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Quien rompe, paga: las lecciones de Portugal para la izquierda española

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Tras seis años de entendimiento, las fuerzas de izquierda que sostenían al Gobierno portugués del socialista Antònio Costa decidieron retirarle su apoyo a principios del pasado mes de noviembre. El Bloque de Izquierdas y la coalición del Partido Comunista con Los Verdes tumbaron los Presupuestos de 2022 y el país se fue a elecciones. Y ahora Antònio Costa ya no necesita su apoyo porque ha ganado por mayoría absoluta. “Había mucha gente de izquierdas indignada con las formaciones a las que habían votado”, explica desde Lisboa Enrique Oltra, periodista y corresponsal para varios medios de comunicación en España. “Los propios votantes del Bloque o del Partido Comunista no han entendido que le retiraran el apoyo a Costa en mitad de la gestión de la pandemia”, añade. 

Miguel Carvalho es periodista político en el periódico Visao. En su opinión, "al votar contra los Presupuestos Generales del Estado, la izquierda comunista y del Bloque de Izquierdas ha regalado la mayoria absoluta al Partido Socialista". Carvalho define la política de esas formaciones como "un suicidio colectivo" y explica que, en efecto, "el electorado progresista no perdonó la ruptura del Gobierno". Las consecuencias para los artífices de esa ruptura han sido desastrosas: el Bloque de Izquierdas ha pasado de 19 a 5 diputados y el PCP de 10 a 6. "No creo que PCP y BE valoraran o analizaran al detalle las consecuencias electorales que podrían ocurrir. Y eso es imperdonable para dos partidos con tanta experiencia política", dice Carvalho, que añade que, lejos de desgastarle, la gestión de la pandemia ha sido rentabilizada por el partido en el Gobierno: "La gente valoró la gestion socialista de la pandemia. Aún con errores, ha sido valorado el esfuerzo politico y ha sido censurado el rumbo a la inestabilidad". Para Enrique Oltra, la mayoría absoluta cosechada por Costas es el reconocimiento a una trayectoria marcada por la gestión de una crisis financiera "que golpeó ferozmente a Portugal y durante la cual el primer ministro volteó las políticas de austeridad en busca de una salida social", pero también a la eficacia demostrada durante la crisis del coronavirus, en mitad de la cual ha encontrado el respaldo de la ciudadanía.

Lecciones para España

En España casi todo el mundo intenta evitar hacer paralelismos demasiado exactos con una realidad política que, en gran medida, nos resulta ajena, aunque en la parte socialista del Gobierno no esconden que lo reciben como “una buena noticia” y como un “motivo de alegría”. La principal lectura política que se hace en el Ejecutivo es que el electorado portugués “se ha pronunciado con rotundidad” y ha trasladado un mensaje nítido a sus dirigentes: “La demanda ciudadana es la de estabilidad en tiempos de incertidumbre, y eso es una lección también para el PP”, exponen fuentes gubernamentales que concluyen: “Quien rompa la estabilidad rompe la conexión con la calle”. 

Los dos partidos que comparten Gobierno en España coinciden en que esa es la moraleja. Desde el PSOE, el presidente de la delegación socialista española en el Parlamento europeo, Javier Moreno, cree que “el electorado portugués ha apostado claramente por la responsabilidad”. El socialista alaba “la flexibilidad para llegar a acuerdos” demostrada por el primer ministro portugués, que cree que “acertó en la formación del gobierno y en su orientación social, y así lo han visto los votantes, que le han respaldado con la mayoría absoluta”. Moreno concluye, además, que la victoria de Costa “confirma la fortaleza de la socialdemocracia en Europa”

"Cooperación y colaboración"

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Desde el equipo de la vicepresidencia segunda de Yolanda Díaz la lectura es clara. “La principal lección de las elecciones en Portugal es que el pueblo progresista quiere cooperación y colaboración entre las diferentes fuerzas políticas de ese espectro, y espera avanzar progresivamente con certezas”, cuentan desde el equipo de la también ministra de Trabajo a pocos días de que la mayoría progresista que sostiene en España al Gobierno se ponga a prueba a cuenta de la reforma laboral. Para esas mismas fuentes, “el Gobierno de coalición está en condiciones de revalidar su mandato”, aunque lanzan un aviso: “El Gobierno depende de sí mismo siempre y cuando siga avanzando en una agenda de progreso y mejorando la vida de la ciudadanía”.

Lo que intentan desterrar desde Unidas Podemos es la idea de que un adelanto electoral beneficie per sé al partido mayoritario, en este caso el PSOE, al que también creen que castigarían las urnas si la legislatura en España saltara antes de tiempo por los aires. Desde la vicepresidencia segunda recalcan que las situaciones políticas de España y Portugal son “difícilmente asimilables” porque en el país vecino el gobierno era monocolor y aquí la fórmula es la coalición respaldada por una “mayoría diversa” en el Parlamento. Justo en lo que también ponen el foco desde la dirección de la formación morada: “Gracias a pelear fuerte la entrada en el Gobierno, Unidas Podemos cuenta hoy con una gran candidata y con varios liderazgos jóvenes femeninos dentro del Ejecutivo”, razonan en Podemos. 

La formación política liderada ahora por Ione Belarra se sumergió en su día en un intenso debate interno sobre la conveniencia o no de entrar a formar parte del Gobierno o dar apoyo al Partido Socialista desde fuera. Pablo Iglesias, convencido de lo primero, mantuvo el pulso hasta el final y la repetición electoral de 2019 arrojó los números necesarios para que la coalición fuera inevitable. La conclusión en Podemos hoy es que el balance es positivo y que ha permitido dotar a la izquierda de una experiencia y un legado de gestión que no tenía, “aspirando así a superar sus últimos resultados electorales" a diferencia de Portugal. 

Tras seis años de entendimiento, las fuerzas de izquierda que sostenían al Gobierno portugués del socialista Antònio Costa decidieron retirarle su apoyo a principios del pasado mes de noviembre. El Bloque de Izquierdas y la coalición del Partido Comunista con Los Verdes tumbaron los Presupuestos de 2022 y el país se fue a elecciones. Y ahora Antònio Costa ya no necesita su apoyo porque ha ganado por mayoría absoluta. “Había mucha gente de izquierdas indignada con las formaciones a las que habían votado”, explica desde Lisboa Enrique Oltra, periodista y corresponsal para varios medios de comunicación en España. “Los propios votantes del Bloque o del Partido Comunista no han entendido que le retiraran el apoyo a Costa en mitad de la gestión de la pandemia”, añade. 

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