Bastó un comunicado de Esquerra Republicana calificando de “incumplimiento flagrante” del acuerdo de investidura con el PSOE la decisión de la Moncloa de aplazar la puesta en marcha de la mesa de diálogo sobre Cataluña para que el Gobierno diese marcha atrás. De preferir que el inicio del diálogo se demorase hasta que hubiese nuevo Govern, Pedro Sánchez ha pasado a afirmar su “disposición a celebrar la mesa de diálogo entre gobiernos acordada antes de las elecciones catalanas”. Y “descartar” así “cualquier duda” respecto a su “voluntad de dialogar”.
El anuncio de Quim Torra de anticipar las elecciones catalanas en cuanto haya completado la tramitación de los presupuestos, lo que no ocurrirá hasta mediados de marzo, no ha afectado a la voluntad del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de entrevistarse con el president de la Generalitat el 6 de febrero en Barcelona, pero sí a la puesta en marcha de la mesa de diálogo entre gobiernos que el PSOE pactó con Esquerra para que los independentistas facilitasen el desbloqueo de la legislatura. No obstante, aunque el Gobierno anunció este jueves que el inicio del diálogo no tendría lugar hasta después de las elecciones, a media tarde se vio obligado a rectificar.
“El Gobierno mantiene su voluntad de iniciar el proceso de diálogo con las instituciones catalanas para resolver el conflicto político”, señaló la Moncloa esta mañana a través de un comunicado en el que, en un principio, anunciaba su decisión de posponer su inicio al comienzo de la próxima legislatura catalana y a la formación de un nuevo Govern. “El Gobierno espera poder iniciar dicho diálogo en cuanto haya hablado el pueblo catalán y se constituya el nuevo Parlament, así como el nuevo Govern. Cuanto antes se celebren las elecciones y haya nuevo Govern, antes iniciaremos el diálogo”, señalaba la Moncloa ene se comunicado.
Ese aplazamiento incumplía el acuerdo PSOE-Esquerra para la creación de la mesa, lo que provocó el enfado de los republicanos, a los que los socialistas necesitan para sacar adelante los Presupuestos del Estado y muchas de sus iniciativas políticas más importantes. Así que al cabo de unas horas el Gobierno optó por una rectificación en toda regla a través de un nuevo comunicado en el que defiende “su clara vocación de iniciar el diálogo con el Govern de Cataluña”. Y aunque sigue creyendo que con “el horizonte electoral decidido por el president de la Generalitat, Quim Torra, no se dan las mejores circunstancias para iniciar el diálogo entre gobiernos, cuando uno de ellos ha puesto punto y final a la legislatura y el nuevo Govern no podrá constituirse hasta la celebración de las elecciones anunciadas”, ha decidido responder a quienes, “a lo largo del día”, han puesto “en duda” su “voluntad de dialogar” y su “compromiso de cumplir con los acuerdos pactados”.
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Así que Moncloa vuelve a la ruta fijada inicialmente, que pasa porque Sánchez y Torra fijen el próximo jueves la feha de constitución de la mesa de diálogo sin esperar hasta después de las elecciones. La rectificación, según fuentes conocedoras de lo oucrrido citadas por El País, se produjo tras una reunión en el Palacio de la Moncloa del propio Sánchez con el portavoz de Esquerra en el Congreso, Gabriel Rufián-
En todo caso, el Ejecutivo mantiene, como señaló en su primer comunicado, “que el proceso electoral no impide la necesaria relación entre administraciones para resolver los problemas urgentes de la sociedad catalana”, como “las consecuencias de la borrasca Gloria”.
El Gobierno, además, ha anunciado que el presidente se quedará en Barcelona hasta el día 7 “y tiene intención de poder reunirse también con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y con la presidenta de la Diputación de Barcelona, Nuria Marín, así como la entidad Barcelona Global, que en engloba a 221 empresas, centros de investigación, emprendedores, escuelas de negocio, universidades e instituciones culturales, y a más de 780 profesionales que promueven el talento y la actividad económica en Barcelona.
Bastó un comunicado de Esquerra Republicana calificando de “incumplimiento flagrante” del acuerdo de investidura con el PSOE la decisión de la Moncloa de aplazar la puesta en marcha de la mesa de diálogo sobre Cataluña para que el Gobierno diese marcha atrás. De preferir que el inicio del diálogo se demorase hasta que hubiese nuevo Govern, Pedro Sánchez ha pasado a afirmar su “disposición a celebrar la mesa de diálogo entre gobiernos acordada antes de las elecciones catalanas”. Y “descartar” así “cualquier duda” respecto a su “voluntad de dialogar”.