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Begoña Gómez cambia de estrategia en un caso con mil frentes abiertos que se van desinflando

Sánchez busca convertir las europeas en un freno a la "internacional derechista" y la "máquina del fango"

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“Hay que concienciar de lo que significa el voto europeo”. Esta reflexión sale desde el propio corazón del Palacio de La Moncloa. Tras sus días de parón, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha vuelto a primera línea con la vista puesta de manera inmediata en las elecciones catalanas y en la próxima cita con la urnas continentales del 9 de junio. No hay tiempo que perder.

Son dos citas clave para La Moncloa y la calle Ferraz, ya que son dos apuestas directas de Sánchez: la hoja de ruta para superar el conflicto del procés y el papel de España en una UE en la que arrecian potentes vientos a favor de la derecha y de la ultraderecha. Y el jefe del Ejecutivo pretende tomar como hilo conductor de cara a las votaciones europeas la importancia de frenar esa corriente y de parar la “máquina del fango”, que no es una cosa exclusivamente de España, sino que se trata de un fenómeno global.

Uno de los retos que hay en el cuartel general de los socialistas es lograr precisamente que la izquierda se movilice, como pasó en las generales del 23 de julio, pero en esta ocasión ante lo que está sucediendo en Europa. “Es que ya no son discursos, es que son hechos”, emiten desde la calle Ferraz. En la dirección federal han impactado muchísimo en las últimas horas la manifestación de miles de fascistas en Milán el pasado lunes, escoltados por la policía. “Dan escalofríos”, señala un alto dirigente del partido.

Saltan las alarmas por Von der Leyen

En el PSOE son conscientes desde hace tiempo del panorama oscuro que se puede avecinar tras las próximas elecciones europeas, algo que lleva ya tiempo advirtiendo a sus compañeros la líder del grupo socialdemócrata en el Parlamento Europe, Iratxe García. Con una deriva que entienden como muy preocupante: el Partido Popular Europeo cada día se acerca más a la ultraderecha y aproxima su discurso en muchos asuntos, con el impulso de dirigentes como Manfred Weber.

Pero las alarmas han saltado más con el movimiento que nadie esperaba, como reconocen fuentes de La Moncloa, de que Ursula Von der Leyen se abra a pactar con una parte de los grupos de ultraderecha. Ahora no niega que pueda llegar a acuerdos con los partidos de ECR (Reformistas y Conservadores Europeos), en los que están formaciones como Vox y Hermanos de Italia (el partido de Giorgia Meloni). La primera ministra italiana se presenta como número uno en la lista para el 9 de junio con esa idea: “Defenderemos en la UE nuestras excelencias, nuestras fronteras y nuestra identidad. Dirán que estamos locos. Dejad que hablen, ha llegado el momento de subir la apuesta”.

El paso esbozado por Von der Leyen sería un giro de impacto dentro de la Unión Europea, donde precisamente la presidenta de la Comisión, la candidata con más posibilidades de revalidar las riendas de la Comisión Europea, siempre había apostado por el cordón sanitario a la ultraderecha y apoyado esa regla no escrita de pacto estable junto a la socialdemocracia y liberales. De hecho, la exministra alemana de Defensa siempre ha tenido en el presidente español uno de sus principales aliados en estos convulsos tiempos comunitarios (logrando pactos que antes parecían inalcanzables con temas como los fondos europeos o la excepción ibérica).

"Millones de personas han comprendido que está en juego la democracia"

El presidente del Gobierno planea encarar esta campaña europea advirtiendo del peligro de esa unión de la derecha y de la ultraderecha y denunciando que esa “máquina de fango” opera a nivel internacional. El jefe del Ejecutivo, según confiesan los suyos, quedó también muy tocado con la conversación que mantuvo el año pasado en La Moncloa con la exsecretaria de Estado de EEUU Hillary Clinton, quien le contó de primera mano como fue objeto de un bulo conocido como Pizzagate, en el que se mezcló al Partido Demócrata, una pizzeria, una mafia pedófila, el satanismo y el secuestro de Madeleine McCann.

El jefe del Ejecutivo ha abanderado desde el pasado lunes, tras sus cinco días de reflexión sobre si dejaba el cargo, un discurso sobre la necesidad de la regeneración democrática y acabar con prácticas de la derecha política y mediática basadas en bulos. El líder socialista envió una carta a los militantes este jueves, un día muy especial para los socialistas al cumplirse los 145 años de la fundación del partido. En su agradecimiento precisamente expuso estas líneas argumentales: “Millones de personas han comprendido que lo que está en juego -y no sólo en España- es la democracia como una forma de convivencia en libertad”.

“Nuestra democracia, como las del resto del mundo, se enfrenta al avance de una internacional ultraderechista que trata de imponer su agenda regresiva. No mediante el debate de ideas y el contraste de propuestas, sino por la destrucción del adversario. Para lograrlo, ponen en marcha la máquina del fango, alentada por la derecha y la ultraderecha, junto a páginas web y asociaciones ultraderechistas que fabrican bulos y mentiras. Bulos que a continuación se propagan en tertulias y en las tribunas para después judicializar falsas denuncias, deteriorando gravemente nuestra democracia y nuestra convivencia. Estos días hemos comprendido que defender la democracia no consiste únicamente en acudir a votar cada cuatro años. Debemos defender nuestra democracia todos los días, rechazando a aquellos que convierten la política en un barrizal de insultos y falsedades”, pone negro sobre blanco el líder socialista en su misiva.

El reto de llenar las palabras

Esta es la idea que traslada el presidente del Gobierno conectada con el discurso que hizo durante la campaña de las pasadas elecciones generales, cuando trató de desmontar la imagen deshumanizada que habría creado la derecha mediática y política de él. Pero también, como señalan dirigentes en el partido, estas palabras tendrán que ir unidas de hechos para que los ciudadanos se impliquen en esa labor a la que llama el secretario general del PSOE.

Es una incógnita el impacto de la reflexión del presidente en la opinión pública y en las elecciones. En el caso de las catalanas, Sánchez ha vuelto a implicarse de manera total como le pidió el propio Salvador Illa durante la reunión del Comité Federal del pasado sábado. El 12 de mayo puede acabar con una aritmética endiablada y con una difícil solución de pactos. Los propios partidos ya están avisando de que puede ir para largo una investidura, mucho más allá de las elecciones del 9 de junio a nivel europeo.

Por lo tanto, dirigentes socialistas entienden que el discurso de partido sobre el propio horizonte de la democracia estará plenamente vigente para esa cita. Aunque, como confiesa un miembro del Consejo de Ministros, “hacer planes en política de aquí a un mes ya es imposible”. Fuentes de la plancha electoral del 9 de junio apuestan por poner sobre relieve el giro que puede dar el Partido Popular Europeo, pero también señalan que, “aunque no nos guste”, también tendrán estas elecciones un fuerte componente “nacional”.

El presidente ha mandado una señal de la importancia que le da a esta cita colocando como ‘número uno’ de la lista a su vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, una de las piezas clave del Gobierno. Su figura es muy respetada en Europa (“ella se habla de tú a tú con los comisarios y primeros ministros”, señalan fuentes socialistas) y apunta directamente a uno de los puestos clave de la Comisión Europea. Además, en el PSOE ponen mucho hincapié en que su figura puede atraer mucho voto verde y joven, además de mujeres.

“Hay que concienciar de lo que significa el voto europeo”. Esta reflexión sale desde el propio corazón del Palacio de La Moncloa. Tras sus días de parón, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha vuelto a primera línea con la vista puesta de manera inmediata en las elecciones catalanas y en la próxima cita con la urnas continentales del 9 de junio. No hay tiempo que perder.

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