Rajoy sentencia a González y se resigna con Aguirre

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Un ático se interpuso en el lugar hacia el que señalaba el dedo de Rajoy. Hasta hace pocas semanas, para el PP de Madrid, controlado por Esperanza Aguirre, el tándem ganador de cara a las municipales y autonómicas del 24 de mayo era ella misma, la expresidenta de la Comunidad, e Ignacio González, su heredero en el Gobierno regional. Ella ya se había postulado para el Ayuntamiento. Y él aprovechaba cada micrófono, cada rueda de prensa, cada gran cita de partido para insistir en que quería encabezar la lista a la Comunidad. Este viernes, el tándem se rompió cuando Rajoy dijo la última palabra. Más bien, subió otra pasajera: Cristina Cifuentes. La delegada del Gobierno en Madrid abrirá la lista con la que soñaba González. El anuncio llega en la semana más negra de la carrera política del presidente madrileño. La 'lideresa', como se llegó a definir a sí misma en 2008, cuando amagaba con rivalizar con su jefe de filas la presidencia del PP, resiste.

Los dirigentes con peso en el Partido Popular empezaron a tener claro que González iba a ser apeado de la candidatura el lunes, cuando después de una serie de informaciones sobre el ático de lujo que compró en Estepona convocó a la prensa para declararse víctima de una conspiración policial en un momento muy delicado: cuando Rajoy deshojaba la margarita de las candidaturas. Pero no de una conspiración policial cualquiera. Una a gran escala, con comisarios de Policía –José Manuel Villarejo y Enrique García Castaño– de por medio. El resumen era el siguiente: el presidente de una comunidad gobernada por el partido del Gobierno apuntaba al Ministerio del Interior de su propio Gobierno. Dicen los que conocen a Rajoy que se quedó tan boquiabierto que no acertó a decir más que ya informaría el departamento de Jorge Fernández Díaz cuando tuviese todos los datos de la operación.

Puede decirse que a González le ha costado el puesto el caso del ático de lujo que compró en Estepona (Málaga). La versión oficial del aún presidente madrileño es que alquiló el inmueble en 2008 a una sociedad del testaferro profesional Rudy Valner y que finalmente se la compró en 2012. Pero hay en marcha una investigación judicial encaminada a averiguar si en realidad González y su mujer, Lourdes Cavero, son los dueños del inmueble desde 2008 y a conocer el origen del dinero para la adquisición del ático.

En su comparecencia del lunes el presidente regional calificó de “chantajistas” a los dos comisarios de Policía con los que se reunió para hablar sobre el ático a finales de 2011. Pero no todo quedó ahí. Uno de los señalados, Villarejo, reaccionó de forma inmediata presentando una denuncia contra González por los presuntos delitos de acusación y denuncia falsa, amenazas y coacciones, así como injurias y calumnias, estas dos últimas agravadas por la publicidad con la que se han llevado a cabo. Villarejo aseguró que la policía había investigado la compra del inmueble después de recibir información de que el ático era “el pago de una comisión ilegal”.

Es más, Villarejo indicó que detrás de esa comisión ilegal estaba Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid, amigo personal de González y empresario que recibió diferentes adjudicaciones del Gobierno madrileño. Cerezo fue el principal beneficiario del saqueo de la televisión pública Telemadrid.

Resistencia

Lejos de rebajar la tensión, a lo largo de esta semana González continuó con su carrera de declaraciones. En su entorno estaban convencidos de que las informaciones periodísticas estaban teledirigidas desde el Gobierno y desde la dirección nacional del partido para que anunciase su rendición. Y, en su mente, estaba la idea de que Rajoy sólo pondría a otro candidato si era él quien se apartaba.

“Si no quieren contar con él, que Rajoy le llame y le diga que se aparte. Que fuera. Que en mayo se busque la vida”, señalaba un miembro de su equipo el lunes en conversación con este diario, al tiempo que sostenía que si se trataba de hacer una competición de “limpieza” el presidente del PP también tenía mucho que callar. “Bárcenas ha estado a sus órdenes y él no vio nada”, añadía.

Con los precedentes en la mano, González no se equivocaba. Es inédito en el PP que un presidente autonómico en el cargo que anuncia que quiere repetir sea apartado de la carrera electoral. Pero le ha tocado a él romper la regla.

Salvo en el PP de Madrid, la decisión de Rajoy es bastante aplaudida en la formación conservadora. “No ha logrado quitarse la sombra de la corrupción. Una sombra que no es que afecte a los suyos, sino que le afecta a él mismo”, resumen un dirigente. De paso, el partido se evita que la dirección regional siga controlada por los mismos.

Sin reunión del Comité Electoral Regional previa

A última hora de la tarde, cuando se anunció la decisión, González aceptaba la derrota lamentando que "la campaña orquestada en estas últimas semanas haya condicionado la decisión sobre la candidatura a la Comunidad de Madrid" y que este "tipo de estrategias” hayan conseguido sus objetivos.

En la sede del Gobierno regional mostraban en la noche del viernes un hondo malestar con Génova por la forma en la que se había tomado la decisión. A diferencia de lo que había pasado con otras candidaturas ratificadas en la misma reunión del Comité Electoral Nacional, no hubo reunión previa del órgano homólogo regional. Es la forma que tuvo Rajoy de evitar que el PP de Madrid se levantase en armas al recibir la orden de la dirección nacional de ratificar a Aguirre y Cifuentes.

González se enteró del 'no' a su candidatura por una llamada de Cospedal en la tarde del viernes. Una tarde en la que, por cierto, el partido dudó hasta última hora en dar luz verde a las cabezas de lista por Madrid.

Aguirre resiste

Uno de los principales dolores de cabeza que a Rajoy le llegan desde su propia casa se llama Esperanza Aguirre. En 2008 intentó debilitarle cuando pocos daban un duro por él como presidente del PP y, por extensión, como candidato a las generales de 2011. Una operación, por cierto en la que fue auxiliada por el propio González y por Francisco Granados, hoy encarcelado en el marco de la Operación Púnica. Tampoco pasa inadvertida la batalla por el control de Caja Madrid. En 2008, cuando era presidenta de la Comunidad, pronunció un discurso de gran carga crítica contra su partido titulado "No me resigno". Este viernes es Rajoy el que se resigna.

En resumen, el nombre de Aguirre aparece en los principales problemas internos que ha tenido Rajoy dentro de su partido en los últimos años. Y la corrupción también la ha salpicado. En Madrid, su territorio, campó a sus anchas la trama Gürtel. Y la Púnica se llevó a Granados y a cuatro de sus alcaldes. La ventaja, dice uno de sus compañeros, es que ella, personalmente, no está implicada en nada. “Su responsabilidad es política, in vigilando”, añade.

Pero hay otra ventaja, según interpretan en el PP. Y que puede llegar a explicar por qué Rajoy se ha resignado a devolverla a la primera línea de la política. “Si gana, gana el Partido Popular. Si pierde, pierde ella”, resume un diputado. ¿Qué gana Rajoy? Evitarse una rebelión interna con origen en Aguirre y sus fieles si los resultados en todas las citas electorales de este año son peores de lo que apuntan las encuestas.

Durante todo este proceso, los aguirristas han defendido que con “la jefa”, la mayoría absoluta en el Ayuntamiento estaba prácticamente garantizada. Y que ella, con su tirón electoral, era capaz de tirar del candidato a la Comunidad de Madrid. No obstante, las encuestas que baraja la dirección nacional constatan que la operación Aguirre no aporta más de dos escaños que cualquier otro candidato.

Con la expresidenta de la Comunidad ya ratificada, pierden todos aquellos que en su día recomendaron a Rajoy que la apartara y asumiera el control del PP de Madrid incluso nombrando una gestora. O no, como diría el propio líder del PP. No son pocos en las filas conservadoras los que consideran que es un regalo envenenado. Que la 'lideresa' ya no puede pedir nada más a su jefe y que el PP de Madrid no va a plantear ninguna batalla pese a que en los últimos meses empezaba a decantarse por González. No es un secreto que ambos estaban distanciados. Paradójicamente, el presidente de la Comunidad, que hizo gestos de acercamiento a Génova desde que Aguirre le dejó al mando en septiembre de 2012, se queda fuera. Cifuentes y el 'asalto' al PP de Madrid

Hablar del futuro del PP de Madrid pasa por hablar de Cristina Cifuentes, la candidata a la Comunidad. Su entrada en el escenario implica, según los dirigentes consultados por infoLibre, que es ella la elegida por Rajoy para imprimir a los conservadores madrileños nuevos aires. Para convertir a la formación regional en una estructura más permeable a la dirección nacional del partido. No es que Cifuentes sea nueva en el PP. Pero es considerada marianista, próxima a la vicepresidenta del Gobierno.

De cara al electorado, representa un perfil menos conservador que Aguirre. Republicana confesa, no ha tenido reparos a la hora de señalar que no compartía la reforma de la ley del aborto que en su día elaboró Alberto Ruiz-Gallardón. No obstante, algunas de sus decisiones en la delegación del Gobierno de Madrid en lo relacionado con las manifestaciones le hicieron granjearse el apoyo del votante tradicional del PP. Y recibir las críticas de los grupos de izquierda

Algunas de las fuentes consultadas sostienen que a Cifuentes le falta experiencia política para ponerse al frente de un Gobierno regional. Sus rivales de PSOE (Ángel Gabilondo) e IU (Luis García Montero) tampoco han pasado en su carrera política por una institución de esta envergadura. Aún no se conoce el candidato de Podemos.

En todo este proceso ha mantenido un perfil bajo. Asegurando que haría lo que le mandara el partido pero que su sitio estaba en la Delegación del Gobierno. Rajoy la ha premiado a ella en lugar de a Lucía Figar, consejera de Educación, que también sonó como sustituta de González. Menos conocida, Figar cuenta, según sus compañeros de filas, con la 'mochila' de los recortes en Educación.

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Imputados en las listas

Con el anuncio de este viernes para Madrid, el presidente del Gobierno y del PP borra de las candidaturas a González y las sospechas que pesan sobre éste. Pero no evita llevar imputados en las listas. Es el caso de Juan José Imbroda, candidato a la presidencia de Melilla, y de Francisco Javier León de la Riva, cabeza de lista a la Alcaldía de Valladolid.

De la Riva, además, es conocido por sus comentarios machistas.

Un ático se interpuso en el lugar hacia el que señalaba el dedo de Rajoy. Hasta hace pocas semanas, para el PP de Madrid, controlado por Esperanza Aguirre, el tándem ganador de cara a las municipales y autonómicas del 24 de mayo era ella misma, la expresidenta de la Comunidad, e Ignacio González, su heredero en el Gobierno regional. Ella ya se había postulado para el Ayuntamiento. Y él aprovechaba cada micrófono, cada rueda de prensa, cada gran cita de partido para insistir en que quería encabezar la lista a la Comunidad. Este viernes, el tándem se rompió cuando Rajoy dijo la última palabra. Más bien, subió otra pasajera: Cristina Cifuentes. La delegada del Gobierno en Madrid abrirá la lista con la que soñaba González. El anuncio llega en la semana más negra de la carrera política del presidente madrileño. La 'lideresa', como se llegó a definir a sí misma en 2008, cuando amagaba con rivalizar con su jefe de filas la presidencia del PP, resiste.

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