El presidente del Gobierno apostó este jueves desde el Palau de la Genetalitat por avanzar en el diálogo sobre Cataluña porque una década de desencuentros supone un “balance lamentable” en la que “nadie ha ganado” y “todos hemos perdido”. “Nadie puede sentirse orgullos0”, añadió tras unos años “sombríos” que sólo han dejado “desánimo” y “hastío”.
Sánchez y su interlocutor, Quim Torra, han acordado poner en marcha este mismo mes de febrero la Mesa de diálogo pactada por el PSOE y Esquerra àra intentaar buscar una solución política al conflicto catalán. Esa propuesta formaba parte del documento que el presidente ha llevado a la reunión que han mantenido durante hora y media en la Generalitat y que es la primera de las propuestas incluidas en un texto de cuatro páginas organizado en torno a seis apartados (diálogo político y regeneración institucional, financiación autonómica, mejora de la cooperación, política social y apoyo a los servicios públicos, impulso a las infraestructuras y apoyo ante las catástrofes naturales) que responden a gran parte de las demandas planteadas en su día por Carles Puigdemont a Mariano Rajoy y que el entonces presidente español se negó a abordar.
Sobre la mesa de diálogo, la propuesta de Sánchez dice, textualmente: “El Gobierno de España y el de la Generalitat de Cataluña comenzarán el diálogo político en el mes de febrero en la reunión constitutiva de la Mesa de diálogo, negociación y acuerdo que tiene como objetivo buscar soluciones políticas que reflejen los intereses de una amplia mayoría de catalanes”.
El primer apartado defiende, en relación con la desjudicialización de la política, que “la existencia de la Mesa de diálogo, negociación y acuerdo y su búsqueda de soluciones“ se mantenga “en el marco de la ley y el respeto a la seguridad jurídica”, lo que significa que no puede salirse de las previsiones constitucionales ni comnducir a un referéndum de autodeterminación.
En materia de financiación autonómica, el documento compromete al Gobierno de España a estudiar “los planteamientos tributarios de la Generalitat en el Consejo de Política Fiscal y Financiera de cara a la elaboración del nuevo sistema”. Y en relación con las delegaciones de Cataluña en el extranjero, Sánchez plantea que se ajusten “a los principios contenidos en la Ley de Acción y Servicio Exterior del Estado”, lo que implica que no puedan actuar como embajadas.
Sánchez quiso otorgar a la reunión “el significado” de mostrar su “voluntad sincera” de comenzar un diálogo que, subrayó, “supera en relevancia a quienes lo hemos iniciado”. Lo que hay que hacer ahora es “cambiar el rumbo de inmediato e iniciar un nuevo camino de diálogo. La forma de hacer política debe cambiar, buscar el acuerdo y no la división”, pidió, porque esa “es la voluntad mayoritaria de los ciudadanos y el sentido mas noble de la política”.
El presidente del Gobierno aludió también a quienes se oponen al diálogo, fundamentalmente las tres fuerzas de la derecha: PP, Vox y Ciudadanos. “Hay sectores que se van a resistir, que piensan que la imposición es el único desenlace posible”, admitió. “Vamos a tropezar con ellos pero podremos superarlo porque somos muchos más quienes deseamos dialogar y reencontrarnos”. “Incluso”, aventuró, en última instancia “los opuestos al diálogo acabarán sumándose al acuerdo para no quedarse solos”.
“Soy consciente de que el camino no va a ser rápido ni fácil; hay heridas muy profundas que no se cierran así como así”, pero es sólo debe servir para “empezar cuanto antes. Y quizá nos sorprendamos de que el encuentro es mas rápido de lo que inicialmente podíamos prever”, señaló.
En la rueda de prensa que ofreció tras la reunión, Sánchez dejó claro que no habrá mediadores, como pretendía Torra —“va a ser un diálogo franco, transparente: el mediador vana a ser los 47 millones de de ciudadanos, testigos de ese diálogo”—, ni reconocimiento del derecho a la autodeterminación.
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El president, a su vez, se felicitó por el inicio del diálogo pero lamentó que Sanchez no haya aceptado su propuesta de convocar un reférendum o de poner fin a represión, que es la expresión con la que se refiere siempre a la persecución judicial de los impulsores de la declaración de independencia de 2017. Y dejó claro que su Govern no hará ningún gesto en relación con la normalización institucional que le ha pedido Sánchez: el vicepresidenrte Pere Aragonès (ERC) no asisitirá a la decisiva reunión del Consejo de Política Fiscal y Fiananciera convocado por la ministra de Hacienda para este viernes con el fin de fijar los objetivos de estabilidad presupuestaria de este año a 2023, así como la contribución de cada comunidad autónoma.
Torra recibió a Sánchez en la plaza de Sant Jaume, acompañado por una formación de gala de los Mossos d'Esquadra, con una alfombra roja, en presencia de la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera. En el balcón de la Generalitat, la pancarta que reza “Libertad de opinión y expresión. Artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos”, con la que el president reivindica su inocencia tras ser condenado por desobedecer a la Junta Electoral en las elecciones de abril. Sánchez preguntó a Torra por su mujer, recién operada de un tumor hace unos días. Después se detuvieron frente a la escultura del Desconsol de Josep Llimona, intercambiaron unas palabras y se dirigieron hacia el Salón de los Diputados, cruzando el Patio del Tarongers y la Galería Gótica del Palau.
Al comienzo del encuentro, sentados junto a las banderas de España y Cataluña y ante un cuadro de Sant Jordi, Torra ha entregado a Sánchez dos libros: Llibertat i sentit: reflexións sobre la condición humana (1999-2016), del poeta y dramaturgo Lluís Sola, e Inventing Human Rights: A History, de Lynn Hunt, una profesora dela Universidad de California.
El presidente del Gobierno apostó este jueves desde el Palau de la Genetalitat por avanzar en el diálogo sobre Cataluña porque una década de desencuentros supone un “balance lamentable” en la que “nadie ha ganado” y “todos hemos perdido”. “Nadie puede sentirse orgullos0”, añadió tras unos años “sombríos” que sólo han dejado “desánimo” y “hastío”.