Lo prometido es deuda. La semana pasada Alfredo Pérez Rubalcaba prometió a Mariano Rajoy que le remitiría su plan completo de reactivación económica para combatir el desempleo. Lo hizo ayer lunes, 13 de mayo, en cuanto la Comisión Ejecutiva Federal, reunida en Ferraz, dio su visto bueno definitivo. El documento, de 50 páginas, recoge las propuestas de los socialistas planteadas en la última semana y diseña los diez temas sobre los que quieren discutir con el Gobierno, fuerzas políticas, sindicatos, patronal y comunidades autónomas para poner en pie un pacto de Estado. Tarea ímproba –por no decir imposible– si se tiene en cuenta que el Ejecutivo ha dicho ya mil veces que desdeña los grandes acuerdos.
"Sigo pensando que España necesita un gran acuerdo. Es verdad que no vemos al Gobierno muy dispuesto a intentarlo, pero en esta situación delicadísima por la que atraviesa el país pensamos que es fundamental hacerlo. No es el remedio inmediato de la crisis, pero daría confianza a los españoles y a las economías mundiales en nuestro país", señaló Rubalcaba en rueda de prensa tras la ejecutiva federal.
¿Cuáles son los diez puntos (y no nueve, como por error dijo el secretario general en su comparecencia de la mañana) sobre los que cree el PSOE que hay que dialogar? Estos: establecer un determinado porcentaje de gasto en el trienio 2013-2015 para sanidad y educación ("Tenemos que decidir cuánto dinero nos vamos a gastar en esto en los próximos años"); reforzar el Pacto de Toledo; política de vivienda, para hacerla más accesible; control de precios; reforma fiscal "bajo los principios de equidad y suficiencia en la recaudación"; impulsar un nuevo modelo de crecimiento, basado en la competitividad, la política industrial y la I+D+i; plan urgente para las políticas de atención a las personas dependientes; articular reformas en sectores como la energía; introducir cambios en todas las Administraciones públicas y pactar una Ley de Transparencia que incluiría medidas anticorrupción. Objetivo: buscar una salida de la crisis en la que "nadie se quede atrás" y se repartan con justicia los sacrificios de la crisis.
El PSOE no se marca plazos ("Seremos flexibles"), ni líneas rojas taxativas. Pero seguirá apremiando al Gobierno a que actúe y se siente a pactar. ¿Y si no lo hace, y si el Gobierno rehúsa entablar un diálogo? Rubalcaba descartó montar un "frente opositor" con el resto de fuerzas políticas: "Nuestra prioridad es llegar a acuerdos con todos. Y en eso vamos a trabajar". Si no hay forma, las propuestas previsiblemente se traducirán en iniciativas parlamentarias. El secretario general remachó que le asiste la razón, que Europa está cambiando de discurso, que está cambiando de "ajuste, ajuste, ajuste", a "ajustes más políticas de crecimiento y empleo", un giro que España debe "aprovechar", máxime cuando en la calle están 6,2 millones de parados. Le asiste, añadió, la demanda social, porque los ciudadanos por encima de todo pide que partidos, agentes sociales y comunidades se pongan a negociar y alumbren un gran acuerdo.
Se preguntó a Rubalcaba si no era contradictorio demandar con una mano alianzas con el Gobierno y, por otro, pedir la dimisión de Mariano Rajoy, como hizo hace tres meses. Él sostuvo que no, que es "compatible". Que una cosa es el caso Bárcenas, que no ha desaparecido y enfanga de presunta corrupción al partido en la Moncloa, y otra la responsabilidad del PSOE de buscar una salida consensuada y justa a la recesión. Así que "incompatibilidad, ninguna". "Dije que la responsabilidad era suya y que yo iba a seguir trabajando en lo mío, que no iba a estar todo el día diciendo 'váyase, señor Rajoy', que eso no me iba a impedir tratarle de presidente del Gobierno".
El documento, como ya dijo Rubalcaba, detalla más las propuestas anunciadas e incorpora la hoja de ruta para el pacto de Estado, pero no trae memoria económica. El líder prometió que la habría, pero que en cualquier caso no habría "dificultades de financiación".
30.000 euros por cada contrato indefinido nuevo
Dos son las medidas estrella: una moratoria en los despidos –haciéndose el Estado cargo de una parte del coste de los sueldos de las empresas con dificultades para salir adelante– y la "recapitalización preventiva" de los bancos. Es decir, que el Mede (fondo permanente de rescate) inyecte otros 30.000 millones en las arcas de las entidades financieras para que estas a su vez hagan circular crédito a las empresas y se establezca un programa de reestructuración de la deuda hipotecaria de las familias. Pero hay muchas más iniciativas: que los bancos con ayuda puedan ser obligados a dar créditos, que el Banco Europeo de Inversiones libere inversiones para políticas de estímulo, que se cree un fondo de emergencia contra la pobreza (dotado con mil millones), que se apoyen nuevos proyectos empreariales jóvenes, que se respalden empresas intensivas en empleo y/o con "alto potencial innovador" o que se articule una reforma fiscal que aumente las bases impositivas. Especialmente desarrollado está el capítulo de medidas para combatir el paro juvenil, muy por encima ya del 50%. Por ejemplo, el PSOE quiere que se conceda un crédito de hasta 30.000 euros por cada contrato indefinido que hagan las empresas a trabajadores desempleados.
Ver másPlan de reactivación económica para combatir el desempleo (13/05/2013)
En cuanto al pacto global de rentas, se pretende hacer visible el diseño de una estrategia de "estímulo a la política de reparto del trabajo", mediante el fomento de la reducción de jornada a las empresas que renuncien a despedir, o la articulación de mecanismos "pactados y verificables" para que igual que se moderan los sueldos, se tasan los beneficios empresariales. Así, el PSOE pide que se "penalice" el reparto de dividendos y "las subidas salariales de los directivos". Rubalcaba siempre incide en que sindicatos y empresarios fueron capaces, a principios de 2012, de llegar a un acuerdo de rentas que el Ejecutivo hizo saltar por los aires en cuanto impuso su reforma laboral que los socialistas, por cierto, exigen derogar.
Después de que el plan socialista fuese remitido a la Moncloa, el Gobierno habló. Fuentes gubernamentales señalaron ayer lunes a Europa Press que Rajoy mantiene su oferta de pactos concretos a los grupos de la oposición, pero que está dispuesto a escuchar la oferta de Rubalcaba. Desde el Ejecutivo insistieron en que si hay voluntad de entendimiento, previstas están cinco grandes reformas estructurales: pensiones, medidas anticorrupción, reforma de la Administración local, reforma del conjunto de las Administraciones públicas y Ley de Unidad de Mercado. El líder socialista volvió a recordar ayer que el PP no puede pretender adhesión a sus reformas. Pactar, rubricó, es dialogar.
Lo prometido es deuda. La semana pasada Alfredo Pérez Rubalcaba prometió a Mariano Rajoy que le remitiría su plan completo de reactivación económica para combatir el desempleo. Lo hizo ayer lunes, 13 de mayo, en cuanto la Comisión Ejecutiva Federal, reunida en Ferraz, dio su visto bueno definitivo. El documento, de 50 páginas, recoge las propuestas de los socialistas planteadas en la última semana y diseña los diez temas sobre los que quieren discutir con el Gobierno, fuerzas políticas, sindicatos, patronal y comunidades autónomas para poner en pie un pacto de Estado. Tarea ímproba –por no decir imposible– si se tiene en cuenta que el Ejecutivo ha dicho ya mil veces que desdeña los grandes acuerdos.