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Rubalcaba: “Me avergüenza una Ley del Aborto que aplauda Le Pen”

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Ni "equilibrada", como dijo este viernes Mariano Rajoy. Ni "progresista", como la definió Alberto Ruiz-Gallardón. La Ley del Aborto que está impulsando el presidente y el ministro de Justicia es, para los socialistas, la norma que en Europa firmaría "la extrema derecha". La ley que "sólo aplaude" el exlíder del Frente Nacional francés, Jean-Marie Le Pen, y que a Alfredo Pérez Rubalcaba le "avergüenza como español". 

El secretario general del PSOE compareció este viernes apenas minutos después de que concluyera la rueda de prensa del jefe del Ejecutivo en la Moncloa. Para exponer las líneas maestras de su negro balance de 2013 sobre la gestión del Gobierno del PP. Pero de todo el catálogo de asuntos de crítica sobresalió la Ley de Protección de la Vida del Concebido y de lo Derechos de la Mujer Embarazada –la etiqueta que le ha puesto Justicia–. "Dice Rajoy que es una ley equilibrada. Y yo le digo que no, que eso no puede ser. Es una ley que no haría [David] Cameron en el Reino Unido, ni [Nicolas] Sarkozy en Francia, ni [Angela] Merkel en Alemania. Es una ley que sólo un dirigente político en Europa ha aplaudido, y es el señor Le Pen. Esta es la verdad. Todo menos equilibrada". Es "profundamente desequilibrada". 

Rubalcaba dijo tener la respuesta de por qué se ha producido una respuesta tan "llamativa" a la norma en Europa, como se ha visualizado de manera rotunda en la prensa internacional: "España hace 30 años estaba en la retaguardia de la defensa de los derechos civiles. En 30 años nos pusimos en la vanguardia y ahora nos quieren volver a llevar hacia atrás. Este retroceso es el que llama poderosamente la atención". Si hasta un diario conservador como el británico The Times habla en su editorial de "abuso de poder", es porque el anteproyecto es "de todo menos progresista", abundó. Se refería el número uno del PSOE a las declaraciones de Gallardón en sendas entrevistas, publicadas hoy, en Abc y La Razón, donde defendió que su borrador era lo "más progresista que ha hecho el Gobierno" en estos dos años. "Que se invente otra cosa. Es una ley que sólo responde a intereses y deseos de sectores muy minoritarios. No existía un problema. Había un razonable acomodo social respecto a una ley, la ley de plazos [aprobada por José Luis Rodríguez Zapatero en 2010 y que considera el aborto un derecho que la mujer puede ejercer libremente en las primeras 14 semanas] que es como todas las europeas". Los socialistas entrevén en la fijación del Ejecutivo un mero "cálculo electoral", el "ahora o nunca".

El PSOE va a luchar "por todos los medios democráticos" para que no se apruebe finalmente el texto diseñado por Gallardón y no llegue al Boletín Oficial del Estado. "Vamos a intentar no tener en España una ley que aplauda el señor Le Pen. A mí personalmente como español me avergüenza. Me avergüenza que se quiera cambiar una ley europea de liberales, conservadores y socialdemócratas y se sustituya por una ley de extrema derecha. A mí me avergüenza", remachó el secretario general. 

La ley Gallardón, como la ley Wert (la reforma educativa) o la ley Fernández (la de Seguridad Ciudadana) son todas "de Rajoy" y tienen en común que "crean desigualdad". Rubalcaba hizo hincapié en conectar las tres normas, para evitar que se identifiquen únicamente con el ministro impulsor. Porque en el Consejo de Ministros "no se vota" y porque cuentan con la cobertura del presidente. 

"El año de las tres crisis"

La "desigualdad" es, precisamente, uno de los elementos que para el líder del PSOE resumen "mejor" estos dos años de legislatura: "Cuando Rajoy dice que lo peor ha pasado, ¿se refiere a los becarios que han perdido su beca? ¿A los pensionistas que van a perder poder adquisitivo? ¿A los trabajadores a los que se les ha congelado el salario mínimo? España ha recuperado dos cosas: la desigualdad y la falta de libertad". 

Hace ya meses que el secretario general diagnosticó que el país padecía una conjunción de tres crisis simultáneas: la económica y social, la política y la territorial. Y las tres, reiteró, se mantienen. "Es el año de las tres crisis". 

De la primera, recalcó que todavía se siente el "paro, la pobreza y la desigualdad". Aunque también hay datos de mejora, de los que el PSOE se congratula y celebra. Pero una cosa es "reconocer lo que va bien" y otra que el Gobierno "se apunta medallas que no son suyas" y "huya de marrones, que los tiene". Así, la prima de riesgo ha bajado por la intervención del Banco Central Europeo y la política europea ha comenzado a virar. Nadie habla del rescate "porque nos han rescatado", porque la UE concedió 40.000 millones de euros a la banca y el Ejecutivo "los da por perdidos". Y el turismo marcha bien, pero no es por la acción de Industria, y las exportaciones "van peor que en 2009, 2010 y 2011".

Así las cosas, el PP promociona un modelo "injusto socialmente e ineficiente económicamente". La "recuperación", de la que tanto habló hoy el presidente en la Moncloa, sólo llegará para los socialistas "cuando haya empleo para millones de trabajadores que no lo tienen", o para cuando "cientos de miles de familias que están en la pobreza dejen de estarlo". El PSOE no admite que se hable de mejoría "al tiempo que se quitan becas" o bajan pensiones o se implanta el copago. Aseverar lo contrario, como hace el PP, es "un insulto", así que le pidió al presidente "prudencia" en sus declaraciones. Como es un "insulto", agregó, que hable de recuperación el mismo día que congela el salario mínimo interprofesional y sube el precio de la luz un 2,3%. Sobre este asunto, por cierto, advirtió de que su formación "no va a dejar de investigar" lo que ha pasado en la subasta de la luz del 19 de diciembre, que fue anulada por el Gobierno tras arrojar una subida del precio de la energía del 26,5%. "Conviene saber qué ha pasado en esa subasta" y si existió "manipulación", ha de irse a los tribunales, apremió. 

La estrategia del PP es "metabolizar" 'Gürtel' y 'Bárcenas'

Las políticas "antisociales" del Ejecutivo han "cristalizado" y ahora "amenaza con las libertades civiles y los derechos fundamentales", caso de la contrarreforma del aborto o la Ley de Seguridad Ciudadana. En resumidas cuentas, el balance cualitativo, para el PSOE, es "inobjetable: "Más desemplados, más deuda, más impuestos, menos derechos, más desigualdad. Y toneladas y toneladas de mentiras". 

Rubalcaba introducía así el terreno de la crisis política, con los casos Gürtel y Bárcenas en el epicentro. Porque 2013 es el año del extesorero, el año en que Rajoy "mintió en el Parlamento", en que su partido "destruyó pruebas" y en que un juez, Pablo Ruz, ordenó registrar durante 14 horas la sede de la calle de Génova. El año acaba, pues, con la "certeza" de que "existió una contabilidad B" en el PP que se utilizó para pagar "sobresueldos, campañas y obras". Y todo esto ha ocurrido "sin que el Gobierno diera prácticamente una explicación". El secretario general denunció la estrategia de los conservadores de "normalizar" sus casos de corrupción, intentando que los ciudadanos "lo vayan metabolizando", como si fueran "parte del paisaje". La pretensión que subyace es que, cuando se cree empleo y la economía mejore, los votantes del PP "lo perdonarán", un "insulto intolerable". 

La última, la crisis territorial y la tensión con Cataluña, "ha ido creciendo y creciendo" sin que "el Gobierno haya hecho nada". El secretario general volvió a defender la reforma constitucional "meditada, medida y consensuada" que ha promovido su partido. No ve razones para el optimismo, porque hace 35 años, cuando se elaboró la actual Carta Magna, tampoco era sencillo. Además, se parte de un "sentido común compartido": que a Cataluña "le irá peor" si se independizara de España y a España también le perjudicaría la marcha de Cataluña. 

Sin ahondar en las cuestiones orgánicas

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Rubalcaba fue preguntado por el mensaje de Navidad del rey, cuando el monarca reclamó una "actualización de los acuerdos de convivencia", algo que se ha interpretado como una posible apelación soterrada a los cambios constitucionales. El líder rehusó "hacer exégesis" de las palabras del jefe del Estado, pero reconoció que había aspectos del discurso de Nochebuena con los que coincide. Asimismo, se refirió a la última propuesta del PSC de emprender una reforma limitada de la Carta Magna, más rápida y fácilmente gestionable, para así solventar el encaje de Cataluña. Ferraz lo rechaza de plano: "Reformas de la Constitución sólo hay una y es la que está en Granada, no se puede fracturar". O sea, que el documento aprobado por el Consejo Territorial del PSOE en julio, la llamada Declaración de Granada, es un compendio único, donde se habla de federalismo pero también de blindaje de la sanidad, la educación y los servicios públicos, o de la reforma del Senado. 

El balance interno fue mucho más limitado. Defendió que el PSOE, en este tiempo, había combinado la oposición y la búsqueda de acuerdos, como en la política europea. "Hemos procurado proponer una alternativa a las políticas del Gobierno, de forma que los que hemos sido ignorados en estas reformas nos pongamos de acuerdo para darles la vuelta". El mensaje que quiere lanzar Ferraz es que "la pesadilla acaba", que dentro de dos años "habrá una mayoría parlamentaria distinta" que revertirá todas las contrarreformas. "Lo que han hecho contra todos, entre todos lo derogaremos en la siguiente legislatura". Para Rubalcaba, "es evidente" que en las generales de 2015 el PP "no tendrá mayoría absoluta", y que la tendrá el resto de la Cámara, que en estos años se ha conjurado contra la ley Wert o a favor del aumento de la inversión en I+D+i. No entró en más zarandajas, ni apostó por que sea el PSOE el que gobierne en dos años. 

En cuestiones orgánicas, el secretario general apenas se entretuvo. Se dijo satisfecho por el resultado de la Conferencia Política de noviembre en la que el partido actualizó su proyecto, pero que hay que tomarla sólo como "el principio" de un trayecto, no como un "fin" en sí misma porque aún hay que desplegar y llevar al Parlamento los acuerdos. Confesó no haber meditado aún sobre la propuesta que hará a los barones de cara al Comité Federal del 18 de enero, donde el PSOE aprobará su calendario completo de primarias, ni tampoco quién será quien encabece la lista de las europeas, y rechazó que el resultado de estas condicionen su futuro, si concurre a las elecciones internas o no. ¿Ha superado ya la travesía en el desierto?, se le inquirió. Rubalcaba evitó intencionadamente la rotundidad: "Al PSOE le queda mucho por hacer. Mucho trabajo por hacer, mucha empatía por hacer, mucho que elaborar. Hay que estar muy encima de las cosas, del lado de la gente". 

Ni "equilibrada", como dijo este viernes Mariano Rajoy. Ni "progresista", como la definió Alberto Ruiz-Gallardón. La Ley del Aborto que está impulsando el presidente y el ministro de Justicia es, para los socialistas, la norma que en Europa firmaría "la extrema derecha". La ley que "sólo aplaude" el exlíder del Frente Nacional francés, Jean-Marie Le Pen, y que a Alfredo Pérez Rubalcaba le "avergüenza como español". 

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