La situación en Cataluña ante el anunciado referéndum para el 1-O fue uno de los temas estrella de la primera sesión de control al Gobierno en el Congreso tras el parón estival. Fue la vicepresidenta del Ejecutivo, en su calidad de máxima responsable de política territorial quien tuvo que hacer frente a las preguntas de la oposición al respecto. Antes, de pasada, Mariano Rajoy había insistido en su defensa de la Constitución y había dado largas a la apertura de un debate para su reforma. No se opone, le dijo a Albert Rivera (Ciudadanos), pero no cree que sea ahora una urgencia.
El principal duelo dialéctico lo protagonizaron Soraya Sáenz de Santamaría y Gabriel Rufián (ERC). El diputado independentista quería saber por qué la vicepresidenta calificó de "muerte de la democracia" la votación de la ley del referéndum en el Parlament la semana pasada, una iniciativa que ha sido declarada inconstitucional tras un recurso de Moncloa ante el TC.
La vicepresidenta respondió que esas mismas palabras se usaron otros dirigentes de la oposición y que esa fue la sensación que se llevaron los ciudadanos que pudieron seguir la sesión por televisión. Y que más quejas habría habido si la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, hubiera permitido hablar a todos los parlamentarios.
En respuesta a la réplica de la mano derecha de Rajoy en el Gobierno, el diputado de ERC sacó de debajo del escaño una impresora: "Este es el cuerpo del delito", dijo. Una alusión a la petición, por parte de los promotores del referéndum, de que los ciudadanos vayan a votar con sus propias papeletas impresas en casa.
"No imprime billetes de 500 [...] Les pido que dejen de hacer el ridículo, dejen de perseguir impresoras, dejen de perseguir a impresores y persigan a corruptos".
Espero que no me detenga, tengo una papeleta y es de consumo propio. Nos vemos en las urnas".
Por su parte, Santamaría espetó a Rufián que esa democracia "que tanto le molesta le permite" hacer "teatrillos semanales".
"La señora Forcadell mató la democracia y ustedes vienen aquí a darle sepultura todos los miércoles".
Previamente, Santamaría, había reprochado a En Comú Podem su indefinición ante el referéndum independentista instando a la confluencia catalana de Podemos a "aclararse" y confesar si son demócratas "a tiempo completo o a tiempo parcial".
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Tras descalificar duramente la estrategia jurídico-policial del Gobierno ante el desafío catalán, Xavier Domènech advirtió a Santamaría de que aunque el Ejecutivo sólo contemple "la victoria" ante el 1-O, "hay victorias que son absolutamente pírricas y que acaban siendo derrotas absolutas".
El parlamentario del Grupo de Unidos Podemos avanzó que "70 diputados" de la Cámara iban a solicitar la "comparecencia urgente de Rajoy" para hablar de la situación en Cataluña.
La situación en Cataluña ante el anunciado referéndum para el 1-O fue uno de los temas estrella de la primera sesión de control al Gobierno en el Congreso tras el parón estival. Fue la vicepresidenta del Ejecutivo, en su calidad de máxima responsable de política territorial quien tuvo que hacer frente a las preguntas de la oposición al respecto. Antes, de pasada, Mariano Rajoy había insistido en su defensa de la Constitución y había dado largas a la apertura de un debate para su reforma. No se opone, le dijo a Albert Rivera (Ciudadanos), pero no cree que sea ahora una urgencia.