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Rajoy fija la reforma laboral como principal línea roja de su nueva legislatura

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"Un Gobierno de mano tendida". Esta es la consigna que el PP animaba este viernes a trasladar en público a sus dirigentes y cargos públicos. Habían pasado menos de 24 horas desde que Mariano Rajoy había abandonado el Congreso de los DiputadosCongreso de los Diputados sin lograr los apoyos suficientes para ser investido presidente del Gobierno en primera ronda. Y faltaban algo más de 24 horas para que la Cámara baja volviese a votar. En esta ocasión, para dar luz verde a que Rajoy siga al frente del Ejecutivo gracias a la abstención acordada por el Comité Federal del PSOEPSOE

¿Qué hay detrás de los eslóganes y de los argumentarios?

¿Cuánto de "colaborativo" va a ser ese Gobierno que prometen en el Partido Popular. ¿Cuáles son las líneas que Rajoy no está dispuesto a traspasar? El debate de investidura que culminó este sábado, el tercer debate de este tipo en solo un año, dio muchas pistas de cuáles serán las prioridades del PP esta legislatura. Y de hasta qué punto puede estar dispuesto a ceder.

Rajoy, que había sostenido en los últimos días que no iba a poner condiciones a un PSOE malherido, sí las puso en su última intervención en el hemiciclo antes de que votasen los diputados. "No pido, vuelvo a reiterarlo, un cheque en blanco. Pido madurez, pido que cuando se dé un paso se acepten las consecuencias de ese paso, pido que podamos decir todos a los españoles que van a contar con un gobierno que gobierna, no por su propia fortaleza, sino porque en la Cámara no han de faltarle apoyos para desarrollar esa tarea.

A eso se llama en Europa ejercer una oposición responsable", aseguró.

Y prosiguió: "No estoy dispuesto a derribar lo construido. Se puede mejorar, sin duda, pero no puedo aceptar su demolición. Que nadie espere que yo contribuya a lesionar la recuperación económica y la creación de empleo. No haré ese daño a los españoles".

Tras escuchar a Rajoy, las fuentes consultadas por infoLibre consideran que, a priori, lo más intocable les parece la reforma laboral. Su derogación es precisamente una de las prioridades del Comité Federal del PSOE que abogó por la abstención en la segunda votación al candidato del Partido PopularPartido Popular.

Reforma laboral

El discurso inicial de Rajoy, el miércoles, no incluyó una sola mención expresa a la posibilidad de replantearse la reforma laboral. Esto puede interpretarse como una clara declaración de intenciones. El líder de los conservadores se comprometió a mantener un diálogo fluido con los agentes sociales y ofreció un pacto en materia de empleo. Pero de derogación, nada. Es más, alertó de los peligros de retroceder en el camino. 

"Como ustedes saben, ese gran objetivo [20 millones de personas trabajando en 2020] no depende solo de que apliquemos buenas políticas de empleo, depende principalmente de que sepamos mantener el crecimiento económico y consolidemos la recuperación; depende, en consecuencia, de perseverar en la política económica que nos ha permitido un cambio de rumbo y no dar marcha atrás en aquellas reformas que nos están permitiendo crear medio millón de empleos al año", sentenció el jefe del Gobierno en funciones.

"Una de las leyes de la que más orgulloso está Rajoy es de la reforma laboral. Renunciar a ella en su totalidad, como pide el PSOE, sería renunciar a todo nuestro programa electoral y a nuestro trabajo de la pasada legislatura. Se podrá mejorar, si es mejorable. Se puede hablar de ello. Pero no es plan de revertir lo que está funcionando y creando empleo", defiende un miembro de la dirección del Grupo Parlamentario Popular.

"Señorías, a mí ni me gusta meter miedo —creo que además, aunque lo intente no lo voy a conseguir— ni le tengo miedo a casi nada ni a las manifestaciones ni a las huelgas generales —tuve dos en seis meses—, pero creí que era importante hacer una reforma laboral como demostró luego el transcurso del tiempo. Ni tampoco tengo miedo a las palabras", defendió Rajoy el jueves en el duelo dialéctico que mantuvo con el líder de Podemos, Pablo Iglesias.

La misma defensa cerrada hizo en su réplica al líder de Ciudadanos, Albert Rivera. "Si usted repasa lo que ha sido esta legislatura, donde ha gobernado en España un partido presidido por una persona a la que algunos acusan de no moverse, tendrán que convenir conmigo en que arreglar el sistema financiero español, hacer una Ley de Estabilidad Presupuestaria, rebajar el déficit público a la mitad, hacer una reforma laboral, hacer la LOMCE, hacer una reforma energética, poner en marcha una reforma de la unidad de mercado y tantas y tantas otras reformas, no se hacen estando uno quieto. Si se pudiesen hacer sin moverse, no tengan la más mínima duda de que estaría sentado muy tranquilamente, pero me temo que eso no es posible", subrayó Rajoy.

Reforma Constitucional: ¿para qué?

Durante la X Legislatura (2011-2015), con la cuestión soberanista como telón de fondo, Rajoy y los suyos hicieron una cerrada defensa de la Carta Magna. Llegaron incluso a presentar iniciativas en los debates del estado de la nación que blindaban el texto constitucional. Pero, a la vez, retaban a los partidos nacionalistas a plantear una reforma siguiendo los cauces que marca la propia Constitución. La mayoría absoluta del PP en el Congreso era una especie de barrera frente a estas iniciativas.

En este debate de investidura Rajoy volvió a retar a que se plantee una reforma. Pero también admitió, en su réplica al Grupo Mixto, que "la Constitución se puede modificar". "Lo que no puede uno es saltársela a la brava, y más si es alguien que tiene responsabilidades", añadió.

Más se había extendido en su réplica al portavoz de ERC, Joan Tardà: "Hay partes de esa Constitución que podemos modificar aquí —porque lo dice la Constitución—, pero hay otras que no porque están atribuidas al conjunto del pueblo español, que tiene el derecho a decidir sobre lo que quiere que sea su país. Y si ustedes no están de acuerdo —que tienen perfecto derecho a no estarlo— provoquen una reforma de la Constitución española, porque eso también está previsto en el propio texto constitucional. Si no les gusta lo que dice la Constitución —que es legítimo y tienen perfecto derecho a tener los gustos que estimen oportuno y conveniente— traigan a esta Cámara una propuesta para cambiarla. Dialoguen, busquen apoyos para sacarla adelante como hacemos el resto de los partidos y como lo hace cualquier partido en cualquier otro Estado democrático".

En PP y en el Gobierno, como dicen respecto a la reforma laboral, mantienen que no se cierran en banda a abrir el "melón de la reforma constitucional". Pero que antes tiene que quedar claro para qué y existir un mínimo consenso que, a día de hoy, creen que no existe.

Ahora que el PP no tiene mayoría absoluta en el Congreso, a los conservadores no les sirve sólo con sacar adelante una iniciativa de este tipo y controlar todo el proceso hasta el Senado, donde dispone de mayoría absoluta. El temor en el equipo de Rajoy es que, una vez aprobada la nueva redacción, una décima parte de los parlamentarios de cualquiera de las Cámaras pida que ésta sea sometida a referéndum para su ratificación. El PP cree que con PSOE y Ciudadanos podría llegar a pactar un texto que incluyese, por ejemplo, la reducción de los aforamientos. El problema lo tiene con el grupo de Podemos que, con 67 diputados, podría perfectamente plantear la consulta pública contemplada en el artículo 167 de la Constitución.

Recientemente, la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, dejó claro en una entrevista concedida a 13 TV  que no darán ningún paso para una reforma constitucional si no tienen claro que va a salir adelante. En el caso de las modificaciones de la Carta Magna, la mano derecha de Rajoy en el Ejecutivo dijo que el hecho de que la legislatura sea "colaborativa" no sólo es "positivo", sino "muy necesario" y "muy reforzado".

Ley de Educación

El PSOE quiere derogar la LOMCE. El PP ha prometido que trabajará para que haya un pacto educativo. Pero no es muy partidario de derogar su reforma educativa. Señalan que harían lo mismo que tanto han criticado ellos: el continuo cambio legislativo en esta materia en función del color del partido que gobierna en La Moncloa.

Rajoy dejó claro en el debate de investidura, en respuesta a Antonio Hernando (PSOE), que no está en sus planes acabar con la totalidad de la polémica ley. "Creo que hay que hacer un pacto de Estado en materia de educación, pero ese pacto no debe consistir en derogar la LOMCE ni en posturas maximalistas. Ya asistimos a la derogación de una ley a las cuarenta y ocho horas de que un Gobierno llegara a serlo. Eso no sirvió para nada, ni puso ningún cimiento razonable sin duda alguna para construir en el futuro", dijo.

Pero su intervención iba con un anuncio bajo el brazo: "Nosotros vamos a abordar la suspensión de los efectos académicos de las evaluaciones finales de la ESO y del Bachillerato hasta que concluyamos el pacto por la educación que propuse en el día de ayer. Y hasta ese momento, hasta que lleguemos al pacto —vamos a ver qué acordamos— la evaluación final del Bachillerato no será necesaria para adquirir el título y tendrá valor únicamente para acceder a la universidad".

¿Qué pasa con la 'ley mordaza'?

Mucho se ha escuchado a los diferentes portavoces parlamentarios criticar la Ley de Seguridad Ciudadana, una de las más polémicas del PP. Un ataque a los derechos y libertades públicas a ojos de todos los partidos excepto los conservadores.

El PP cree que sería un "error tremendo" echar atrás esta ley de forma completa. Ya en la fase de elaboración de la misma hubo mucho revuelo interno en el partido y acabaron perfilándose algunas de las sanciones que prevé. Ahora, los conservadores asumen que tendrán que hacer retoques porque "alguna cesión hay que hacer". Pero opondrán resistencia a derogarla del todo.

Hay en el PP un sector que cree que prescindiendo Rajoy del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en su nuevo gabinete, lograría apaciguar a los partidos en esta materia y facilitaría la revisión de la ley.

Sin gasto presupuestario

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Otra línea roja que afecta a todas las áreas es, según el propio Rajoy, la de gastar lo que no se tiene. En esto fue muy contundente en las réplicas, sobre todo al portavoz de los socialistas.

"Señorías, no se puede gastar lo que no se tiene. Están muy bien —vuelvo a reiterarlo— las buenas intenciones, pero cada uno puede lo que puede, cada Administración, cada Estado y cada persona, y creo que eso se entiende muy bien. Cumplir la estabilidad presupuestaria, controlar el déficit público nos hará más libres, porque todos tenemos la experiencia —porque la hemos vivido en España— de lo que ocurre cuando el déficit se dispara", avisó.

Rajoy, que plagó su discurso de llamadas a la responsabilidad, pidió también responsabilidad "a la hora de plantear en esta Cámara iniciativas que supongan un aumento desmesurado del gasto público". "Lisa y llanamente", subrayó, "no podemos atenderlas". 

"Un Gobierno de mano tendida". Esta es la consigna que el PP animaba este viernes a trasladar en público a sus dirigentes y cargos públicos. Habían pasado menos de 24 horas desde que Mariano Rajoy había abandonado el Congreso de los DiputadosCongreso de los Diputados sin lograr los apoyos suficientes para ser investido presidente del Gobierno en primera ronda. Y faltaban algo más de 24 horas para que la Cámara baja volviese a votar. En esta ocasión, para dar luz verde a que Rajoy siga al frente del Ejecutivo gracias a la abstención acordada por el Comité Federal del PSOEPSOE

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