13F | Elecciones en Castilla y León
Sánchez no se suma a las críticas a Garzón y el PP cuela la batalla de la carne en la campaña de Mañueco
La batalla por el voto de la España vaciada en las elecciones del Castilla y León ya está en marcha. Y los primeros combates los está librando la derecha en el campo de la desinformación.
A estas alturas de la ofensiva lo de menos es que el ministro de Consumo, Alberto Garzón, defendiese en The Guardian las virtudes de la ganadería extensiva española y la excelencia de su producto. Y que, en contraposición, criticase a las macrogranjas intensivas que buscan rentabilizar la producción a costa del medio ambiente, el bienestar de los animales y la calidad de su género.
Los estados mayores de PP y de Vox, con ayuda de sus aliados mediáticos, creen haber encontrado el modo de dar la puntilla a las expectativas electorales de la izquierda. Y están convencidos de que agitando la bandera de los intereses económicos de la ganadería, sin entrar en matices entre la que crea empleo y riqueza —la extensiva— y la que a todas luces perjudica el futuro de las áreas rurales —la intensiva—, podrán neutralizar las candidaturas de la Plataforma de la España Vaciada que por primera vez amenazan el dominio que tienen en amplias zonas rurales de España, sobre todo los de Pablo Casado.
De momento parecen ir ganando. Ya han conseguido poner de su lado al ala más derechista del PSOE —los presidentes de Aragón y Castilla-La Mancha, Javier Lambán y Emiliano García-Page—, con declaraciones apenas distinguibles de las que hacen los principales portavoces del PP y de Vox.
Que haya dirigentes socialistas que respalden acusaciones contra un ministro de Pedro Sánchez basadas en la manipulación de sus palabras otorga a la derecha una baza inesperada a un mes de las elecciones de Castilla y León, una comunidad con un enorme peso de los municipios rurales en los que la política agrícola y ganadera del Gobierno —de este y de cualquier otro— a menudo se percibe como una afrenta.
No son buenas noticias para Sánchez, pero sobre todo son muy malas para su candidato castellanoleonés. De ahí que Luis Tudanca, el aspirante del PSOE a la presidencia en esta comunidad, tratase este viernes de desenmascarar la estrategia de la derecha admitiendo, por un lado, la inoportunidad de las palabras de Garzón, y señalando, por otro, la hipocresía de la derecha al defender las macrogranjas confundiendo sus intereses con los de los ganaderos de producción extensiva.
Tudanca, que este viernes fue proclamado candidato por el Comité Federal del PSOE, acusó al PP de Castilla y León y a su líder, el presidente regional Alfonso Fernández Mañueco, de utilizar “fantasmas inventados” para no tener que hablar de su gestión.
Garzón “se ha equivocado”, señaló el candidato socialista, pero el PP actúa con “hipocresía” cuando le critica porque en estos años no ha hecho “nada por el campo en Castilla y León”. “Si hay algún problema con los proyectos de macrogranjas”, remarcó, “es en la Ribera del Duero. Si no, “que les pregunten por ejemplo a los bodegueros o viticultores que se han enfrentado a estos proyectos” o a los que se están planeando para la montaña palentina.
Que dimita Mañueco
Lo que “no puede ser”, completó Tudanca, es que en Castilla y León “sea más fácil abrir un proyecto de una macrogranja o un macroparque eólico, que sí perjudica el desarrollo de nuestra tierra, que abrir un consultorio médico”. “Puestos a dimitir” debería hacerlo Mañueco por hacer “algo más grave contra los productores” como es no haber apoyado la Ley de la Cadena Alimentaria.
La estrategia del PP, según el candidato socialista, es tapar “las huellas de las tramas de corrupción que allí tienen y también meternos en su guerra orgánica entre la señora Ayuso y el señor Casado”.
El pasado mes de julio, Sánchez descalificó a Garzón en una polémica parecida, cuando el ministro, siguiendo las recomendaciones de la ciencia médica, defendió limitar el consumo de carne. Pero esta vez, al menos de momento, ha evitado la celada de la derecha. En su intervención ante el Comité Federal, el presidente del Gobierno se cuidó de no hacer referencia directa o indirecta a las palabras de Garzón. Lo mismo hicieron el resto de oradores, evitando así dar continuidad a la estrategia de la derecha.
Pese a Lambán y Page —que este viernes insistió en tratar de ridiculizar a Garzón—, y a las declaraciones de algunos ministros en las primeras horas de la polémica, una parte del PSOE parece haberse dado cuenta de que abundar en el bulo es un error.
Fuentes de la dirección socialista citadas por Europa Press confirmaron que en el PSOE ya se han dado cuenta de que los ataques contra Garzón se basan en la tergiversación interesada de sus palabras, algo que sólo interesa “a la derecha”.
Unas declaraciones distorsionadas dan pie a otro alud de críticas contra Garzón (y el PSOE se suma)
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Entretanto, PP y Vox, como hacen siempre que creen que han dado con una veta aprovechable para alentar los debates que creen favorables a sus intereses, se aplican a mantener vivas las acusaciones contra Garzón en particular y contra el Gobierno de Sánchez en general pidiendo cada día dimisiones y planteando mociones en ayuntamientos, diputaciones y asambleas autonómicas, además de en el Congreso de los Diputados. Los de Casado lo hicieron en su día para denunciar la supuesta ilegalidad de los indultos a los condenados por el procés o, el pasado mes de noviembre, para defender el bulo de que la reforma de la Ley Mordaza va a desproteger a los policías y guardias civiles.
El PP busca que el PSOE se tenga que “retratar” en estas votaciones, según su vicesecretaria de Organización, Ana Beltrán. “Y elegir” entre el sector ganadero o el ministro de Consumo, añadió: “Ahí veremos de verdad a quién apoyan los socialistas”.
En el PP y en Vox se frotan las manos con la rentabilidad que esperan sacar de este asunto a las puertas de la campaña electoral en Castilla y León, una cita de la que ambas formaciones esperan salir reforzadas y que, según todas las encuestas, les otorgará mayoría absoluta.