Tribunal Constitucional

El PSOE rectifica 24 horas después su apoyo a que militantes de un partido estén en el TC

Pedro Sánchez, rodeado del grupo de expertos para la reforma constitucional, este 8 de julio de 2015 en Madrid.

El PSOE cambia de voto. En 24 horas. El miércoles rechazó, con el PP, una enmienda de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) que prohibía a los militantes de los partidos ser magistrados del Tribunal Constitucional (TC). Ahora, está dispuesto a subsanar su error. La próxima semana dejará "claro" en el pleno del Congreso que no respalda, "ni ha respaldado", que aquellos que tengan carné puedan entrar en el tribunal de garantías, e introducirá una enmienda en el Senado en ese sentido. Un gesto que no tendrá efectos prácticos, ya que previsiblemente el PP, que cuenta con mayoría absolutísima en las dos Cámaras, la tumbará. 

Ese es el plan que van a desplegar los socialistas, según confirmaron fuentes de la dirección del grupo en el Congreso a infoLibre. No se trata de "rectificar", sostienen, porque "la posición del partido siempre ha estado clara", sino de remarcar que no comparten la postura del PP y de dejarlo por escrito. 

El lío le ha venido al PSOE por lo que ocurrió el miércoles por la tarde en la Comisión Constitucional del Congreso, en la que se debatió una proposición de ley que había pactado con el PP para recuperar el recurso previo de inconstitucionalidad en los estatutos de autonomía o reformas de los mismos. ERC introdujo una enmienda [aquí en PDF] con la que pretendía reforzar la incompatibilidad de los miembros del TC. Actualmente, estos no pueden compaginar ese puesto con "el desempeño de funciones directivas" en los partidos o sindicatos, pero los republicanos piden ir más allá. "Los magistrados del Tribunal Constitucional no podrán pertenecer a partidos políticos o sindicatos", redactó. Una respuesta, lógicamente, a la polémica que estalló hace justo dos años, cuando trascendió que el actual presidente del tribunal de garantías, Francisco Pérez de los Cobos, había sido militante del PP y a la vez miembro del TC. Escándalo por el que el propio PSOE pidió explicaciones. 

UPyD apoya a ERC

"El caso del actual presidente del TC clama al cielo, porque es una vergüenza que un militante del PP presida el TC, lo cual ya denota lo corrupto que es este órgano en sus funciones. Creo que el hecho de que un militante del PP presida esta alta institución deja por el suelo la imparcialidad que se le debería suponer", defendió el diputado republicano Joan Tardà en la sesión del miércoles. En realidad, y según confirmaron fuentes del Alto Tribunal a este diario, Pérez de los Cobos sí mantuvo su carné después de acceder al TC –en enero de 2011–, pero se dio de baja antes de convertirse en presidente –en junio de 2013–, porque entendía que con ese cargo representaba a toda la institución. Lo que no precisan en su equipo es la fecha exacta en la que perdió su afiliación al partido del Gobierno. 

Ninguno de los portavoces de los demás grupos –PNV, Izquierda Plural, Convergència y Amaiur– se refirió explícitamente a la enmienda de ERC, salvo Rosa Díez, para anunciar su voto a favor de la propuesta de Tardà. "Ya sé que la independencia no se arregla teniendo carné o no, pero es un paso y también es un mensaje", aseguró la todavía líder de UPyD.

El PP, a través de su diputada Pilar Cortés, protestó por el tenor de las modificaciones planteadas por otros grupos, porque no se ceñían a la cuestión central de la reforma de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional (LOTC), el recurso previo. Porque ERC también planteaba, por ejemplo, cuestiones relativas a la renovación de los magistrados o a la capacidad de nominación de las comunidades autónomas. 

Un solo objeto

El socialista José Enrique Serrano –fontanero de los Gobiernos de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, y hombre de confianza también de Pedro Sánchez, que lo acaba de incluir en su comisión de expertos para la reforma constitucional– lamentó que en la reunión previa de la ponencia (el lunes 6 de julio) no acudieran los portavoces de los grupos minoritarios, por lo que no pudo negociarse ninguna enmienda

Resultado: enmienda rechazada por PP y PSOE, apoyada por ERC, UPyD, Izquierda Plural, PNV y Amaiur y con la abstención de Convergència. 

Los socialistas se quejan del comportamiento de ERC, porque "siempre se aprovechan las reuniones de ponencia" para negociar enmiendas, de modo que si hubiera ido Tardà a la convocatoria del lunes, "se habría podido discutir". "Hay ocasiones en las que los grupos pequeños no podemos ir, simplemente porque no llegamos al coincidir varias ponencias y comisiones, pero cuando hay algo importante, sí hablamos por teléfono antes si hay interés en negociar", responde por su parte Tardà. 

Pero no esa la única razón por la que el PSOE votó con el PP. "Claro que tenemos algunas cosas en la cabeza respecto al TC que querríamos cambiar. Pero nosotros llevamos planteando este asunto del recurso previo formalmente desde hace dos años, desde la Declaración de Granada, y el PP no había dicho nada hasta ahora. Cuando nos dijeron que activaban la tramitación, podíamos entrar o no entrar. Y es verdad que la proposición de ley tiene un solo objeto, y se llama así de hecho, que es recuperar con el recurso previo. Y la mayor parte de las enmiendas que planteaban los grupos no tenían que ver con esto", cuenta un diputado socialista que conoce al detalle la negociación. 

"Mimar" al TC

Además, había otra "dificultad técnica": los socialistas suelen recordar al Gobierno, en línea con lo requerido por el TC, que las enmiendas han de ser congruentes con el contenido de las leyes, de modo que entendían que la cuestión de las incompatibilidades de los magistrados no acababa de encajar. 

Otra razón: de la lectura de la enmienda de ERC "hay quien interpreta que no se puede nombrar magistrado del TC a quien haya sido militante", cosa con la que el PSOE no está de acuerdo. Rechaza que un miembro del Alto Tribunal tenga carné, pero no ve mal que lo tenga antes de acceder a su plaza. "Afiliarse a un partido es un derecho fundamental que no estigmatiza a nadie. Hay dudas por tanto del alcance de la modificación planteada por los republicanos".

Último argumento: el PSOE era consciente, según afirman quienes han estado sumergidos en el diálogo con el Gobierno, de que el PP se podía echar atrás con la incorporación del recurso previo si Ferraz planteaba por propia iniciativa cuestiones ajenas al asunto central de la reforma. En el ánimo del PSOE está, además, su voluntad de no "introducir más bronca en torno al TC, porque hay que mimarlo, ya que está muy tocado, y es una institución clave en el Estado". Y no pretendía sacrificar el pacto sobre el recurso previo, cuando el PP había "asumido buena parte" de la redacción planteada por los de Pedro Sánchez.

UPyD apuntala esta versión. "A mí me dijeron que no querían reabrir el texto acordado con el PP –señala Díez–. Creían que iba a pasar desapercibido. Pero al pedir yo votación separada de las enmiendas de ERC se descubrió el asunto". 

Defensa de la posición en la tribuna

Los socialistas consideran que la posición del partido era diáfana desde un principio. Porque así la expresaron cuando estalló la polémica: pidieron explicaciones a Pérez de los Cobos por haber "ocultado" su militancia en el PP cuando las Cortes examinaron su idoneidad y reclamaron su comparecencia, que los conservadores vetaron. El TC justificó la afiliación de su presidente y, en su respuesta a las recusaciones presentadas por el Parlament y la Generalitat de Catalunya, consideró que la obligación de "imparcialidad" que la ley impone a los magistrados no equivale a neutralidad. 

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El próximo jueves, 16 de julio, el pleno del Congreso debatirá de nuevo la enmienda de ERC, porque ha decidido mantenerla viva. Serrano reiterará la posición del PSOE contraria a que los militantes de un partido puedan estar en el TC, pero no votará a favor del texto de los republicanos porque cree que hay que afinar la redacción. El Reglamento de la Cámara baja permite a transaccionar enmiendas en el mismo pleno, pero sólo pueden votarse si están de acuerdo todos los grupos. Con que uno se oponga, ya no se puede tramitar el texto alternativo. Y el PSOE tiene serias dudas de que el PP vaya a consentir la introducción de una transaccional. 

Así las cosas, esperará al Senado. Entonces, según asegura la dirección, sí presentará su propia enmienda, que los conservadores, según anticipa, rechazará y, en consecuencia, no saldrá aprobada. Pero al trasladar el debate en la Cámara alta se garantiza también que la exposición mediática sea menor. Y también la bronca en torno al TC, que quiere evitar. 

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