, la fuga a la abstención es hoy mayor entre los votantes del PP que los del PSOE, a lo que se une la menor capacidad del PP para pescar entre los que no votaron hace año y medio. La realidad es que el PSOE, con su 30,5% y sus 128 escaños se mantiene estable, y son más los deméritos del PP los que están propiciando esta foto, al caer los de Feijóo con el 29,5% a sus números más bajos, un punto y medio menos de lo que lograron en las pasadas elecciones de julio del 23.
La imagen del líder de los populares entre sus votantes vuelve a caer tras el ligero repunte de marzo. Dos décimas en solo un mes, y se sitúa en una valoración de 6 sobre 10. Sánchez está un punto por encima entre los suyos y no manifiesta altibajos.
Rafael Ruiz es consultor y analista de datos en asuntos públicos en Logoslab.