Sánchez trata de dar la vuelta a la legislatura después de neutralizar el pánico del PSOE

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“He decidido seguir y seguir con más fuerza, si cabe, al frente de la Presidencia del Gobierno de España. Esta decisión no supone un punto y seguido, es un punto y aparte. Se lo garantizo”. El jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, busca abrir un nuevo tiempo de legislatura tras sus cinco días de reflexión y poner sobre la mesa un profundo debate público sobre la regeneración democrática en plena crispación política y con el horizonte marcado por las elecciones catalanas y europeas.

Pedro Sánchez rompió su silencio este lunes y desde la escalinata del Palacio de La Moncloa anunció que se mantiene al frente del Gobierno. Todo ello tras meditar en la más estricta intimidad junto a su familia sobre su futuro en plena campaña de “acoso y derribo”, como él define, contra su esposa, Begoña Gómez, sobre la que un juzgado de Madrid ha abierto diligencias a raíz de una querella de la organización ultra Manos Limpias.

El presidente mantuvo en vilo a su equipo hasta muy poco antes de su comparecencia. Casi todos se fueron a dormir sin saber qué diría el jefe del Ejecutivo, que quiso comunicarle en persona a primera hora su decisión al rey en el Palacio de la Zarzuela. Y en La Moncloa se reunió poco antes de dirigirse al país junto a sus más cercanos: María Jesús Montero (vicepresidenta primera y vicesecretaria general del PSOE), Félix Bolaños (ministro de la Presidencia, de Justicia y de las Relaciones con las Cortes) y Santos Cerdán (secretario de Organización del PSOE).

Una nueva etapa con música pero sin letra

El movimiento del presidente supone abrir de facto una nueva etapa política, en la que interpela directamente a la sociedad y quiere abanderar un profundo proceso de regeneración democrática. Por el momento, el jefe del Ejecutivo no ha puesto letra concreta a la música que sonó durante la comparecencia y para muchos dentro del partido ese será el principal reto: “Dar cauce a ese sentimiento”. Ni en La Moncloa ni en Ferraz dan pistas y ponen el foco en el “fondo” del asunto que se ha abierto paso en el debate público. “El discurso es una continuación de la carta y debe servir también como una brújula”, apuntan desde la sede presidencial.

En una entrevista por la noche en TVE, Sánchez apuntó a que el Gobierno tomará medidas y que el debate también se instalará en el Parlamento. Entre otros asuntos, apeló a que los partidos acaben con los insultos. También señaló a la necesidad de renovar el Consejo General Poder Judicial, abriéndose a estudiar fórmulas para cambiar el sistema de elección si el Partido Popular sigue negándose a pactar.

En lo que todos coinciden en el Gobierno y en el PSOE es que se abre esa nueva etapa. “El presidente no cede ante la presión, los bulos y el acoso. Trabajará con más fuerza por un país mejor. Ojalá todo el mundo reflexione. Se lo deben y se lo debemos a España. Merece la pena”, explican en Ferraz. El socialismo pone el foco también en la reacción del Partido Popular, de quien quiere saber si quiere hablar “de todo con calma”. La máxima que impera ahora en Ferraz es: “Que la discrepancia sea lo normal y no el acoso”.

La decisión que ha tomado Sánchez ha hecho que vuelva a respirar el PSOE. El partido estaba totalmente tensionado y la incertidumbre reinaba ante el vértigo de que el presidente se apartara de su puesto. El partido no había encauzado hasta ahora una posible sucesión del secretario general, un tema que no estaba sobre la mesa y que muchos creen que ahora sí habrá que ir abordando de manera progresiva. Durante estas horas todas las miradas estaban puestas en María Jesús Montero, que fue la encargada de poner voz al “Pedro, quédate” durante el Comité Federal y que es la primera en los boxes de manera más real desde la semana pasada.

Qué ha hecho que Sánchez se quede

El presidente estaba abatido el pasado miércoles cuando decidió escribir en soledad su carta a la ciudadanía. Durante estos días no ha mostrado ninguna señal que diera pistas, aunque contestaba cariñosamente algunos de los mensajes que llegaban vía Whatsapp. En su reflexión ha tenido mucha importancia, como reconoció él mismo durante su discurso en La Moncloa, la señal de apoyo que le lanzó su partido el pasado sábado. Las imágenes de miles de personas en las puertas de Ferraz manifestándose a su favor supuso un aliento para el jefe del Ejecutivo, que llevaba mucho tiempo tocado y que se hundió en el momento en el que se conoció que se admitía a trámite la denuncia por supuesto tráfico de influencias contra su esposa. Uno de los factores principales para seguir fue que en esas conversaciones su mujer le trasladó fortaleza para aguantar. El propio presidente reconoció en TVE que Begoña Gómez le pidió que no dimitiera.

“Mi mujer y yo sabemos que esta campaña de descrédito no parará. Llevamos diez años sufriéndola. Es grave, pero no es lo más relevante. Podemos con ella. Lo importante, lo verdaderamente trascendente, es que queremos agradecer de corazón las muestras de solidaridad y de empatía que hemos recibido, de todos los ámbitos sociales. Lógicamente, me van a permitir un agradecimiento especial a mi querido Partido Socialista. En todo caso, gracias a esa movilización social que ha influido decisivamente en mi reflexión”, compartió el presidente en su intervención en La Moncloa.

Este lunes, horas después de la comparecencia, también se conoció una novedad judicial: el magistrado de la Audiencia Nacional Ismael Moreno rechazó por segunda vez una petición para que Begoña Gómez sea citada como testigo. En su auto, el juez del caso Koldo suscribe: “Los datos que se ofrecen son meras informaciones periodísticas no contrastadas, que de las investigaciones realizadas por la Unidad Policial actuante y de la documentación obrante en la causa no aparece ningún dato o elemento que revele la existencia de conocimiento o intervención de la señora Gómez Fernández con los hechos objeto de investigación”.

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Sumar celebró también con alivio la decisión del presidente del Gobierno, pero entiende, como indican fuentes del partido, que ahora hay que dar contenido a ese discurso. “Es un cascarón vacío”, resaltan en el núcleo duro de Yolanda Díaz. La propia vicepresidenta segunda apeló a gobernar “más y mejor” a partir de ahora. Los cambios que este partido cree que debe abanderar Sánchez pasan por la derogación de la conocida como ley mordaza y reformas en el ámbito de Justicia encaminadas, por ejemplo, al sistema de renovación del Consejo General del Poder Judicial.

En el PP ahora, en cambio, quieren aprovechar la decisión del líder socialista para reforzar una imagen de presidente sin palabra. Y no dan muestras de rebajar el tono a pesar de que Sánchez ha hecho un llamamiento a calmar el debate público. Fue el propio Alberto Núñez Feijóo quien contestó alertando de que el PSOE pretende un “cambio de régimen por la puerta de atrás”, siguiendo las tesis más duras de José María Aznar y de Isabel Díaz Ayuso. Incluso Génova 13 trató de inmiscuir a Felipe VI dentro de la crítica al acusar a Sánchez de “haber llegado a usar al rey como actor secundario en su última película”.

La decisión de Sánchez irrumpe de lleno en la campaña catalana. Uno de los más activos en pedir que el presidente no cediera era el líder del PSC, Salvador Illa. De hecho, este jueves reaparecerá el secretario general del PSOE en un acto de cara al 12 de mayo. Esto ha supuesto que los independentistas haya subido el tono contra el socialista en un momento donde peligra su mayoría y en el que son conscientes del tirón que tiene el jefe del Ejecutivo en Cataluña (el pasado 23 de julio ganó de calle el socialismo en la comunidad con más diputados que todas las fuerzas soberanistas). Pero, además, su continuidad supone un revulsivo para el PSOE de cara a la cita de las europeas del próximo 9 de junio, cuya plancha encabezará la actual vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, una persona de la máxima confianza del presidente.

“He decidido seguir y seguir con más fuerza, si cabe, al frente de la Presidencia del Gobierno de España. Esta decisión no supone un punto y seguido, es un punto y aparte. Se lo garantizo”. El jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, busca abrir un nuevo tiempo de legislatura tras sus cinco días de reflexión y poner sobre la mesa un profundo debate público sobre la regeneración democrática en plena crispación política y con el horizonte marcado por las elecciones catalanas y europeas.

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