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El 'sanchismo' se hace un hueco a contracorriente en Andalucía

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A Susana Díaz, conocedora de la gramática del poder, le gustan las demostraciones de fuerza. Lo demostró este domingo, en la puesta de largo de su candidatura a la secretaría general del PSOE. Pero no es la primera vez que lanza mensajes al interior del partido y a la sociedad mediante ceremonias de adhesión. En septiembre del año pasado, evidenciada ya la crisis que acabaría con la dimisión de Pedro Sánchez, Díaz realizó otra muestra de poderío interno, menos significativa cuantitativamente que la del domingo, pero que tuvo largo alcance político: reunió en Sevilla a los aproximadamente 300 miembros del comité director del PSOE-A, máximo órgano del mismo, les expuso su discrepancia con las intenciones de Sánchez de precipitar un congreso federal y luego sometió a votación una resolución de expreso rechazo a la celebración de un cónclave antes de la formación de gobierno.

Si alguien quería oponerse a la líder andaluza, debía retratarse en una votación pública. La resolución salió con todos los votos a favor salvo una sola abstención, la del militante sevillano Sergio Cebolla. Era una clara victoria de Díaz, que conseguía que los representantes del PSOE andaluz fueran una piña a favor de sus tesis en la antesala del decisivo comité federal del 1 de octubre. Después de la votación, en el típico cotilleo de pasillos, dos miembros del comité se acercaron a un grupo de periodistas para subrayar el mensaje de unidad total en torno a Díaz y dejar caer una pildorita maliciosa: "¿Dónde se mete Celis hoy? No se le ve por aquí, ¿no?".

Alfonso Rodríguez Gómez de Celis (Sevilla, 1970) ya era por entonces conocido como "el hombre de Pedro Sánchez" en Andalucía. Había acompañado al secretario general en un paseo no precisamente en loor de multitudes por la Feria de Abril, cuando Díaz ya prodigaba al secretario general gestos indisimulados de falta de aprecio político. Celis defendía a Sánchez cuando todos los que son alguien en el PSOE andaluz se referían a él en términos fríos o incluso desdeñosos. También era conocida su íntima rivalidad con Díaz, a la que conoce desde los tiempos de Juventudes, si bien dicha rivalidad no ha llegado a mayores porque Celis no supone una amenaza interna para la presidenta y secretaria general. Con esas credenciales de opositor interno, seguramente Celis hizo bien en no acudir a aquel comité director, porque se ahorró que quedara en evidencia que él era –al margen del militante Cebolla– el único miembro de todo el órgano que apoyaba a Pedro Sánchez, cuyo final como secretario general había empezado ya a escribirse.

Hoy las cosas son distintas para Celis y para el sanchismo en Andalucía, donde se encuentra en territorio hostil pero ha sacado la cabeza y perdido los complejos. Es cierto que el movimiento de apoyo a Sánchez sigue siendo contracultural en el PSOE andaluz y carece de apoyos orgánicos o institucionales significativos. Pero hay algunos defensores con nombre e historia en el partido que dan la cara por Sánchez. No hay pinchazos en los mítines. Los actos se llenan, con éxitos como los alcanzados en Dos Hermanas (Sevilla) y Cádiz, donde se apuntó además el golpe de efecto de exhibir el apoyo de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo. Frente al apoyo a Díaz de la Ejecutiva regional y los secretarios provinciales, el sanchismo apenas cuenta, al menos en público, con un un puñado de regidores, secretarios locales e históricos del ala izquierda del PSOE. Ellos ejercen de referentes o rostros más conocidos –dentro del partido, que es donde importa en las primarias– de una candidatura que sigue teniendo su anclaje fundamental en un sector de las bases indignado con los modos de la defenestración del ex secretario general y la abstención ante Mariano Rajoy. Esos son los mimbres del sanchismo en Andalucía, que juega fuera de casa, pero poco a poco ha ido ganando en visibilidad y ya tiene su hueco.

Celis es el referente del movimiento de apoyo a Sánchez en Andalucía. Ahora ya formalmente, es su hombre en Andalucía. Y se da una circunstancia aparentemente paradójica: es alto cargo del Gobierno de Díaz, con lo que su cargo institucional depende de la mujer contra lo que hace campaña en el partido. Tras las autonómicas de 2015, se integró en su gobierno como director de la Agencia de Puertos, en la Consejería de Fomento y Vivienda. A principios de marzo Sánchez hizo oficial que Celis era parte de su equipo como coordinador de estrategia y comunicación. Como tal se viene desempeñando desde entonces, dando entrevistas y siendo la voz de Sánchez en el fortín de Díaz. En una entrevista en la Cope el miércoles por la mañana, utilizó como argumento para votar a Sánchez que la victoria de Díaz provocaría una desestabilización en la Junta. A Díaz le preguntaron por estas declaraciones y soltó: "No creo que haya estado hablando del partido, porque esta mañana estaría trabajando en la Agencia de Puertos". Celis, que sabe que la campaña es larga, ha bajado el perfil desde entonces. Por suerte para Sánchez, Celis no está solo en la empresa de defenderlo en Andalucía.

445 alcaldías, la inmensa mayoría con Díaz

"Es evidente que Sánchez, también en Andalucía, cuenta con apoyo de un sector importante de bases y militantes. No hay más que ver los actos para saberlo. Y las plataformas de apoyo a Sánchez, aunque han tardado un poco más que en otros sitios, están contando con respaldo. Esto es tan verdad como que el núcleo de cargos orgánicos y públicos, tanto en ayuntamientos como en diputaciones y la propia Junta, lo que llamaríamos el aparato, están alineados con Susana Díaz", resume José Antonio Pérez Tapias, ex portavoz de Izquierda Socialista, uno de los más destacados apoyos de Sánchez en Andalucía. A Díaz se le supone el apoyo de los presidentes de diputaciones y de la inmensa mayoría de alcaldes (tiene 445 de 776 municipios, el 57,3%), así como de los consejeros de la Junta. Además del aparato orgánico, hay un amplia área de influencia institucional.

Junto a Pérez Tapias están apoyando a Sánchez un ramillete de nombres propios. Por supuesto está Francisco Toscano, alcalde de Dos Hermanas (132.000 habitantes), el más desinhibido crítico de Díaz desde antes de que tomara las riendas del partido en noviembre de 2013. Su apoyo explica que Sánchez arrancara allí su precampaña. ¿Más alcaldes? No se han destacado muchos más: el de Chiclana de la Frontera (Cádiz, 83.000 habitantes), José María Román; y el de Jun (Granada), José Antonio Rodríguez, de cuya supuesta recogida de firmas masiva para forzar un congreso aún se esperan noticias.

Históricos del 'guerrismo'

Sánchez cuenta con el apoyo de secretarios locales en Cádiz (Francisco González), Almería (el ex alcalde e historiador Fernando Martínez) y Granada (José María Rueda). El parlamentario por Granada Javier Aragón intervino en un acto público de Sánchez. Así –dispersos y sin gran poder orgánico o institucional– son los apoyos distinguidos de Sánchez en Andalucía. No se puede hablar de una corriente interna. "Está claro que por nombres y cargos no podemos competir. Nuestra fuerza está en la militancia, que además cada vez se carga más de razones viendo el comportamiento de la gestora. Pero también es importante que haya gente en el partido con trayectoria y con posición orgánica que apoye a Pedro", señala un afín a Sánchez. En este sentido, destaca el apoyo ofrecido a Sánchez por históricos veteranos del ala izquierda del partido: gente que está más de vuelta que de ida, desencantados con el rumbo del PSOE, que se han reenganchado con el discurso izquierdista del "no es no". Entre ellos hay históricos del guerrismo andaluz guerrismocomo Enrique Linde, Ángel Díaz Sol, Carlos Sanjuán o Nono Amate, todos ellos con amplio recorrido político, tanto orgánico como institucional.

"Yo estaba totalmente desilusionado. En mi casa jubilado, vamos. Si había asamblea, iba, y poco más. Pero el comité federal actuó de revulsivo para mí. Jamás pude imaginar que a un secretario general elegido por las bases se le pudiera echar en una conjura de barones", señala Nono Amate, histórico del socialismo almeriense, de la corriente guerrista. Cuando infoLibre contacta con Amate, está en una reunión en El Ejido. "Aquí hay gente de toda la comarca del Poniente que apoya a Sánchez", señala con optimismo. Amate afirma que sintoniza con la posición "netamente de izquierdas" de Sánchez, que puede enarbolar un discurso de izquierdas mejor que los que, como él, ya están "pasados de rosca", según sus palabras. Amate incide en uno de los rasgos comunes de los afines a Sánchez consultados: su apoyo a la gestión de Díaz como presidenta de la Junta de Andalucía, pese a la rivalidad orgánica. "Como presidenta no hay cuestionamiento", afirma Amate, que cree que "lo que no tiene justificación" es que se haya metido "en el berenjenal de unas primarias", lo cual puede "desestabilizar" el Gobierno andaluz.

Otro guerrista con amplio currículo orgánico e institucional que, ya retirado y con los 70 rebasados, apoya a Sánchez es el malagueño Enrique Linde. "Evidentemente Andalucía es terreno favorable a Susana Díaz por su fuerza orgánica e institucional. El PSOE andaluz tiene un aparato muy potente, con cargos públicos de todo tipo, desde concejales hasta consejeros. Sin que tenga ningún sentido peyorativo, todas esas personas en los aledaños del poder están con Susana Díaz", afirma Linde. Pero añade: "Ahora bien, el apoyo a Sánchez es minoritario, pero no testimonial. Son personas que han estado tradicionalmente más apartadas del partido, con una vinculación no muy orgánica, con un enlace más sentimental. Ahí está la base social de Pedro Sánchez". Linde apoya a Sánchez porque el PSOE necesita "un revulsivo, una oxigenación". Y rechaza dos etiquetas de Sánchez: la de dirigente afín a Podemos –"ni Pedro ni los que estamos con él estamos enamorados de Podemos, ni mucho menos, pero no negamos su existencia"– y la de recién llegado sin cultura de partido. "Pedro milita en el PSOE desde hace años. No es uno que pasaba por allí... Lo que pasa es que también ha tenido una vida, digamos, civil", afirma. ¿Es que eso va a restar para ser secretario general?, se pregunta Linde.

A pesar de la escasa relevancia orgánica de estos apoyos, un dirigente local cree que es "importante" porque "rompe con esa imagen" de Sánchez como un candidato "aislado, en la carretera con su coche". Este dirigente considera, en este sentido, que el apoyo de Anne Hidalgo fue "un bombazo", y que no es casual que lo hiciera público en Cádiz. Precisamente Cádiz es una de las provincias donde más apoyos públicos tiene Sánchez, entre ellos otro histórico, Rafael Román.

¿Un voto secreto?

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¿Cuánto puede suponer en las urnas el sanchismo en Andalucía? Imposible de saber, admiten los afines a Sánchez. "Si ya era imposible saber cómo se iba a votar cuando lo hacían unos cientos de delegados, imagina ahora con primarias", responde uno de ellos. Aunque no hay un dato oficial de militantes en Andalucía, sí es sabido que es la federación con más afiliados. Cuando se ofrezca al dato, previsiblemente rebasará los 40.000, según diversas estimaciones. Nadie es capaz de justificar una horquilla de voto para el sanchismo. En teoría, Andalucía es una de las comunidades donde el sanchismo es débil frente a Díaz, por lo que –de nuevo en teoría– su propósito debería ser cosechar una derrota dulce que permita optimizar los votos allí donde –en teoría otra vez– su candidatura es más fuerte: Comunidad Valenciana, Castilla y León, Cataluña... No obstante, 40 y tantos mil militantes son muchos como para poder prever un resultado en función de posibles proximidades al poder. Ni siquiera 445 alcaldías, cinco diputaciones y un gobierno autonómico dan para generar tanta adhesión en un voto secreto. Lo que sí es cierto que Díaz, en plena cima de su poderío interno, fue capaz de inclinar las últimas primarias a favor de Sánchez en Andalucía cuando la presidenta estaba contra Eduardo Madina, su actual aliado. Paradojas.

Un responsable local afín al ex secretario general afirma: "Sabemos lo mucho que mueve Susana Díaz aquí, contamos con eso. Va a ser una campaña dura. Pero ellos también están nerviosos. Fíjate en la reacción del otro día de la presidenta ante el comentario de Celis. Eso se le va a volver en contra seguro, porque ella va a tener que hacer campaña entre semana". Los mensajes que llegan del sanchismo inciden cada vez más en la necesidad de un proceso limpio, en el que el aparato no utilice sus resortes para intentar condicionar a los militantes, por ejemplo en la recogida de avales. Pérez Tapias alerta contra "tácticas obstruccionistas" o posible "parcialidad" de los órganos del partido, hechos que podrían "perjudicar la limpieza de proceso". El ex portavoz de Izquierda Socialista confía en que exista un "voto oculto" a Sánchez.

Otra cuestión es si el sanchismo presentará candidato al cónclave del PSOE andaluz –obligatorio por estatutos tras el congreso federal ordinario–. Celis pareció indicar que sí en una entrevista con Diario de Sevilla. El escenario es complejo. Si Díaz pierde, se presentaría a renovar como secretaria general del PSOE andaluz. ¿Y quién se atreve a presentarse contra una presidenta de la Junta de Andalucía? Si Díaz gana, seguirá siendo presidenta, pero no repetirá como secretaria general del PSOE andaluz (es políticamente incompatible con el liderazgo en Ferraz). Es previsible que en este caso haya un candidato oficialista al que podrían oponerse otros. Pero cabe preguntarse: si Díaz gana, ¿qué forma adoptará el sanchismo y qué rumbo tomará?

A Susana Díaz, conocedora de la gramática del poder, le gustan las demostraciones de fuerza. Lo demostró este domingo, en la puesta de largo de su candidatura a la secretaría general del PSOE. Pero no es la primera vez que lanza mensajes al interior del partido y a la sociedad mediante ceremonias de adhesión. En septiembre del año pasado, evidenciada ya la crisis que acabaría con la dimisión de Pedro Sánchez, Díaz realizó otra muestra de poderío interno, menos significativa cuantitativamente que la del domingo, pero que tuvo largo alcance político: reunió en Sevilla a los aproximadamente 300 miembros del comité director del PSOE-A, máximo órgano del mismo, les expuso su discrepancia con las intenciones de Sánchez de precipitar un congreso federal y luego sometió a votación una resolución de expreso rechazo a la celebración de un cónclave antes de la formación de gobierno.

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