Mariano Rajoy no quiso esperar. Optó por responder a Irene Montero sin escuchar a Pablo Iglesias, el líder de Unidos Podemos. Y, con ello, sorprendió incluso a los suyos, que esperaban que si alguien daba la cara tras escuchar a la portavoz de la formación proponente fuese la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. Lo primero que hizo el presidente del Gobierno, que subió a la tribuna con bastante documentación y que leyó [aquí, en PDF], fue acusar al partido morado de "dar el espectáculo" con su moción de censura. Así, criticó tanto las formas como el fondo para concluir que se trata de "una moción contra la estabilidad de España y contra todos los que contribuyen a hacerla posible". "Su anunciado fracaso es la mejor noticia para España. España gana y ustedes pierden".
El jefe de los conservadores, que trufó su respuesta a Montero con datos económicos que, a su juicio, demuestran que España sale de la crisis, se quejó de que en un momento determinado, desde Podemos, se ofreciera a los socialistas liderar la moción. Y hurgó en la herida de que Compromís no considera que este sea el momento adecuado para debatir una iniciativa de este calado. En definitiva, para el jefe del Ejecutivo, Podemos ha hecho un uso "improcedente" y "caprichoso" de esta herramienta parlamentaria que, en esencia, es un debate de investidura del candidato propuesto.
"Para perder, cualquier candidato vale, incluso usted", le dijo al candidato, al que se refirió por su nombre completo con los dos apellidos: Pablo Iglesias Turrión. Es lo mismo que hace todos los viernes el portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, desde la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. "Estamos ante una moción de censura para derribar al Gobierno que no derribará al Gobierno", respondió Rajoy tras más de dos horas de discurso de Irene Montero.
El jefe de los conservadores criticó que el único objetivo de la moción sea "sacar al PP del Gobierno". "Todo lo demás era secundario", sentenció. Pero fue muy insistente en que la iniciativa nació muerta. No pasó por alto que se consultó a las bases de Podemos con poco éxito y que se convocaron manifestaciones, también con poco éxito.
"Exagerar y mentir..."
Pero donde Rajoy respondió con más contundencia, aunque de forma más breve, fue en el apartado dedicado a la corrupción. Rajoy, que pidió respeto a la presunción de inocencia, levantó la voz para decir que su partido, el PP, "no es un partido corrupto". "Los ministros no son corruptos. Son todos, como presumo de ustedes, honradísimos". La bancada conservadora se deshizo en aplausos. "Ha descolocado a Iglesias dando réplica a Irene Montero", valoraba un miembro de la dirección del Grupo Parlamentario Popular.
Y de ahí, fue a los resultados electorales como prueba de los ciudadanos no ven el mismo PP que había dibujado Irene Montero en su intervención. Recordó que su formación ha ido renovando la confianza de los electores "una vez tras otra". Se ve que "la gente" no mira el mundo "con las mismas gafas" que usan los dirigentes del partido proponente de la moción.
"No permita usted que sus maliciosos deseos le engañen. Una cosa es que existan casos de corrupción de los que la opinión pública se preocupa y las instituciones se ocupan. Pero en modo alguno eso significa que la corrupción se multiplique y mucho menos se puede decir, como hacen ustedes, señora Montero, que 'asistimos a la descomposición de una trama de poder que intenta atrincherarse sin más proyecto político que el de normalizar la corrupción y el saqueo", dijo el presidente.
Rajoy presumió de que su Gobierno lucha contra la corrupción y de que las instituciones funcionan: "De que aquí se persigue a los corruptos no necesito pruebas. Los hechos bastan. Los casos de corrupción que tanto le regodean no afloran por casualidad, señoría, ni contra los deseos del Gobierno".
"Más Montesquieu, menos Torquemada"
"Donde de verdad se invaden todos los poderes del Estado es en algunos países para los que algunos de ustedes han trabajado como asesores y que funcionan, según creo, a plena satisfacción de sus señorías", añadió. Y, después, remató: "Le puedo asegurar que en ninguno de esos paraísos asesorados por ustedes se presentan mociones de censura contra el Gobierno ni, por descontado, los jueces se meten con el partido gobernante. ¿O es que no lo sabían? Señorías, deberían inspirarse ustedes más en Montesquieu y menos en Torquemada".
En su intervención, Rajoy usó como hilo conductor la idea de que hay una desconexión entre el discurso de Podemos y la realidad. Una desconexión que se vio en en las elecciones del 26J, cuando la formación morada perdió un millón de votos respecto al 20D de 2015. "Cuanto más se les conoce, menos se les vota", llegó a decir a Montero.
"El caso es que el Partido Popular ganó las elecciones. Para compensarlo, intentaron ustedes, a lo largo del año pasado, que no formara gobierno. Hubo que repetir las elecciones, y el Partido Popular volvió a ganarlas (…), con lo cual España siguió avanzando y ustedes comenzaron a quedarse sin oxígeno. Porque es así, Señoría: ustedes, para prosperar, para que se les escuche, necesitan que las cosas vayan mal. ¿Cuánto de mal? Cuanto peor, mejor", consideró Rajoy.
"Necesitan las malas noticias como el comer"
Para él, Podemos es una formación que está quedándose "sin armas" porque la crisis "se está superando". "Por eso pintan a España de negro y describen una sociedad de abusos, de corrupción, y de miseria. Porque necesitan las malas noticias como el comer y si no las hay, se fabrican. Esa es la España que necesitan vender. Su discurso redentor sólo se sostiene sobre el pedestal de una realidad insoportable. Sin ella, se desmorona".
Dos horas de intervención
Previamente, en un largo discurso que había arrancado pasadas las 9.00 horas, Irene Montero (Unidos Podemos) había sacudido con fuerza a los conservadores. La portavoz de la formación morada sentenció el fin del Partido Popular: "Su tiempo se ha acabado. Forman parte del pasado", les repitió.
Pero lo que más abundaron y lo que más dolió en las filas conservadores fueron las múltiples alusiones a los casos de corrupción. Llegó Montero incluso a enumerar, por orden alfabético, más de medio centenar de escándalos.
"Actúan como si fuesen impunes", les espetó antes de acusarles de normalizar la corrupción. "La corrupción tiene sede, Génova, 13", dijo en alusión a la sede nacional de los conservadores. El PP, insistió, es el primer partido imputado por corrupción. "Hoy los jueces dicen de ustedes que son una organización criminal. Ustedes han mentido sistemáticamente.
Ministros muy tocados
Pese a la imagen de estabilidad que desde el Gobierno se quiere trasladar, los conservadores son conscientes del desgaste con el que han acudido al debate. A los escándalos de corrupción se suman episodios, algunos de ellos tienen también que ver con la corrupción, que han dejado muy tocados a miembros del Consejo de Ministros. Será complicado, admiten, que se queden fuera de las intervenciones de Podemos y del resto de grupos. Y así ocurrió en el caso de la formación morada.
Cristóbal Montoro, titular de Hacienda, ha visto en menos de un mes cómo pasaba de ser el máximo responsable del éxito de los Presupuestos Generales del Estado para 2017 a ser el máximo responsable de que el Tribunal Constitucional (TC) haya tumbado la amnistía fiscal. Fue el pasado jueves cuando el tribunal declaraba inconstitucional esta iniciativa por haber recurrido al decreto ley para su aprobación. Ahora, Montoro, uno de los ministros con los que Rajoy tiene mayor sintonía, está pendiente de acudir al Congreso para explicar la decisión tumbada por el TC. Y, si el PSOE no cambia de idea, llevará su reprobación al Pleno de la Cámara.
Reprobado por obstaculizar las investigaciones de los escándalos acude a este pleno el titular de Justicia, Rafael Catalá. En la misma sesión, también se retiró la confianza al Fiscal General del Estado, José Manuel Maza, y al por entonces fiscal jefe Anticorrupción, Manuel Moix.
Moix presentó su renuncia "personal e irrevocable" al cargo hace un par de semanas, después de que infoLibre desvelara que posee el 25% de una sociedad con sede en Panamá que, a su vez, posee un chalé en la sierra madrileña. Su vacante está pendiente de cubrir.
Por su parte, Juan Ignacio Zoido, titular de Interior, arrastra las polémicas de la etapa de su antecesor, Jorge Fernández, y su número dos, José Antonio Nieto, se ha visto salpicado en la operación Lezo. Cuando estalló este escándalo, se supo que el secretario de Estado de Seguridad se había reunido con el hermano de Ignacio González, Pablo González.
Hasta la fecha, el Gobierno ha hecho una defensa cerrada de estos ministros y así ocurrió en la moción de censura. "Los ministros de este Gobierno que usted censura, aquí presentes todos, no son corruptos ni se puede afirmar que lo sean, salvo con ánimo de calumniar".
El argumentario de cabecera
Este lunes, el PP remitía a sus cargos públicos un argumentario monográfico sobre la moción de censura. El texto, al que tuvo acceso infoLibre, lleva el título "Una moción de censura condenada al fracaso".
Los conservadores destacan que en España se han vivido dos procesos electorales "en muy poco tiempo" y que en ambas citas el PP resultó la formación política ganadora, argumentos que no faltaron en la intervención de Rajoy.
Frente a un PP ganador, los conservadores ubican a Podemos. "Quedó en tercera posición en ambas ocasiones con una diferencia de casi 70 escaños", destacan.
En este contexto, el partido al que pretende derribar la moción de censura de la formación morada considera que no existen "razones objetivas" para presentar una iniciativa de este calado. No obstante, inisisten en que respetan su "legitimidad".
"La moción es sólo un numerito más de Pablo Iglesias", consideran. "Una moción condenada al fracaso y que tienen un alto coste económico", añaden.
Para el PP, tras la moción de Podemos existe un "uso partidista de las instituciones" con un triple fin: desgastar al Gobierno, ganar notoriedad mediática ante su falta de proyecto político y acabar con el Partido Socialista.
En una semana clave para el principal partido de la oposición, el PP va a intensificar sus llamadas a la responsabilidad de los socialistas en contraposición de Podemos. Así, consideran que la "izquierda radical, extremista y bolivariana de Podemos no puede, ni debe, sustituir a la izquierda moderada, centrista y europeísta del PSOE".
El discurso de la "recuperación económica"
Ver másRajoy aprovecha la moción de censura de Podemos para rescatar a un PP acorralado por la corrupción
Rajoy y sus ministros acuden a la moción "muy preparados" para responder a Podemos. La idea es contraponer a Podemos, un partido "sin proyecto y sin alternativa" frente al modelo del PP, el que definen como "de la creación de empleo".
En este sentido, los conservadores recuerdan que hoy hay "430.000 parados menos que hace un año", que, a mes de mayo de 2017, la cifra de ocupados es de 18.345.414 y que "se han recuperado casi 2,2 millones de empleos de los que se destruyeron durante la crisis".
Para los conservadores, revertir la "senda reformista" de los Gobiernos de Mariano Rajoy sería un error. "Los problemas a los que tenemos que hacer frente requieren sensatez y seriedad, valores que representa Mariano Rajoy, no Podemos", refleja el citado documento de los conservadores.
Mariano Rajoy no quiso esperar. Optó por responder a Irene Montero sin escuchar a Pablo Iglesias, el líder de Unidos Podemos. Y, con ello, sorprendió incluso a los suyos, que esperaban que si alguien daba la cara tras escuchar a la portavoz de la formación proponente fuese la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. Lo primero que hizo el presidente del Gobierno, que subió a la tribuna con bastante documentación y que leyó [aquí, en PDF], fue acusar al partido morado de "dar el espectáculo" con su moción de censura. Así, criticó tanto las formas como el fondo para concluir que se trata de "una moción contra la estabilidad de España y contra todos los que contribuyen a hacerla posible". "Su anunciado fracaso es la mejor noticia para España. España gana y ustedes pierden".