Rajoy pasa de puntillas por la corrupción un día después de proteger a Barberá en el Senado

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Si los dirigentes conservadores desconcertados con el blindaje de Rita Barberá en el Senado esperaban alguna explicación al respecto, se equivocaron. El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, presidió este miércoles en el Senado la reunión plenaria de su grupo parlamentario. Ocurría un día después de conocerse que la exalcaldesa de Valencia iba a continuar como vocal en la Diputación Permanente de la Cámara, lo que supone alargar su aforamiento en el supuesto de celebrarse nuevas elecciones.

Si hace una semana sorprendió en el Congreso de los Diputados asegurando en relación a la Operación Taula desarrollada en Valencia que "esto ya se acabó y aquí no se pasa por ninguna", en esta ocasión la única mención de Rajoy al respecto llegó cuando habló de los ejes sobre los que giraría un Gobierno de coalición liderado por él. Como punto quinto, el último, citó la "lucha contra la corrupción".

Rajoy aseguró que ellos, el Partido Popular, habían tomado "decisiones muy duras desde el punto de vista interno". Pero que estaban dispuestos a escuchar al resto de partidos de la posible coalición "cualquier idea" que resulte buena para hacer frente a este tipo de escándalos. Es costumbre del presidente del Gobierno esquivar los asuntos incómodos como si no existieran. Pero no por ello la situación de la exregidora, que no estaba en la reunión, pasó inadvertida. Se convirtió en la protagonista ausente

En el resto de asuntos que el presidente del Gobierno en funciones introdujo en su discurso, sus argumentos fueron calcados a los del jueves pasado, cuando presidió una reunión similar con sus diputados.

"Comedias de enredo"

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A 24 horas de reunirse con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, y a 48 de hacerlo con el socialista Pedro Sánchez, Rajoy dio muestras de que no va a cambiar de opinión. Es decir: que no hay marcha atrás. Que sigue convencido de que él es quien debe liderar un Gobierno de coalición y que no dará los votos de sus diputados para cualquier otro escenario. "No queremos enredar a la gente con fórmulas imposibles ni comedias de enredo", subrayó.

Fiel a su discurso desde el día posterior a las elecciones del 20 de diciembre, el jefe de los conservadores insistió en que, a su juicio a mimbres para un pacto PP-PSOE-Ciudadanos porque están de acuerdo en lo fundamental. Sin mucha concreción, pero con grandes enunciados, Rajoy esbozó los que serían los "cinco grandes objetivos" de ese acuerdo. Uno: la "defensa de la nación española, porque está amenazada". Dos: "Crecer y crear empleo". Tres: "Mantener y mejorar los grandes pilares del estado de bienestar". Cuatro: "Hacer frente a una de las grandes amenazas que tenemos muchos países en el mundo, que es la lucha contra el terrorismo". Y cinco: "La lucha contra la corrupción".

Los conservadores está muy molestos porque Sánchez no les ha trasladado a ellos el documento con su propuesta de Gobierno. Rajoy aseguró que lo ha conocido por la prensa. Y que le sorprende que pase por alto "la amenaza independentista de Cataluña".

Si los dirigentes conservadores desconcertados con el blindaje de Rita Barberá en el Senado esperaban alguna explicación al respecto, se equivocaron. El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, presidió este miércoles en el Senado la reunión plenaria de su grupo parlamentario. Ocurría un día después de conocerse que la exalcaldesa de Valencia iba a continuar como vocal en la Diputación Permanente de la Cámara, lo que supone alargar su aforamiento en el supuesto de celebrarse nuevas elecciones.

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