Salvador Illa: "Francamente no me veo gobernando con Junts"

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Si llega al Palau de la Generalitat, Salvador Illa tiene muy claro lo primero que hará al sentarse en el despacho: un decreto de emergencia para agilizar las inversiones para combatir la sequía. Es toda una declaración de intenciones sobre lo que le gustaría que fuera su Presidencia, a la que quiere impregnar de la palabra gestión. Entiende el aspirante del PSC que es hora de abrir una nueva etapa en Cataluña tras diez años de bloqueo.

Illa (La Roca del Vallès, 1966) afronta las horas finales de la campaña con una gran obsesión: superar los 40 escaños el próximo domingo. Cree que así allana el complicado escenario postelectoral que dejará este 12M. Por eso, se afana en ampliar el horizonte de votantes mientras el resto de partidos están en un todos contra el PSC. Y encara también la photo finish arropado por Pedro Sánchez, que espera ver al exministro de Sanidad en el Govern como gran premio a la arriesgada hoja de ruta adoptada desde La Moncloa con medidas como los indultos y la ley de amnistía.

¿Cómo lleva esta recta final de campaña?

Con intensidad y buen ánimo. Hay que aprovechar estas últimas horas para explicar nuestros planteamientos y pedir a la gente que vaya a votar porque eso tiene efectos importantes que duran cuatro años.

¿Cree que va a sacar más de cuarenta escaños el próximo domingo?

Me gustaría y trabajo para sacar más de cuarenta escaños. Y creo que los puedo sacar, pero la decisión final naturalmente la tienen los ciudadanos de Cataluña.

¿Cómo lleva el todos contra Illa

Con deportividad, buen humor e intentando no perder el foco principal de esos días: explicarse con claridad, educación y respeto ante los ciudadanos.

Me gustaría y creo que puedo sacar más de 40 escaños

Hablamos del 12 de mayo, pero será casi más importante el día después por los pactos. ¿Puede haber un escenario de ingobernabilidad en Cataluña e incluso se pueden repetir elecciones? ¿O se conseguirá un acuerdo?

Creo que los ciudadanos de Cataluña van a hablar con claridad y contundencia. Percibo una voluntad transversal de abrir una nueva etapa y de no seguir con inestabilidad, bloqueo y retroceso en muchos ámbitos de políticas públicas. Es necesaria una nueva etapa para unir y servir a los ciudadanos y poner los servicios públicos en primer término. Me parece que esto va a tener un apoyo de los catalanes. Todos tenemos que tener la actitud de respetar esa voluntad y articular un Gobierno estable.

¿Cuáles son sus líneas rojas a la hora de pactar?

No voy a tener ningún tipo de diálogo con las formaciones que practican discursos del odio: Vox y Aliança Catalana. Hay que dejar clara esa línea roja. Tampoco va a contar con el concurso y el apoyo del PSC todo lo que sea divisivo para la sociedad catalana. Nosotros estamos por unir y servir a los catalanes. A partir de aquí estoy dispuesto a hablar con todo el mundo.

Su escenario favorito será el de gobernar en solitario, ¿y el siguiente sería un tripartito con Esquerra Republicana y los comunes?

Lo que he dicho es que, si se confirman lo que dicen las encuestas, voy a dar un paso al frente y presentaré mi candidatura a la Presidencia de la Generalitat para liderar la apertura de esta nueva etapa. Lo que pido es que nadie bloquee, que es lo que yo he intentado durante esta legislatura. Pero hay que dejar que hablen los ciudadanos de Cataluña y ver qué grado de confianza exactamente dan a cada formación política antes de ir más allá en relación a las posibilidades de articular un Gobierno estable.

¿Y descarta un Ejecutivo del PSC y de Junts?

Con Junts no me veo gobernando. Me veo trabajando para acordar ciertas políticas, lo que sería conveniente para Cataluña. No sólo con ellos. Pero gobernando francamente no me veo.

Me veo capaz de encauzar en cuatro años la solución de la financiación de Cataluña

¿Se ha acabado el procés?

Estamos en una etapa distinta. Lo que percibo hablando con interlocutores es que la sociedad catalana quiere que volvamos a recuperar el liderazgo económico y en políticas de educación de España, que recuperemos el tiempo perdido en energías renovables, que nos preparemos bien ante la sequía, que reformemos el sistema sanitario para rebajar los tiempos de espera y que tomemos decisiones sobre las infraestructuras. Esto es un cambio de enfoque respecto a lo que ha venido siendo la preocupación principal de muchos ciudadanos.

El volumen contra la inmigración está subiendo en los discursos de las derechas. ¿Le han sorprendido las palabras de Alberto Núñez Feijóo sobre esta cuestión?

No he podido escucharlo porque estoy más centrado en explicar mis propuestas. No quiero que se tome como una falta de consideración. Nuestro planteamiento en migración se sintetiza señalando que integrar a las personas que vienen a Cataluña, España y Europa buscando una vida mejor no solo no pone en riesgo la identidad catalana, española y europea, sino que la refuerza y enriquece. En Cataluña tenemos buena prueba de ello, buena parte somos esto. Nuestra identidad se ha construido acogiendo e integrando personas que a lo largo de la historia han venido de lugares distintos. Es el enfoque nuclear en esta materia. A partir de ahí, hay un margen legislativo que hay que cumplir. Es una temática que se presta mucho a discursos demagógicos y populistas.

Los comunes le acusan de ser más de derechas que el PSOE y Pedro Sánchez, ¿qué le parece la crítica?

Pues que yo nunca he votado unos presupuestos del señor Quim Torra, por ejemplo. Ellos sí. Como ERC que dice que tengo acuerdos con Junts… ¡Caramba! Ellos han gobernado diez años con Junts y votaron en contra de la reforma laboral. No acepto estas lecciones de progresismo de unos y de otros, tampoco las doy yo. La trayectoria de los últimos años me permite hacer esta afirmación con la tranquilidad de espíritu de que aguantamos perfectamente cualquier comparación.

Todos tenemos que tener la actitud de respetar la voluntad de los catalanes y articular un Gobierno estable

Pedro Sánchez le está arropando en Cataluña en este tramo final. ¿El periodo de reflexión que se tomó el presidente le ha beneficiado o le ha perjudicado?

No lo sé. Estoy muy contenido que se haya sumado a la campaña. Para mí personalmente y para mis compañeros es ilusionante y muy positivo. El periodo de reflexión no sé si ayudó o no, pero lo que sí que sé es que se resolvió de una forma satisfactoria con el compromiso del presidente de continuar con fortaleza al frente de un Gobierno que hace políticas progresistas en lo económico y en lo social y que defiende los valores europeos con claridad y sin complejos. Además, se ha reforzado la reflexión colectiva e imprescindible de ver en qué consiste la naturaleza de la acción política y qué límites tiene. Estamos viendo discursos de odio y una falta de respeto que no es bueno.

ERC le está dando por varios flancos. Quieren una financiación singular y critican que usted sería el “portero de Pedro Sánchez” para frenar problemas. ¿Qué responde?

Lo que sabemos, y no es una opinión, es que con gobiernos de ERC y Junts como los que hemos tenido en estos diez años en Cataluña no se ha conseguido ningún avance en materia de financiación. Ninguno. La credibilidad de los que ahora proponen el mejor de los mundos en esta cuestión los pone en entredicho. Mi planteamiento es el modelo que está recogido en el Estatuto, que es una ley orgánica vigente del Estado y que en materia de financiación ha pasado el filtro del Tribunal Constitucional. Y plantea constituir un consorcio general tributario paritario para que la Hacienda catalana pueda recaudar eventualmente todos los impuestos. También quiero combatir la competencia fiscal desleal, que es contraproducente. Además, no me parece correcto que Cataluña sea la tercera comunidad en aportación de recursos y la decimocuarta en recepción. Cualquier responsable territorial que se encontrara con esta situación diría lo mismo. Es un objetivo a conseguir. Digo más, me veo capaz de encauzar en cuatro años la solución de esto a diferencia de los que llevan diez años sin conseguir nada.

¿Habrá referéndum?

Creo que no lo habrá. El PSC no está en esto ni apoyará esto porque es un planteamiento divisivo. Lo que hay que hacer es lo contrario: unir y servir. Hay que poner los servicios públicos como primera piedra del Govern de la Generalitat.

No acepto lecciones de progresismo de unos y de otros, tampoco las doy

¿Cree que si dan los números al independentismo con Aliança Catalana pactarán estos partidos?

Bueno, ya sumaron en esta legislatura 74 diputados y ya vemos qué ha dado de sí. El Govern colapsó y no ha habido avances significativos. Sinceramente, no es que tengamos que preguntarnos si es posible, sino que ya lo tenemos y no ha funcionado. Por eso hay que abrir una nueva etapa en Cataluña.

¿Qué sería lo primero que haría si se sienta en la mesa principal del Palau?

Un decreto de emergencia para agilizar las inversiones para combatir la sequía. Es lo más importante que hay que hacer en el ámbito de la política catalana. Da que pensar que Cataluña con su nivel de prosperidad y sus capacidades y recursos no esté preparada para afrontar esta cuestión.

Hablaba antes de competencia fiscal desleal entre comunidades y se ha visto en campaña que ha entrado en acción Isabel Díaz Ayuso en Cataluña. ¿Qué relación plantearía usted con la Comunidad de Madrid?

Siempre tengo relaciones de entrada por mi parte de respeto con todo el mundo. A partir de ahí, si soy president, me corresponde defender los intereses de Cataluña. También le digo que el modelo de Ayuso no lo comparto.

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Creo que no. En el sentido de que fue el 23 de julio cuando los ciudadanos se pronunciaron respecto a cómo tenía que enfocarse el Gobierno de España y en Cataluña hubo un no muy amplio y rotundo a un Ejecutivo de la derecha y de la ultraderecha. Hubo una mayoría de investidura con unos acuerdos que hay que cumplir y me parece que mezclar ámbitos institucionales es un error. Y quien lo haga va a pagar un precio político por ello.

Habla mucho en esta campaña de sanidad, otras de las grandes preocupaciones en estos momentos para los ciudadanos. Si llega a la Generalitat, ¿qué les promete?

El objetivo es que Cataluña vuelva a ser la región de Europa líder en materia de sanidad en cuanto a innovación y accesibilidad al sistema. Se puede hacer: tenemos buenos profesionales, buenas instalaciones y buena industria. Hay que hacerlo con recursos y con reformas de manera paralela. Hay que poner también al paciente en el centro del sistema, hay que incorporar tecnología, hay que reducir los tiempos de espera y hacer una reorganización hablando con los profesionales.

Si llega al Palau de la Generalitat, Salvador Illa tiene muy claro lo primero que hará al sentarse en el despacho: un decreto de emergencia para agilizar las inversiones para combatir la sequía. Es toda una declaración de intenciones sobre lo que le gustaría que fuera su Presidencia, a la que quiere impregnar de la palabra gestión. Entiende el aspirante del PSC que es hora de abrir una nueva etapa en Cataluña tras diez años de bloqueo.

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