Los partidos cierran sus alianzas de cara a las elecciones del 28A. Esta semana ha sido el turno de Ciudadanos, que se encuentra a punto de cerrar un pacto con Unión del Pueblo Navarro (UPN) para concurrir en una coalición a la que también se unirá el PP de cara a los comicios generales. Pero, para suscribir este acuerdo, el partido naranja va a tener que tragarse un sapo de dimensiones considerables, ya que UPN es un partido que defiende claramente y sin ambages los fueros y el convenio económico navarro, un modelo que Ciudadanos ha tachado de "invento" y ha abogado por derogar.
En las pasadas elecciones generales, UPN se presentó aliada con el PP y terminó obteniendo dos diputados que se adscribieron al Grupo Mixto pero que votaron con los conservadores en el Congreso en gran parte de las cuestiones de mayor importancia. Y ese pacto se ampliará, si nada se tuerce, para las elecciones del próximo 28 de abril. UPN reunió este lunes a sus órganos para dar luz verde al pacto con Ciudadanos, y la responsable de Organización del partido naranja en Navarra, Ruth Goñi, aseguró este lunes que, "si todo va como va, falta poco" para que se suscriba el acuerdo, que también incluirá al PP y que no contará con las siglas de ninguno de los tres partidos en la papeleta.
Preguntada por si la postura de Ciudadanos con respecto al régimen foral podría complicar el acuerdo, Goñi sostuvo que "hace tres años y medio se ajustó el posicionamiento de Ciudadanos respecto al régimen foral y el convenio económico", y aseguró que el partido naranja respeta "absolutamente" esos fueros. Pero lo cierto es que los dirigentes de Ciudadanos y especialmente su líder, Albert Rivera, ha criticado en múltiples ocasiones esta normativa, y de hecho su programa en las últimas elecciones generales abogaba por abolir tanto el convenio navarro como el concierto vasco e incorporar sus sistemas fiscales al régimen común.
Tan frontal es la oposición de Ciudadanos al convenio económico y los fueros que no hace ni medio año, el pasado octubre, UPN afeó públicamente al partido naranja sus "posturas centralistas". El presidente de la formación foralista, Javier Esparza, se refirió a Rivera para aseverar que "a Navarra no solo hay que defenderla frente a las pretensiones anexionistas del nacionalismo vasco, sino también frente a las posturas centralistas que encarnan partidos como el que él dirige", y criticó a los "centralistas jacobinos que pretenden eliminar la singularidad de Navarra y su régimen foral propio como signo de identidad dentro de la unidad de España".
"Aquí no hay derechos históricos"
Y es que Rivera ha criticado en múltiples ocasiones un sistema que, a su juicio, es una puerta abierta a los "chanchullos" y la desigualdad entre territorios de España. Uno de los discursos más duros del líder de Ciudadanos al respecto lo pronunció en abril del año pasado, cuando sostuvo en León había que dejar de "ponerse de rodillas ante el nacionalismo" y criticó los "derechos históricos" que son la base de los fueros navarro y vasco. "¿Qué es eso de los derechos históricos? Derechos pasados o inventos para pedir réditos futuros o privilegios. Aquí no hay derechos históricos. Aquí nacemos libres e iguales y tenemos derechos ciudadanos y personales, no territoriales", planteó Rivera.
Apenas dos meses antes, en febrero de 2018, Rivera ya había cargado contra los "privilegios" fiscales de los que disfrutan País Vasco y Navarra, aunque en esta ocasión el destinatario de sus críticas fue el PNV, a quien avisó de que no podrá hacer más "chanchullos" si Ciudadanos gobierna. "Los chicos de Sabino Arana y el cuponazo" –la forma despectiva con la que Rivera se refiere habitualmente al cupo vasco– "no nos pueden dar muchas lecciones de igualdad y solidaridad", planteó el líder naranja, que sostuvo que su partido defiende "la igualdad de todos y un modelo de financiación justo para todos, no solo para unos pocos".
Muy similares fueron los argumentos de Rivera para justificar, en mayo de 2017, el voto en contra de Ciudadanos a la actualización del cupo vasco, que terminó saliendo adelante en noviembre de ese año con los votos a favor de todo el Congreso a excepción del partido naranja y de Compromís. Rivera ya tachó entonces de "cuponazo" el acuerdo negociado por el Gobierno y el PNV y sostuvo que se trata de un "privilegio" que una parte de los españoles paguen menos impuestos que otra, aunque en noviembre matizó que el problema no es el sistema de concierto económico, sino que la negociación del cupo "no responde a un cálculo técnico, sino a un amaño político".
Navarra y Euskadi, al régimen general
No obstante, Rivera no estaba entonces sino defendiendo su programa electoral, el que utilizó para presentarse a las elecciones de 2015 y 2016. En ese programa, Ciudadanos planteaba que "el proceso de armonización fiscal a nivel europeo que Europa experimenta tendrá como punto final la sustitución del sistema de concierto económico vasco y navarro por el régimen general", y proponía que "mientras ello ocurre, es necesario revisar el actual sistema de cálculo del cupo (la contribución foral a las cargas del Estado que no asuma la respectiva comunidad) dado que el régimen foral reconocido constitucionalmente en la actualidad puede garantizar ciertas peculiaridades institucionales, pero no unos resultados financieros favorables".
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De hecho, en la campaña para las generales de 2015, Rivera fue más directo en esta cuestión en un mítin realizado en Bilbao, donde defendió un sistema de financiación autonómico con una "caja común" en la que estarían incluidas tanto Euskadi como Navarra. "Al margen de los debates de los nacionalistas", los españoles "tendríamos que proclamar con rotundidad que queremos participar de una caja común y que queremos hacerlo para defender la igualdad en la sanidad y la educación", afirmó el líder de Ciudadanos, que sostuvo que su sistema "también garantiza los derechos de los ciudadanos vascos".
En términos parecidos se expresaba Rivera unos meses antes, el 20 de mayo de 2015, a escasos días de las elecciones autonómicas en las que Ciudadanos no obtuvo representación en Navarra. Al ser preguntado sobre si aboliría el régimen foral de Navarra y Euskadi en una entrevista en El Mundo, el líder del partido naranja afirmaba claramente que "hay que incorporar al modelo común" a estas comunidades, aunque señalaba que había que hacerlo "con tiempo" y "pactarlo". Pero "en España, ¿cómo vamos a tener una Hacienda compartida entre comunidades y la administración central si los que gobiernan Cataluña quieren la Hacienda para cerrar la caja y quedarse la llave?", se preguntaba.
Apenas unos días antes, el 15 de mayo, quien criticaba el sistema era el entonces candidato de Ciudadanos en Navarra, Diego Paños. "Nosotros no queremos quitar la Hacienda navarra", matizaba Paños, que afirmaba no saber si su propia propuesta de "un sistema de Hacienda consorciada" tendría "17 sistemas de inspección de hacienda" o "un sólo sistema". "El objetivo", señalaba el candidato, es que "los españoles no tengan distintos derechos según donde vivan y entre nosotros seamos solidarios", ya que –sostuvo– "ningún hacendista ni balancista" podía afirmar con total seguridad "que el sistema es perfectamente claro" y que "las Haciendas navarras y vascas contribuyen lo que deben contribuir".
Los partidos cierran sus alianzas de cara a las elecciones del 28A. Esta semana ha sido el turno de Ciudadanos, que se encuentra a punto de cerrar un pacto con Unión del Pueblo Navarro (UPN) para concurrir en una coalición a la que también se unirá el PP de cara a los comicios generales. Pero, para suscribir este acuerdo, el partido naranja va a tener que tragarse un sapo de dimensiones considerables, ya que UPN es un partido que defiende claramente y sin ambages los fueros y el convenio económico navarro, un modelo que Ciudadanos ha tachado de "invento" y ha abogado por derogar.