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El PSOE pelea el espacio de centro mientras UP trata de atraer a votantes socialistas

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Los ecos del debate a cinco organizado por la Academia de Televisión se prolongaron este martes en los mítines de una campaña inusualmente corta, aunque lleve meses en marcha. Los partidos políticos que participaron en el espacio televisivo de este lunes quisieron aprovechar la resonancia de la emisión para reforzar sus mensajes en los días decisivos que restan antes de que los ciudadanos digan este domingo quién ha ganado y quién ha perdido. O al menos a quién han decidido premiar y a quién castigar después de ocho meses de parálisis.

El discurso del candidato socialista, Pedro Sánchez, sigue apelando implícitamente al centro del tablero. En un mitin en Badajoz volvió a referirse al PSOE como el único parapeto capaz de hacer frente a la “España en blanco y negro” que representa “la ultraderecha” de Vox, ante la que “callan y transigen” PP y Ciudadanos.

Sánchez advirtió a los partidos dirigidos por Pablo Casado y Albert Rivera de la “OPA” que Vox ha lanzado sobre ellos y criticó que durante el debate no rebatiesen las ideas de Abascal para liquidar el Estado autonómico, derogar la ley de violencia de género o ilegalizar a los partidos nacionalistas. Con ese “silencio” se mostraron como una “derecha achantada ante una derecha agresiva”.

El PSOE, en cambio, sí va a “defender” una España "diversa, plural, tolerante, democrática, feminista, europeísta”, prometió Sánchez. Pero para conseguirlo considera necesaria una gran movilización el 10 de noviembre en favor de los socialistas para disponer de una mayoría suficiente con la que poder desbloquear el país. Porque tras lo sucedido desde los comicios de abril ha “quedado claro” que “no es suficiente con ganar”.

La estrategia de Unidas Podemos en esta recta final de campaña también se ha hecho evidente tras el debate y el primer mitin después de su celebración: tratar de desacreditar a Sánchez retratándolo como un líder derechizado y apelar a los votantes socialistas para que respalden a la formación morada como la única capaz de garantizar que después del domingo vaya a haber un Gobierno de izquierdas.

La portavoz parlamentaria de Unidas Podemos, Irene Montero, asumió el protagonismo de su formación en un mitin en Pamplona. “Vivimos en un país con una democracia limitada. Las principales fuerzas políticas de Gobierno, todas menos una, compiten por ver quién hace una vuelta al autoritarismo más fuerte, a ver quién propone medidas más fuertes del Código Penal, medidas más agresivas contra unos u otros sectores de la población”, denunció.

Montero desarrolló la idea de que el desacuerdo entre PSOE y UP que condujo a nuevas elecciones no se produjo por culpa de los equipos negociadores de ambos partidos sino que es consecuencia de que los poderes económicos del país están dispuestos a volver a elecciones las veces que haga falta hasta que el resultado saque de la ecuación determinadas políticas que les perjudican.

“En este país se puede votar bien o mal, y hasta que voten bien, habrá situación de bloqueo”, denunció. Y en el debate quedó claro, según ella, que Sánchez ya ha decidido buscar la alianza con la derecha para gobernar.

Hasta los votantes socialistas tras el debate “saben que lo consecuente con ser de izquierdas es hacer que Unidas Podemos esté fuerte el 10 de noviembre, porque si no, Pedro Sánchez pactará con la derecha” y ni Casado ni Rivera regalarán la investidura “para hacer políticas de izquierdas”.

La postura de Anticapitalistas

Anticapitalistas, la organización política de Teresa Rodríguez y Miguel Urban, portavoces de Adelante Andalucía y de UP en Estrasburgo, respectivamente, está de acuerdo en la derechización del líder del PSOE descrita por Montero, pero no con la estrategia de Iglesias.

A través de un comunicado, Anticapitalistas lamentó este martes que la formación morada siga “insistiendo en la misma táctica que ha permitido al PSOE recuperar terreno social y electoral a pesar de todas sus miserias”, Una táctica, dice, que “consiste en compartir responsabilidades de gobierno bajo el mando de una fuerza neoliberal, abandonando toda perspectiva anti-sistemica y constituyente”.

Algo que Unidas Podemos ya hace “en seis comunidades autónomas: estar en un gobierno liderado por el PSOE, lo cual anula la necesaria labor de oposición y alternativa que debería jugar en los territorios”. Se trata, aseguran, de “un giro estratégico totalmente erróneo que no ha dado frutos” desde el punto de vista social o político y ni siquiera en términos eletorales: “Lejos de aumentar sus bases de apoyo, los intentos de Podemos por ser una fuerza política más han ido acompañados de un descenso de sus apoyos y de su oligarquización partidaria”.

Con todo, Anticapitalistas llama a “a votar críticamente a Unidas Podemos: a pesar de las diferencias que hemos expresado y de la consideración de que hace falta abrir un nuevo camino estratégico desde la izquierda a medio-largo plazo, consideramos que un buen resultado de UP sería una derrota del PSOE y de Pedro Sánchez”.

Errejón apela a la "política útil"

En este contexto, Íñigo Errejón —que no tuvo oportunidad de participar en el debate al no tener representación parlamentaria— ha visto en su emisión y en la percepción que la mayoría de los medios han tenido de él una oportunidad para relanzar su oferta electoral, a la que todas las encuestas otorgan un recorrido muy limitado.

La evidencia de que el bloqueo persiste y nadie parece dispuesto a dar su brazo a torcer facilita a Más País resucitar el mensaje sobre el que construyó la candidatura: movilizar a los votantes de izquierdas tentados de quedarse en casa tras el fracaso de Sánchez e Iglesias a la hora de llegar a acuerdos para desbloquear la legislatura.

El debate evidenció, según Errejón, “la foto de la soberbia y del mantenimiento del bloqueo”. Para mucha gente es evidente que “si se vota lo mismo”, el país irá a terceras elecciones y se “seguirá regalando oportunidades” a Vox, declaró en una entrevista emitida por Onda Cero.

El líder de Más País, que este martes contó con el respaldo de la exalcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, en un mitin en Bilbao, intenta abrise un hueco entre el PSOE y UP apelando a la “política útil” para acabar con el bloqueo. Las personas que necesitan un Gobierno “están hoy más huérfanos y solos; el debate fue una especie de Eurovisión, con pedruscos y caniches”, lamentó.

La pelea en la derecha

Por la derecha, el debate también ha espoleado la pelea. Pablo Casado, el líder del PP, insistió en las dos ideas centrales que defiende desde hace semanas. La primera es que Sánchez va a gobernar con ayuda de “Torra, Otegi y Junqueras”, y eso es en su opinión “algo que le incapacitaría en cualquier país serio para seguir aspirando a la Presidencia del Gobierno”. La segunda es que para echar a Sánchez de la Moncloa es necesario poner fin a la fragmentación del voto de "centro-derecha".

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El ascenso de Vox preocupa en las filas del PP, más aún después del debate. Su crecimiento en las últimas semanas guarda relación directa con el estancamiento de las expectativas de Pablo Casado.

Sin otra oportunidad para romper la campaña, en Ciudadanos lo apuestan todo a desafiar unas encuestas que le atribuyen un hundimiento en toda regla. Contra toda evidencia, su secretario general, José Manuel Villegas, defendió que el papel de Albert Rivera en el debate va a afianzar una “remontada” que no aparece en ningún estudio demoscópico y que se va a traducir en un “gran resultado en las urnas” el próximo domingo.

Mientras tanto, en Vox tratan de contener la euforia en la que han entrado tras el debate y las últimas encuestas. Su líder, Santiago Abascal, advirtió este martes en una entrevista en EsRadio a sus potenciales votantes de que sería un “profundo error” dejarse llevar por “cantos de sirena”.

Los ecos del debate a cinco organizado por la Academia de Televisión se prolongaron este martes en los mítines de una campaña inusualmente corta, aunque lleve meses en marcha. Los partidos políticos que participaron en el espacio televisivo de este lunes quisieron aprovechar la resonancia de la emisión para reforzar sus mensajes en los días decisivos que restan antes de que los ciudadanos digan este domingo quién ha ganado y quién ha perdido. O al menos a quién han decidido premiar y a quién castigar después de ocho meses de parálisis.

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