La segunda reunión entre los presidentes Pedro Sánchez y Quim Torra duró apenas una hora pero concluyó con la difusión de un comunicado conjunto en el que las dos partes reconocen la existencia de “un conflicto sobre el futuro de Cataluña” y pactan dialogar en busca de una “propuesta política” que respalde la sociedad catalana.
El texto afirma que, a pesar de que los dos gobiernos “mantienen diferencias notables” sobre “el origen, naturaleza o las vías de resolución” del mencionado “conflicto sobre el futuro de Cataluña”, comparten “por encima de todo su apuesta por un diálogo efectivo que vehicule una propuesta política que cuente con un amplio apoyo en la sociedad catalana”.
El comunicado conjunto añade que, por esa razón, “y con el objetivo de garantizar una solución, deben seguir potenciándose los espacios de diálogo que permitan atender las necesidades de la sociedad y avanzar en una respuesta democrática a las demandas de la ciudadanía de Cataluña, en el marco de la seguridad jurídica”. “La vía del diálogo”, concluye el texto pactado, “requerirá del esfuerzo de todas las instituciones, de los actores políticos y de la ciudadanía. Ambos gobiernos se comprometen a trabajar para hacerlo posible”.
En las ruedas de prensa posteriores a la reunión, la consellera Elsa Artadi y la ministra Meritxell Batet destacaron del comunicado los contenidos que más interés despiertan para sus respectivos gobiernos. Artadi subrayó la parte que reconoce la existencia de un conflicto y la necesidad de “avanzar en una respuesta democrática a las demandas de la ciudadanía de Cataluña”. Batet puso el foco en la búsqueda de “una propuesta política que cuente con un amplio apoyo en la sociedad catalana” y en el “marco de seguridad jurídica”, que el Gobierno de España considera una referencia directa a la necesidad de mantenerse dentro de la Constitución y el Estatuto de Autonomía.
Después de seis meses de esfuerzo en busca de una normalización de relaciones que, en los últimos meses, se ha visto muy condicionado por la exigencia del independentismo de obtener una respuesta inmediata del Gobierno central a su demanda de un referéndum pactado de autodeterminación, el comunicado conjunto suscrito este jueves, aunque limitado, constituye el primer avance concreto del diálogo abierto el pasado mes de julio entre el Ejecutivo de Sánchez y el Govern de Torra.
Gobierno y Generalitat, sin embargo, no limitaron los acuerdos a la declaración conjunta, sino que han pactado la celebración de una reunión el próximo mes de enero para seguir avanzando en el camino del diálogo y en la que participarán la vicepresidenta Carmen Calvo, el vicepresidente catalan Père Aragonès y la consellera Artadi, y al que existe la posibilidad de que se sume algún otro ministro de Sánchez, con toda probabilidad la titular de Política Territorial, Meritxell Batet. El equipo que de manera habitual sirve de enlace entre ambos gobiernos, en palabras de la ministra.
La declaración, así como el emplazamiento a una nueva reunión en fecha tan próxima como a la vuelta de navidades, da aire a los dos gobiernos en vísperas de un calendario político y judicial plagado de complicaciones. De un lado, el inicio formal del juicio a los dirigentes del procés encarcelados, y del otro la presentación en el Congreso del proyecto de ley de Presupuestos para 2019, dos eventos que si no hay variaciones coincidirán en el tiempo con la reunión anunciada.
Quebradero de cabeza
El formato de la cita se convirtió en un verdadero quebradero de cabeza para los equipos de las dos Administraciones, hasta el punto de que los detalles no se hicieron públicos hasta unas horas antes, lo que obligó a posponer 60 minutos el inicio de la reunión. El diseño final se pareció más a lo que la vicepresidenta Carmen Calvo había anunciado en la mañana del jueves que a lo que la Generalitat había hecho público: dos reuniones separadas, una entre Sánchez y Torra, y la otra en torno a una mesa con presencia de los vicepresidentes de los dos gobiernos, así como de la ministra de Política Territorial y de la consellera de Presidencia, Elsa Artadi.
No obstante, este formato tampoco se corresponde con el que el Gobierno se había propuesto mantener hace sólo una semana y que pasaba por un encuentro exclusivamente entre presidentes.
Al final, una foto de familia, de pie. Con todos ellos. Los dos presidentes, dos vicepresidente, la ministra y la consellera. Una imagen que el Gobierno central califica de meramente protocolaria pero que el Govern catalán considera prueba de la celebración de un tercer encuentro que daría a la jornada la condición de "cumbre", un calificativo que la Generalitat llevaba buscando desde hace días para trascender la naturaleza autonómica del Govern y dotarlo de la apariencia de un Ejecutivo soberano.
El comunicado conjunto y el acuerdo para volver a reunirse van más allá de las expectativas que existían en torno a una reunión de la que casi nadie esperaba un resultado concreto y en la que, según sus interlocutores, no se habló ni de indultos ni de los Presupuestos Generales del Estado. El acuerdo entre ambos Gobiernos es para dialogar, subrayó Batet, porque “la solución se encontrará ensanchando el espacio de diálogo entre gobiernos pero muy especialmente entre catalanes”. De ahí que Sánchez haya insistido a Torra en la necesidad de que impulse e intensifique los trabajos de la mesa constituida en el Parlament de Cataluña.
El presidente español ve en ella el lugar adecuado para alcanzar un acuerdo “entre catalanes”, y le da máxima importancia, aunque el partido catalán más votado —Ciudadanos— se niegue a participar. La Generalitat, en cambio, pone el foco en el diálogo bilateral. Así que el acuerdo al que han llegado pasa por mantener abiertos ambos cauces y darles naturaleza complementaria.
Tal y como estaba previsto, Torra defendió la solución de un referéndum de autodeterminación y Sánchez un acuerdo mayoritario que incluya a nacionalistas y no nacionalistas y que se canalice a través de una reforma estatutaria. “La distancia entre los dos Gobiernos es grande”, admitió la consellera Artadi.
Tras la reunión en el Palau de Pedralbes, los dos presidentes se dirigieron por separado a la cena de entrega de los Premios Carlos Ferrer Salat, que organiza Foment del Treball. Allí Sánchez hizo un llamamiento: “Nos corresponde a todos abrir una nueva etapa. Una etapa en la que la confrontación dé paso a la concordia. Frente a la polarización de las sociedades, cohesión. Y frente a la gesticulación y el ruido, diálogo, diálogo y diálogo”.
En el mismo foro, Sánchez emplazó a las fuerzas parlamentarias a aprobar el proyecto de Presupuestos del Estado pactado entre el PSOE y Podemos y, en presencia de Torra, pidió autocrítica: “Todos debemos aprender de nuestros errores”.
Apenas unos minutos antes, en su propia intervención ante los empresarios, el president de la Generalitat agradeció a Sánchez haber podido hablar de todo, “que haya querido escuchar el Govern de Cataluña" y le instó a “seguir avanzando en las negociaciones”. También destacó lo que a su juicio constituye “la esencia” del comunicado conjunto: el acuerdo para buscar una “respuesta democrática” a las demandas catalanas.
Además de eso, Torra pidió a Sánchez, según sus propias palabras, “un pacto de Estado” basado en lo que según él son “los grandes consensos de la sociedad catalana: un 80% a favor del ejercicio del derecho de autodeterminación con un referéndum acordado y vinculante; un 80% en contra de la represión política; y un 80% para una Cataluña republicana, sin la monarquía española”.
La segunda reunión entre los presidentes Pedro Sánchez y Quim Torra duró apenas una hora pero concluyó con la difusión de un comunicado conjunto en el que las dos partes reconocen la existencia de “un conflicto sobre el futuro de Cataluña” y pactan dialogar en busca de una “propuesta política” que respalde la sociedad catalana.