Podemos sacó mejores resultados que las candidaturas de confluencia en 23 de las 29 grandes ciudades

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¿Tienen más fuerza las candidaturas de confluencia o la marca Podemos? Esa es la disyuntiva a la que se enfrentó el partido en las pasadas elecciones del 24 de mayo, donde acudió a las urnas autonómicas con sus propias siglas pero se diluyó en listas de unidad a la hora de aspirar a las alcaldías. Y, pese a los buenos resultados cosechados en ciudades como Madrid o Barcelona, los datos son claros: en general, las candidaturas de Podemos funcionaron mejor que sus equivalentes a nivel municipal.

El pasado 24 de mayo, los ciudadanos de 62 ciudades de más de 100.000 habitantes ejercieron su derecho al voto y cambiaron el panorama político del país a nivel local, ya que la confianza que dieron a las candidaturas de confluencia apoyadas por partidos como Podemos o IU les permitirá gobernar en capitales como Madrid, Barcelona, A Coruña, Zaragoza o Santiago de Compostela. Las llamadas a la confluencia han sido constantes desde entonces: el más claro ha sido el candidato de IU a la Presidencia del Gobierno, Alberto Garzón, si bien el propio secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, llamó a las fuerzas de izquierda a congregarse en torno a su partido. 

En 29 de esos 62 grandes municipios pueden compararse los votos obtenidos por Podemos a nivel autonómico con el número de sufragios conseguido por la candidatura de unidad promovida por el partido de Iglesias. Del total hay que eliminar las localidades de Andalucía, País Vasco, Galicia y Cataluña –donde no se celebraron elecciones autonómicas– y otras cuatro ciudades más –Albacete, Logroño, Elche y Alcorcón– donde Podemos no apoyó de manera explícita ninguna lista a nivel local.

El recuento de votos en estas 29 ciudades favorece ligeramente a las candidaturas de unidad popular, que obtuvieron 142.044 votos más que las listas de Podemos: 1.021.994 frente a 879.950 sufragios. En términos porcentuales, estas cifras suponen que las plataformas unitarias consiguieran un 20,72% del total de votos, frente al 17,97% de las listas autonómicas de Podemos. No obstante, estos números están fuertemente condicionados por la ciudad de Madrid, donde Ahora Madrid cosechó el mejor resultado de todas las listas municipales apoyadas por Podemos con 519.210 papeletas (un 31,8% de los votos), más de la mitad de todas las conseguidas por estas plataformas.

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En la capital hay una diferencia muy acusada entre esta candidatura y la lista de Podemos para las autonómicas, que se tuvo que conformar con 286.973 votos (un 17,7% del total). No obstante, eliminando el elemento distorsionador que ejerce Madrid, los datos arrojan conclusiones muy diferentes. Sin contar esta ciudad, las candidaturas autonómicas de Podemos obtienen en las otras 28 localidades analizadas 592.977 sufragios (el 18%), mientras que las plataformas unitarias se quedan en 502.784 votos, que suponen un 15,22% del total de los alrededor de 3,3 millones de papeletas válidas.

De entre las grandes ciudades en las que se votó –excluyendo las catalanas, vascas, andaluzas y gallegas–, en 23 la lista autonómica de Podemos obtuvo mejores resultados que la candidatura de unidad popular correspondiente. Las diferencias entre municipios son, sin embargo, palpables, ya que en algunas de las localidades las distancia en número de votos entre una y otra lista es prácticamente inapreciable, mientras que en otras la marca Podemos ha funcionado mucho mejor que su equivalente municipal. De este modo, en siete grandes ciudades Podemos y la candidatura de unidad popular que apoyó tuvieron resultados muy similares, pero en otras como Fuenlabrada las siglas del partido de Pablo Iglesias han sacado hasta ocho puntos a su lista local.

En Zaragoza, Getafe, Gijón, Alcalá de Henares, Oviedo, La Laguna y Salamanca los resultados de una y otra lista no divergieron más de un punto. De esta forma, en la capital aragonesa Podemos y Zaragoza en Común obtuvieron los segundos mejores resultados de entre las 29 ciudades analizadas –excluyendo Madrid–, con 78.345 (un 24,1%) y un (80.040) 24,6% de los votos, respectivamente. La menor diferencia se dio, por su parte, en La Laguna: Unid@s se puede –apoyado por Podemos, Equo e IU– consiguió 12.889 votos y un 18,5% de los sufragios, idéntico porcentaje al de Podemos, que sólo obtuvo cinco votos menos. Tanto en La Laguna como en Zaragoza y Salamanca, las listas municipalistas contaron con el apoyo de IU, Podemos y Equo, lo que evitó la dispersión del voto.

Tampoco hubo grandes diferencias en otras once ciudades, donde las diferencias entre las candidaturas de unidad y las listas de Podemos fueron de entre 1 y 5 puntos, en la mayor parte de los casos a favor de la papeleta autonómica. Así ocurrió en Leganés (22,6% frente al 21,1% de Leganemos), Móstoles (22,8% por un 19,9% de Ganar Móstoles), Torrejón de Ardoz (Podemos sacó un 20,6% y Sí se puede: Alternativa Ciudadana por Madrid un 16,3%), Castellón (15,5% por el 13,1% de Castelló en moviment), Badajoz (12,1% de Podemos frente al 10,4% de Recuperar Badajoz) o Valladolid (14,7% frente al 10% de Sí se puede Valladolid).

El mismo fenómeno se dio en Valencia (donde Podemos obtuvo el 12,3% de los votos, dos puntos y medio más que València en Comú) y Pamplona (un 13,9% de los sufragios, frente a un 9,5% de Aranzadi-Pamplona en común). De entre los municipios en los que ha habido una diferencia de menos de cinco puntos entre las dos listas, sólo en dos ciudades se produjo la circunstancia contraria y la candidatura unitaria obtuvo mejores resultados que Podemos: Burgos, donde Imagina Burgos –apoyada por IU, Equo y Podemos– sacó 4,8 puntos al partido con su 20,7% de votos, y Alicante, en la que el 18,7% de los ciudadanos escogió la papeleta de Guanyar Alacant –conformada por IU, Esquerra Republicana, Els Verds y Podemos– y sólo el 15,7% eligió la del partido de Pablo Iglesias.

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Las diferencias en las otras diez ciudades –además del caso de Madrid y sus 14,1% puntos de distancia a favor de la candidatura liderada por Manuela Carmena– son mucho más acusadas, y en todas ellas la lista de Podemos saca más de cinco puntos a la plataforma unitaria correspondiente. Los casos más claros son los de los municipios madrileños de Fuenlabrada y Parla, donde el partido obtuvo un 22,9% y un 26,6% de los votos, respectivamente, mientras que Ganar Fuenlabrada y Cambiemos Parla tuvieron que conformarse con el 14,6 y el 18,6%.

La explicación del resultado está en la mayor competencia electoral. En Fuenlabrada, el socialista Manuel Robles ha revalidado su victoria con un 45,2% de los votos, mientras que en Parla la alcaldesa, Beatriz Arceredillo, abandonó el PSOE y consiguió ser segunda fuerza con su propio partido, Mover Parla. Las dos capitales canarias, Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas, también votaron muy diferente a nivel autonómico y local: en la capital grancanaria, Podemos sacó un 23,2% de los votos y Las Palmas de Gran Canaria Puede un 16,1%, mientras que en la tinerfeña el 18,6% de Podemos sólo fue correspondido por un 12,1% de Sí Se Puede.

En otras grandes ciudades, la competencia de las candidaturas promovidas por Podemos fue precisamente con otras plataformas apoyadas por formaciones como IU. El ejemplo de León es uno de los más claros, ya que el partido de Pablo Iglesias obtuvo para el parlamento autonómico un 15,8% de los votos, mientras que para el consistorio leonés la agrupación León Despierta sólo pudo hacerse con el 8,2% de los sufragios al medirse frente a frente con León en Común, secundada por IU. La situación es casi un calco de la de Murcia, donde Es Ahora Murcia –la opción de Podemos– reunió el 9,1% de los votos, por un 9% de Cambiemos Murcia –candidatura promovida por IU–. Podemos obtuvo en la urna para las autonómicas un 16,1% de las papeletas.

¿Tienen más fuerza las candidaturas de confluencia o la marca Podemos? Esa es la disyuntiva a la que se enfrentó el partido en las pasadas elecciones del 24 de mayo, donde acudió a las urnas autonómicas con sus propias siglas pero se diluyó en listas de unidad a la hora de aspirar a las alcaldías. Y, pese a los buenos resultados cosechados en ciudades como Madrid o Barcelona, los datos son claros: en general, las candidaturas de Podemos funcionaron mejor que sus equivalentes a nivel municipal.

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