Pedro Sánchez prometió el texto para febrero de 2015, pero aún no ha visto la luz. Por razones de "oportunidad". Así que sigue pendiente en el cuaderno del secretario general del PSOE: la presentación de su propuesta de reforma del artículo 135 de la Constitución y su registro en el Congreso. La dirección insiste en que "no hay marcha atrás" de los planes iniciales, y que la iniciativa se hará pública "próximamente". Aunque, si no hay cambios de criterio, no llegará hasta después de Semana Santa. O sea, entrado abril. Eso como pronto, porque para entonces el partido estará sumergido –como toda España– en la precampaña de las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo.
Retrocedamos hasta el 24 de noviembre de 2014. Sánchez anunció que el PSOE apoyaría la proposición de modificación del artículo 135 planteada por Izquierda Plural, que se iba a debatir en el Congreso al día siguiente. Una enmienda a la totalidad a una de las medidas más polémicas del último tramo del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero: el cambio exprés, en el verano de 2011, de la Carta Magna, pactado sólo con el PP, y que suponía consagrar la estabilidad presupuestaria y la prioridad del pago de la deuda. Introducir la regla de oro en el mismo texto constitucional y en tiempo de descuento de la legislatura. "Respeté a Zapatero, lo defendí y lo voté. Pero visto en perspectiva, el PSOE tiene que aprender de esos errores, reconocerlos y corregirlos", admitió el secretario general.
Sánchez no sólo anunció que su grupo votaría a favor de la tramitación de la propuesta de Izquierda Plural. También informó de que su partido ya estaba trabajando con un equipo de constitucionalistas para estudiar cómo se podía cambiar la redacción del 135. No para suprimir ni poner en cuestión el principio de estabilidad presupuestaria y el pago de la deuda, sino para garantizar y "blindar" la financiación de la sanidad, la educación y las pensiones públicas", políticas en peligro, a juicio de los socialistas, "como consecuencia del desmantelamiento del PP". El producto de ese análisis se traduciría en una iniciativa parlamentaria que se presentaría en la Cámara baja, reiteró Sánchez, en febrero de 2015.
Ayuda de expertos
El texto ya está listo desde hace tiempo, "bien preparado". Su redacción ha estado coordinada por el secretario de Economía de la ejecutiva federal, Manuel de la Rocha Vázquez, aunque también ha participado en la gestación el responsable económico en el Congreso, Juan Moscoso –que también intervino en la negociación de 2011–. Pero distintos expertos han echado una mano. "El trabajo está hecho", confirma uno de los dirigentes que más ha colaborado en la elaboración de la iniciativa.
En ese caso, ¿por qué no se ha llevado ya al registro del Congreso? Fuentes de la ejecutiva y del entorno más directo de Sánchez dan la misma explicación: razones de "oportunidad". Se barajó presentar el texto en febrero, como estaba comprometido. El día 11 se cruzó otra decisión no menos importante: la destitución del líder del PSM, Tomás Gómez, y la disolución de los órganos regionales. Aunque la crisis se cerró en menos de dos semanas y con victoria del secretario general –la federación se plegó a la gestora, no secundó la protesta de Gómez y aupó a Ángel Gabilondo a la candidatura presidencial–, la situación interna era "convulsa", y no convenía abrir otro frente, según explican distintas fuentes de la dirección.
Después vino el debate del estado de la nación –otro momento que se saldó con un refuerzo de Sánchez, al haber ganado a Mariano Rajoy en su primer asalto parlamentario, según todas las encuestas, incluida la del CIS–, y justo después se encadenó la campaña andaluza. "No ha habido oportunidad para presentar la propuesta. No puedes empañar las elecciones andaluzas ni sacarla cuando hay un lío interno", razonan desde el círculo de Sánchez.
Agenda apretada
¿Cuándo será el momento? "Próximamente –responde uno de los miembros de la cúpula que ha estado muy encima de este texto–. ¿Y cuándo es eso? Cuando diga el secretario general". Él tendrá la última palabra. Porque contó con el respaldo de sus compañeros cuando planteó la propuesta. Y, desde entonces, este asunto no ha pasado otra vez por la ejecutiva para dar el visto bueno definitivo.
La intensa agenda de los próximos días hace prever que no habrá noticia hasta después de Semana Santa. Hoy jueves, asistirá a la reunión del Partido de los Socialistas Europeos (PES) preparatoria del Consejo Europeo, en Bruselas. Mañana viernes, Sánchez coprotagonizará con Susana Díaz el cierre de la campaña andaluza en Sevilla. El sábado, se desplazará a la convención de pequeños municipios en Puebla de Sanabria (Zamora). El domingo, jornada electoral. Lunes, plenario de la ejecutiva federal. Y sábado, Comité Federal, una reunión crucial, toda vez que se aprobarán todos los programas y listas para los comicios del 24 de mayo. La cita estará preludiada por intensas negociaciones y el tradicional nerviosismo que acompaña al cierre de las candidaturas electorales.
Pasado el parón de vacaciones, será el momento de estudiar si conviene sacar la carta del 135. "Necesitas aire para presentar este tema, porque no es de actualidad, y hay que calibrar cuándo es más conveniente", observan fuentes próximas a Sánchez. La contraindicación es que tras la Semana Santa se intensificará la precampaña en toda España. De hecho, justo a la vuelta del descanso ya hay programada la Conferencia Municipal, que se celebrará en Madrid, el 11 y 12 de abril. Una semana más tarde, está previsto un foro sobre grandes ciudades en Barcelona.
Mandato de la Conferencia Política y de Granada
Todas las fuentes consultadas coinciden en que este incumplimiento de la promesa que Sánchez formuló en noviembre no es "de ningún modo, una marcha atrás". "Al secretario general le gusta cumplir su palabra. Cuando lanza un compromiso, nos aprieta a todos para que lo hagamos. En este caso, llegamos algo tarde, pero él quiere cumplir. Es cuestión, simplemente, de encontrar la fecha oportuna", señala uno de loa dirigentes de la ejecutiva que le conoce bien.
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Tampoco ha frenado a Sánchez, en opinión de sus colaboradores, el malestar que el anuncio provocó en Zapatero. En público, el expresidente no dijo una mala palabra (acogió la noticia, apuntó entonces, con "una sonrisa"), pero en privado su entorno sí trasladó su profundo malestar por la impugnación que el secretario general había hecho de una medida que era difícil pero, a su juicio, necesaria para evitar el rescate y rehuir las presiones del exterior. "Una cosa es que haya que medir los tiempos y los contenidos. Y otra renunciar. Y Pedro no lo va a hacer. Y por Zapatero, menos", completa una responsable de su equipo.
La relación entre el líder socialista y el expresidente, desde luego, está lejos de ser idílica. Lo que contribuyó a distanciarlos fue la cena que mantuvieron Zapatero, Emiliano García-Page y José Bono (en casa de este) con los números uno y dos de Podemos, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, en noviembre, y de la que Sánchez tuvo conocimiento con posterioridad.
En el entorno del secretario general recuerdan, además, que no se trata sólo de un compromiso suyo, personal, sino de "un mandato de la Conferencia Política, de noviembre de 2013, y de la Declaración de Granada, de julio" de ese año, ambas en la época de Alfredo Pérez Rubalcaba como jefe del partido. Ya en aquel momento se hablaba de completar el artículo 135completar para blindar el gasto social. Pero el anterior secretario general no tradujo esa idea a ninguna iniciativa parlamentaria ni hizo bandera del "error" de la reforma de 2011. Sánchez sí lo hizo. Aunque todavía no haya una materialización por escrito. Y para cuando llegue, será tarde respecto a la fecha comprometida inicialmente.
Pedro Sánchez prometió el texto para febrero de 2015, pero aún no ha visto la luz. Por razones de "oportunidad". Así que sigue pendiente en el cuaderno del secretario general del PSOE: la presentación de su propuesta de reforma del artículo 135 de la Constitución y su registro en el Congreso. La dirección insiste en que "no hay marcha atrás" de los planes iniciales, y que la iniciativa se hará pública "próximamente". Aunque, si no hay cambios de criterio, no llegará hasta después de Semana Santa. O sea, entrado abril. Eso como pronto, porque para entonces el partido estará sumergido –como toda España– en la precampaña de las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo.