El Gobierno es consciente de que es prácticamente imposible sobrevivir políticamente a una inflación como la registrada este mes de julio, con una cifra récord del 10,8%. Ante este escenario, sumado al propio desgaste de la coalición conformada por PSOE y Unidas Podemos y a los batacazos electorales encadenados por la izquierda en el último año y medio, Pedro Sánchez ha marcado su propia hoja de ruta para tratar de llegar al final de la legislatura con posibilidades claras de revalidar su mandato.
Como parte de esa estrategia, Sánchez anunció durante el debate sobre el estado de la nación la creación de dos impuestos, uno para las grandes empresas energéticas que se están lucrando con la crisis y otro para las entidades financieras que se están beneficiando con la subida de los tipos de interés. “Pueden y deben ayudar al país a salir de esta situación”, ha insistido este viernes el presidente del Gobierno durante el balance que ha realizado desde la Moncloa.
Desde las empresas energéticas y bancarias ya han avisado de que van a poner a trabajar a sus equipos legales para intentar rebajar la nueva figura fiscal o, directamente, tumbarla. Todo ello pese a que las empresas energéticas españolas han cerrado el primer semestre del año con amplios beneficios (hasta un 155% frente al mismo período del pasado año). Un beneficio que se hace extensible a las principales compañías de banca fruto de las comisiones bancarias y los márgenes que obtienen con los intereses de los préstamos.
En el caso de las energéticas lo que prevé el Gobierno es gravar todos los ingresos de 2022 un 1,2%. En el caso de los bancos, el Ejecutivo cogerá todas las comisiones e intereses netos que hayan ingresado y se le gravará un 4,8%. Lo recaudado ya tiene un destino: financiar las medidas ya aprobadas y otras anunciadas para contener la inflación en aquellos sectores más vulnerables.
El presidente del Gobierno ha asegurado que las presiones de estos sectores no le van a afectar. Es más, ha incidido en que su reacción confirma que el Ejecutivo ha tomado la decisión correcta. "He escuchado a algunos dirigentes de bancos, a la señora Botín (la presidenta del Banco Santander) y al señor Galán (el presidente de Iberdrola). Si protestan, es que vamos en la buena dirección. Si se fijan, son los mismos que protestaron y dijeron que subiendo el SMI y con la reforma laboral se iba a caer España", ha asegurado Sánchez ante las preguntas de los medios.
El jefe del Ejecutivo ha defendido que "nada ni nadie” va a detener la voluntad del Gobierno "de defender a la clase trabajadora de este país" frente a una clase "privilegiada" y una derecha que los favorece cada vez con menos "disimulo”. Sánchez ha completado así las palabras de la portavoz del PSOE y ministra de Educación, Pilar Alegría, que el jueves aseguró que el actual presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, solo busca beneficiar a “los privilegiados", en referencia a las empresas energéticas y entidades bancarias.
Poderes ocultos con intereses oscuros
No es la primera vez que Sánchez afirma que el Gobierno que preside es "incómodo" para algunos sectores económicos. Recientemente dijo que "España no se puede permitir el lujo de volver a un viejo orden que quieren reinstaurar poderes ocultos con intereses oscuros”. Unas declaraciones que retrotraen a las palabras que Sánchez le dijo al periodista Jordi Évole en octubre de 2016, cuando dimitió de la secretaría general del PSOE y afirmó que El País presionó para evitar un gobierno entre socialistas y Podemos.
Esa referencia a los "poderes oscuros" sorprendió a algunos miembros del ala socialista del propio Consejo de Ministros, mientras que otros como el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero ratificaron públicamente ese argumento. Zapatero aseguró, tras ser cuestionado por la prensa, que sí que existen poderes “visibles e invisibles” que están “atacando y descalificando permanentemente” al Gobierno de coalición: “Hay una sistemática acción de determinados sectores que son bastante agresivos hacia el PSOE”. “Lo sé muy bien, que fui presidente”, sentenció.
En Podemos siempre han defendido que estos poderes existen y van desde el ámbito mediático al judicial. Así lo ha manifestado en diversas ocasiones el exlíder de la formación, Pablo Iglesias, que ha denunciado el lawfare (la guerra judicial) y el mediafare (la guerra mediática) contra su partido. Este viernes, Pablo Iglesias lo ha ejemplificado tras archivarse la causa sobre las supuestas cuidadoras de sus hijos. "El 'caso niñera' y todos los demás “casos” cumplen su función política más allá de que se archiven. Sirven para que, durante meses, decenas de 'periodistas' machaquen con basura a Podemos en televisión, radio y prensa", ha escrito en su cuenta de Twitter.
El Gobierno limitará el aire acondicionado y la calefacción
Durante su comparecencia en La Moncloa, Sánchez ha anunciado que el próximo Consejo de Ministros, que se celebrará el lunes 1 de agosto, aprobará "medidas urgentes para la eficiencia y el ahorro energético". Sánchez ha evitado concretar cuáles serán estas medidas pese a las preguntas de los medios de comunicación, más allá de revelar que ha sido el ministerio de Transición Ecológica, con Teresa Ribera al frente, el encargado de pilotar las negociaciones con el sector privado, diversas administraciones públicas y los grupos parlamentarios.
Según ha adelantado El Español, Sánchez establecerá que las grandes superficies y los transportes públicos no puedan bajar el aire acondicionado de 27 grados centígrados, así como que la calefacción de estos centros no pueda estar por encima de los 19 grados. “No hay más que pasearse por un centro comercial para ver que la temperatura está demasiado baja”, ha puesto precisamente a modo de ejemplo el presidente durante su intervención. Tal y como apunta el citado medio, además de la limitar que los termostatos no bajen de 27 grados, en el decreto se incluirá también la obligación de revisar las calderas de calefacción y que se instale cartelería con consejos para ahorrar energía.
El Gobierno es consciente de que es prácticamente imposible sobrevivir políticamente a una inflación como la registrada este mes de julio, con una cifra récord del 10,8%. Ante este escenario, sumado al propio desgaste de la coalición conformada por PSOE y Unidas Podemos y a los batacazos electorales encadenados por la izquierda en el último año y medio, Pedro Sánchez ha marcado su propia hoja de ruta para tratar de llegar al final de la legislatura con posibilidades claras de revalidar su mandato.