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El PSOE no entrará en los Gobiernos que no presida

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Ya tiene el PSOE unos mimbres básicos para saber cómo conducir las negociaciones postelectorales. Una mínima pauta aprobada por el Comité Federal del partido, su máximo órgano de dirección: sí a facilitar Ejecutivos de progreso, no a entrar en Gobiernos que no presida un socialista y no a gobernar "a cualquier precio". 

El tenor de la resolución política aprobada por unanimidad este sábado [consúltala aquí en PDF] poco podía sorprender, habida cuenta de las declaraciones públicas de las últimas semanas y, sobre todo, tras los comicios autonómicos y municipales del 24-M. Y también porque es la síntesis, como enfatizaban en Ferraz, de las conversaciones que mantuvo, desde el martes hasta ayer viernes, Pedro Sánchez con sus barones. Tanto en charlas informales bilaterales como en la cena que anoche celebraron en la sede federal. 

El documento comienza resaltando que los ciudadanos eligieron "cambio" el 24-M, un cambio "hacia una mayor justicia social y una mejor democracia", y manifestaron "su firme rechazo a las políticas de recortes en derechos sociales, de privatizaciones de los servicios públicos, de falta de compromiso con la limpieza democrática, que hoy representa el PP de Mariano Rajoy". Según la lectura el PSOE, los electores rechazaron el paro o el empleo precario, la pobreza para la mayoría o la corrupción, y concluyeron que los conservadores "deben pasar a la oposición en la gran mayoría de las instituciones". 

Asimismo, también decidieron "que el PSOE fuera la primera fuerza de progreso en este país". "Nos encomendaron liderar y gobernar el cambio", señala el texto, en la línea de las palabras, esta mañana, de Sánchez ante sus compañeros. "Pero los socialistas somos conscientes de que la época de las mayorías absolutas se ha acabado. Las bases sociales que han promovido dicho cambio son plurales, por lo que harán falta acuerdos para plasmarlo en Gobiernos estables y coherentes. El entendimiento y el diálogo serán imprescindibles para afrontar este nuevo tiempo político, para el que los socialistas estamos preparados". 

La ciudadanía no quiere a la derecha

El PSOE se dice "dispuesto" a buscar esos acercamientos con "generosidad y apertura de miras, sin imposiciones ni apriorismos". "Pero es nuestra obligación dejar claro desde el principio que nuestro objetivo no es pactar y llegar a los diferentes Gobiernos a cualquier precio. Queremos acuerdos que cambien las políticas y sirvan para atender las necesidades de los ciudadanos, no meros repartos de poder". Esta precisión es importante, en la medida en que el PSOE quiere reforzar su imagen de partido que no ansía el poder por el poder. O, como quería Susana Díaz, no a los pactos que no sean entendibles

Los socialistas aseguran que, "siempre que haya acuerdo en los contenidos", facilitarán "Gobiernos de progreso, porque la ciudadanía ha decidido dejar atrás las políticas de la derecha, que sólo han sembrado sufrimiento y desigualdad". "Pero allí donde el PSOE no sea primera fuerza de la izquierda –añade–, nuestra voluntad es la de no formar parte de esos Gobiernos".

Eso ocurre, por ejemplo, en Madrid y Barcelona, ya que en ambas ciudades lideran Ahora Madrid (con Manuela Carmena al frente) y Barcelona en Comú (con Ada Colau como probable alcaldesa), o en Santiago (donde encabeza Compostela Aberta), A Coruña (Marea Atlántica) y Ferrol (Ferrol en Común), o en Zaragoza (Zaragoza en Común), Valencia (Compromís), Cádiz (Por Cádiz Sí Se Puede) o Zamora (IU).

No entrar en Gobiernos que capitaneen otras fuerzas de izquierdas, y a las que se facilitará la investidura, es una directriz general, pero podría ser revisable en los siguientes meses, según confesaba una dirigente de la ejecutiva federal. A fin de cuentas, esta es la toma de posición previa a la constitución de los ayuntamientos, el 13 de junio, y los parlamentos autonómicos, a partir del mes próximo. En cualquier caso, si el PSOE entra en el Ejecutivo liderado por IU en Zamora o por Compromís en Valencia, no habría "prohibición", siempre según fuentes de la dirección. También Podemos ha asegurado que no entrará en Gobiernos presididos por socialistas

El PSOE, asegura el documento, propiciará "Gobiernos estables" y capaces de desplegar políticas "coherentes" con el proyecto socialdemócrata. Justo la promesa que había enunciado Sánchez en la apertura del Comité. Los socialistas, subrayan, tienen un "proyecto de país", que es "reformista, justo y modernizador", y para ello hablarán con el resto de fuerzas progresistas para que el proyecto se aplique en el mayor número de ayuntamientos y comunidades. "Y luego vamos a prepararnos para ganar las elecciones generales y llevarlo a cabo en el Gobierno de la nación". 

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Según fuentes de la dirección, las conversaciones con otras fuerzas políticas se acelerarán la semana próxima. Tanto por las alturas como en los territorios. Pedro Sánchez ya quedó esta semana en mantener un encuentro con Pablo Iglesias (Podemos) y con Albert Rivera (Ciudadanos). Aunque aún no hay fecha. 

En Andalucía, la investidura de Susana Díaz ya se ha bloqueado en tres ocasiones. En el PSOE no se descarta que al final el PP acabe absteniéndose, como hará José Antonio Monago en Extremadura para dejar paso a Guillermo Fernández Vara. En Ferraz entienden, no obstante, que esa abstención "no es un pacto", "es simplemente el voto del Grupo Popular, que asume sus resultados", su derrota en la comunidad más poblada de España. 

Ya tiene el PSOE unos mimbres básicos para saber cómo conducir las negociaciones postelectorales. Una mínima pauta aprobada por el Comité Federal del partido, su máximo órgano de dirección: sí a facilitar Ejecutivos de progreso, no a entrar en Gobiernos que no presida un socialista y no a gobernar "a cualquier precio". 

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