Y Mariano Rajoy habló. A diferencia de lo que había ocurrido en los dos congresos nacionales del PP anteriores, el jefe de los conservadores aguantó hasta el último minuto el secreto de la configuración de su equipo para los próximos cuatro años.
El líder del PP no ha tocado la estructura del Comité de Dirección del partido. Lo justificó argumentando que es mejor no modificar lo que funciona. Y que su equipo funciona. Como estaba previsto, pese a las dudas que generaba su acumulación de cargos, Rajoy mantiene a la secretaria general, María Dolores de Cospedal, pero encarga al vicesecretario de Organización, Fernando Martínez-Maillo, la labor que coordinación que ya venía ejerciendo sin cargo expreso. Es el puesto que ya ocupó Ángel Acebes cuando Francisco Álvarez-Cascos tenía que compaginar el Gobierno de José María Aznar con la Secretaría General.
El resto de vicesecretarios tampoco abandonarán su despacho en Génova. Javier Arenas, el más veterano, seguirá al frente de Autonomías y Ayuntamientos. Javier Maroto de Sectorial y Pablo Casado de Comunicación. La otra mujer en el Comité de dirección es Andrea Levy, responsable de Estudios y Programas.
"Son los que había. No los he cambiado porque lo ha hecho bien. Se cambia lo que no funciona", señaló.
"Partidos que caben en una plaza de toros"
"Quiero ser el presidente del Partido Popular y os pido que me apoyéis", arrancó Rajoy su intervención de presentación de candidatura. "Sólo vengo a pediros de nuevo vuestra confianza", añadió.
Rajoy hizo una defensa cerrada de su partido. Dijo que gobernar se puede, o no. Pero que siempre queda el partido. "El partido es el manantial de las ideas, el que ha sustentado al Gobierno en momentos de mucha dificultad", añadió.
"Algo bueno tiene este partido", sacó pecho a cuenta de haber logrado revalidar una nueva legislatura. Rajoy hizo una definición de los últimos meses como un 'todos contra el PP'. Para Rajoy ser presidente de su partido ha sido un "enorme honor" y mostró su convencimiento de que todavía puede dar "mucho más".
Como en todos sus grandes discursos, Rajoy recordó su trayectoria en la formación conservadora. Insistió en que antes de llegar a la presidencia empezó desde la base. Y presumió de haber recorrido toda España.
Rajoy vendió su experiencia frente a los nuevos partidos. Esos que "sin haber pisado un pueblo más que para hacer turismo se afanan en darnos lecciones de lo que es la política". Partidos que, en alusión a Podemos "caben en una plaza de toros".
Unidad de discurso
El jefe de los conservadores defendió, ante los aplausos de los suyos, que el PP, a diferencia de otros partidos, es fiel a su unidad de discurso.
"No tenemos más guía ni límite que el interés general. Cambiamos cuando es necesario para así poder defender a los desafíos", mantuvo señalando que el PP es "reformista". "A nuestro ritmo", añadió. Porque el Partido Popular "es un partido con personalidad".
Rajoy hizo una defensa de su estilo haciendo política, la del "cambio sereno", sin "revoluciones" ni "sobresaltos". Porque, a su juicio, "los derechos no los defiende quien más grita, sino quien trabaja para defenderlos".
El partido, dividido sobre Cospedal
El arranque del 18 Congreso Nacional del PP había sido muy complicado para María Dolores de Cospedal. Tras un discurso de balance de la Secretaría General del partido en el que reivindicó su función de los últimos años que culminó con el auditorio en pie y aplaudiendo, el plato amargo del viernes llegó en el debate en el plenario de la ponencia Política y de Estatutos cuando tocó debatir sobre la acumulación de cargos.
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Se debatía una enmienda de Francisco Risueño, militante del PP de Cuenca, en la que se citaba expresamente el caso de Cospedal como modelo a imitar en lo que a acumulación de cargos se refiere. En la votación, la formación se partió en dos: 328 votos en contra frente a 303 a favor. Ocho delegados optaron por abstenerse.
Este debate dejaba en una posición complicada a la número dos del partido y al terremoto que la noticia había causado en la dirección nacional su sumaron réplicas en forma de dimisión en el PP de Castilla-La Mancha, formación regional que lidera Cospedal.
El malestar interno con su acumulación de cargos ha existido desde que la secretaria general compatibilizaba este puesto con el de líder del PP regional. Se agravó cuando fue elegida presidenta autonómica y en los últimos meses ha estado en el punto de mira porque ella misma dio por hecho que iba a seguir de número dos del partido tras este congreso pese a ser titular de un ministerio de Estado.
Y Mariano Rajoy habló. A diferencia de lo que había ocurrido en los dos congresos nacionales del PP anteriores, el jefe de los conservadores aguantó hasta el último minuto el secreto de la configuración de su equipo para los próximos cuatro años.