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Sánchez sólo 'rescata' a media docena de miembros de su última Ejecutiva y premia la fidelidad de Ábalos y Lastra

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Ibon Uría

A Pedro Sánchez, últimamente, le gusta decir que ha cambiado mucho y que no es el mismo que ganó las primarias de 2014. Y, a falta de ver cómo se desenvuelve en esta segunda etapa como secretario general del PSOE, una cosa es segura: el equipo que lo acompañará en la Comisión Ejecutiva Federal –el órgano de dirección– no tendrá casi nada que ver con el que tuvo a su lado en su primer mandato en Ferraz. Será difícil encontrar caras que repitan, mientras que recibirán su premio fieles al líder como Adriana Lastra y José Luis Ábalos.

El Sánchez de 2014 accedió al cargo de secretario general aupado por el aparato del partido y, muy especialmente, gracias a la ayuda de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. Así que la propia Díaz fue quien jugó un papel determinante en la confección del listado de miembros de la Ejecutiva, donde colocó a varias personas de su máxima confianza. Lograron asiento en el órgano, además, muchos de los barones territoriales, que ahora no estarán, y a grandes rasgos se observaba un respeto al peso de cada federación.

Ahora la situación es muy distinta: Sánchez ganó las primarias del pasado 21 de mayo con la mayor parte de los poderes orgánicos del partido en su contra, y durante el largo invierno que transcurrió entre su dimisión en la noche del 1 de octubre de 2016 y su regreso a Ferraz, sólo un reducido grupo de fieles se mantuvo a su lado. Muchas de esas personas, que se apostaron su futuro en el partido a una sola carta, serán ahora recompensadas. Estos son los cambios clave entre las direcciones de 2014 y 2017:

Premio a Ábalos y Lastra

Las dos personas determinantes en la nueva dirección de Sánchez son el valenciano José Luis Ábalos y la asturiana Adriana Lastra, que se convertirán en secretario de Organización y vicesecretaria general, respectivamente. En la anterior Ejecutiva Ábalos ni siquiera estaba presente, y Lastra ocupó el área de Política Municipal. Ambos son diputados y de la máxima confianza del secretario general socialista, y en enero, apenas una semana después de comunicar Sánchez que se presentaba a las primarias, recibieron el encargo de coordinar su campaña.

El retornado número uno también hará hueco en la dirección a quienes coordinaron el documento político con el que se presentó a las primarias: Manuel Escudero –quien fuera coordinador del Programa 2000 del PSOE a finales de los 80 y principios de los 90– y José Félix Tezanos –director de la Fundación Sistema y la revista Temas–. Además ha elegido como presidenta del partido a Cristina Narbona, exministra de Medio Ambiente con Zapatero y experta en temas vinculados al medio ambiente, el cambio climático y la energía.

Las nuevas caras

Provenientes de la época de Zapatero se incorporarán también Carmen Calvo y Beatriz Corredor. La primera fue ministra de Cultura en la primera legislatura del último presidente socialista hasta la fecha, y en la nueva cúpula asume el área de Igualdad. Corredor, por su parte, llegó al Gobierno en el segundo mandato de Zapatero proveniente del Ayuntamiento de Madrid. Fue primero ministra de Vivienda y después secretaria de Estado. En la dirección del PSOE llevará las riendas de la Secretaría de Ordenación del Territorio y Vivienda.

La mayoría de caras novedosas son fieles de Sánchez. Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, figura clave del sanchismo en Andalucía –coordinó la estrategia de la candidatura y es enemigo de Susana Díaz–, será secretario de Política Institucional y Administraciones Públicas; Óscar Puente, alcalde de Valladolid y que ejerció de portavoz de la candidatura en varios debates, será la cara visible de la nueva Ejecutiva; y Nuria Parlón, alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) y que impulsó la plataforma de apoyo a Sánchez en Cataluña, pilotará la Secretaría de Cohesión Social e Integración.

Tendrán igualmente presencia en la dirección socialista el diputado y exalcalde de Donostia, Odón Elorza, muy implicado en los últimos meses en las plataformas de militantes que apoyaron a Sánchez y que se encargará del área de Transparencia y Democracia Participativa; el secretario de Organización de la federación navarra, Santos Cerdán; el asturiano Hugo Morán, que formó parte de la Ejecutiva en la época de Zapatero y podría asumir un área vinculado a la sostenibilidad, y Juanma Serrano, jefe de gabinete de Sánchez y que se convertirá en gerente del partido y tendrá, además, un asiento en la dirección socialista.

Hay, además, dos fichajes que se incorporan desde fuera del partido: Toni Ferrer, histórico dirigente del sindicato UGT, entra como secretario de Empleo. El nombramiento va en la línea anunciada por Sánchez de potenciar los vínculos del partido con las organizaciones sindicales, y refuerza el perfil izquierdista de la nueva cúpula. Para el área de Emprendimiento, Ciencia e Innovación, el secretario general socialista ha fichado a Francisco Polo, fundador de Actuable y exdirector de Change.org, que ya había colaborado anteriormente con el PSOE.

Los (pocos) que repiten

Además de Adriana Lastra, que gana peso en el organigrama interno del PSOE, de la anterior Ejecutiva Sánchez sólo rescata con seguridad a otros tres miembros: Susana Sumelzo, que se ocupó del área de Administraciones Públicas; Ibán García del Blanco, que fue responsable de Cultura y Patxi López. El exlehendakari, que fue secretario de Acción Política, Ciudadanía y Libertades, será el responsable de Política Federal. La entrada de López, rival de Sánchez en las primarias, es un gesto de integración del nuevo secretario general. Al extremeño Guillermo Fernández Vara le ha otorgado la presidencia del Consejo de Política Federal.

Hay, además, otros cuatro nombres de 2014 que aún no está descartado que puedan repetir en la dirección del "nuevo" PSOEsanchista: la catalana Meritxell Batet –fue secretaria de Estudios y Programas, y coordinó el programa del partido para las elecciones generales–, la valenciana Carmen Montón –miembro del Gobierno de Ximo Puig y que era titular del área de Igualdad–, la murciana María González Veracruz –fue secretaria de Ciencia, Participación y Política en Red– e Iratxe García –secretaria para la UE en la anterior Ejecutiva–. Su presencia no está confirmada por ahora. Pero, incluso si siguen, sólo se mantendrían junto a Sánchez ocho de los 35 miembros que tenía aquella dirección en su etapa final, el 23%.

Con los nombramientos que se conocen hasta la fecha, Sánchez tiene ya elegidos a unos veintena de integrantes de la dirección socialista. Fuentes del partido consultadas por este diario creen que se reducirá el número de miembros del órgano, pero aún quedan puestos por cubrir. Entre las personas que podrían entrar pero cuya presencia no está confirmada aún figuran, por ejemplo, el senador burgalés Ander Gil, la castellanoleonesa Luz Martínez Seijo –que se perfila como posible responsable de Educación– y Carles Ruiz, alcalde de Viladecans (Barcelona) y que en 2014 impulsó el grupo de apoyo a Sánchez para aquellas primarias.

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Luego está el capítulo de bajas. Uno de los grandes cambios es que se quedan fuera los barones. En la composición inicial de la anterior dirección de Sánchez había diez, la mitad de ellos con área: el riojano César Luena –organización–, el valenciano Ximo Puig –reformas democráticas–, el vasco Patxi López –acción electoral–, el navarro Roberto Jiménez –emigración– y el canario José Miguel Pérez –educación–. Además, tenían un asiento los líderes de las federaciones de Castilla La Mancha, Emiliano García-Page; Cantabria, Eva Díaz Tezanos; Madrid, Tomás Gómez; Baleares, Fracnina Armengol y Galicia, José Ramón Gómez Besteiro.

Sánchez, además, ha insistido en que no diseñará su dirección basándose en cuotas territoriales. Ese criterio era notorio en el equipo que le acompañó tras su victoria en las primarias de 2014, donde Andalucía, con ocho miembros –el 21%– y Madrid, con cinco –el 13%–, ocupaban papeles destacados. Por detrás aparecían el PSC y Castilla-La Mancha, con tres representantes cada una; Aragón, Asturias, Canarias, Extremadura, Comunitat Valenciana y Castilla y León, con dos; y Baleares, Cantabria, Euskadi, Galicia, Murcia, Navarra y La Rioja, con un asiento. Un dibujo que se correspondía aproximadamente con el peso de cada federación.

Finalmente, no repetirán ninguno de los diecisiete miembros de la anterior Ejecutiva que dimitieron para intentar forzar su caída en la última semana de septiembre de 2016. Los dimisionarios, encabezados por Antonio Pradas –secretario de Política Federal y hombre de confianza de Susana Díaz–, fueron Micaela Navarro –presidenta del partido–, Emiliano García-Page, Ximo Puig, María José Sánchez Rubio, Estefanía Martín Palop, Noemí Cruz, Francisco Pizarro, Juan Pablo Durán, Manuela Galiano, Luz Rodríguez, Tomás Gómez, Eva Matarín, Carme Chacón, José Miguel Pérez, Carlos Pérez Anadón y María Ascensión Murillo.

A Pedro Sánchez, últimamente, le gusta decir que ha cambiado mucho y que no es el mismo que ganó las primarias de 2014. Y, a falta de ver cómo se desenvuelve en esta segunda etapa como secretario general del PSOE, una cosa es segura: el equipo que lo acompañará en la Comisión Ejecutiva Federal –el órgano de dirección– no tendrá casi nada que ver con el que tuvo a su lado en su primer mandato en Ferraz. Será difícil encontrar caras que repitan, mientras que recibirán su premio fieles al líder como Adriana Lastra y José Luis Ábalos.

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