Como viene siendo habitual, el líder del Partido Popular dio un rodeo cargado de reproches antes de lanzar la pregunta que había registrado este miércoles para el presidente del Gobierno en la sesión de control al Ejecutivo en el Congreso de los Diputados, que era la de si va a cesar al vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, tras los avances judiciales en el caso Dina.
Así, le acusó de haber llegado a la Presidencia del Gobierno aupado en la "mentira" y de estar cometiendo un "atropello legal" con la reforma de la ley del Poder Judicial para desbloquear unos nombramientos que su propio partido, el Partido Popular, mantiene bloqueados en el órgano de Gobierno de los jueces.
"Mientras no retire ese a atropello legal, no hay nada que pactar, a mí no presiona nadie. Y menos, usted", avisó Casado añadiendo la ya tradicional coletilla del PP que apunta a que mientras Unidas Podemos siga en el Gobierno ellos no tienen nada que negociar. Llegó a pedir de forma expresa que "expulse" a la formación morada de este "proceso".
Como ya hizo hace 15 días, en la última sesión de control al Ejecutivo, las primeras palabras de la respuesta del presidente del Gobierno fueron para señalar que no iba a entrar en sus "insultos" y "provocaciones". Y, yendo al grano de la pregunta que se había registrado, defendió que Pablo Iglesias y todos los integrantes de su Consejo de Ministros cuentan con su "mayor y absoluta confianza".
Los principales dardos se los reservó para su segunda intervención, cuando acusó al Partido Popular de Casado defender las cosas "a medias", según le convenga. "Desde que usted preside el Partido Popular ha dejado de ser un partido de estado", mantuvo al tiempo que calificaba la principal fuerza de la oposición de "antisistema", en clara alusión a la negativa del PP a desbloquear la renovación del CGPJ y otras instituciones.
A una semana de la moción de censura registrada por la extrema derecha, el jefe del Ejecutivo pidió a Casado que aclarase cuál va a ser el sentido del voto de su partido. "Rectifique, medite antes de que sea muy tarde para usted y para su partido", dijo al tiempo que dibujaba a un líder del PP que "arrastra" a su partido a una oposición crispada, al estilo de la del partido que lidera Santiago Abascal.
El estado de alarma en Madrid también fue otro de los temas recurrentes de los dirigentes conservadores en esta sesión de control. Casado demandó a Sánchez que tenga "el coraje" de acudir al Congreso a defender el estado de alarma que ha "impuesto" en Madrid. "En Europa ya ven a este país como un estado fallido, pero se equivocan, el único fallido es usted como presidente del Gobierno", le dijo antes de acusarle de "mentir todo el tiempo", incluido con el número de fallecidos con la pandemia. Será el ministro de Sanidad, Salvador Illa, el que explique en la Cámara Baja este jueves las medidas decretadas para Madrid el pasado viernes en un Consejo de Ministros extraordinario.
Gritos de "¡dictador!"
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Este duro enfrentamiento entre los líderes de los dos partidos con mayor representación parlamentaria estuvo acompañado también de tensión entre los parlamentarios de ambas bancadas. Al comienzo de la intervención de Sánchez pudo escucharse en el hemiciclo el grito de "¡dictador!", al que siguió, en respuesta, el de "¡gamberro!". También pudieron escucharse acusaciones de "machista" al vicepresidente Pablo Iglesias.
En su intercambio con el líder de Vox, Sánchez optó por no confrontar directamente con él y dirigirse a Casado. Al líder del PP volvió a pedirle que no se deje "arrastrar" por la "crispación" de "la ultraderecha" y no se ponga de perfil en la moción de censura que se debatirá la próxima semana.
"Insto a que rectifique, centre a su partido, se modere y vuelva el PP a ser un partido de Estado", le demandó.
Como viene siendo habitual, el líder del Partido Popular dio un rodeo cargado de reproches antes de lanzar la pregunta que había registrado este miércoles para el presidente del Gobierno en la sesión de control al Ejecutivo en el Congreso de los Diputados, que era la de si va a cesar al vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, tras los avances judiciales en el caso Dina.