Se diría que el partido se juega sólo en Madrid. Pero sería una verdad a medias. Todas las formaciones políticas, todas sus cúpulas nacionales, se juegan siempre el pellejo en Madrid. Y en el caso del PSOE, también. Pedro Sánchez sabe, y con él su dirección, que un traspié en el control de la tercera federación del partido, tras Andalucía y Valencia, y una de las históricamente más convulsas, será interpretado como una bofetada. No se prevé que eso suceda este domingo, pero la ubicación de unas primarias internas en pleno verano y la baja intensidad que ha caracterizado la campaña hacen imposible precisar la correlación de fuerzas.
Dos candidatos jóvenes, en la treintena, y bien conocedores del aparato y de las tripas del PSM, se disputan la Secretaría General. De un lado, Sara Hernández Barroso (Madrid, 1976), alcaldesa de Getafe desde hace poco más de un mes, la favorita. La preferida por Ferraz, aunque la cúpula de Sánchez se haya cuidado mucho en mostrarle su apoyo, precisamente para evitar la etiqueta de aspirante oficial, de la que ha intentado desprenderse. De otro, Juan Segovia Noriega (Madrid, 1982), diputado autonómico y secretario general de la agrupación de Fuencarral-El Pardo. Y si a Hernández se le ha endosado la rúbrica de contendiente del aparato, al parlamentario le ha caído la coletilla de candidato de Tomás Gómez, ya que las huestes del anterior líder regional, fulminado por Sánchez en febrero, le han mostrado su respaldo, amén del apoyo explicitado por los expresidentes del Gobierno Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, y el mucho más discreto de la andaluza Susana Díaz.
Hernández logró situarse por delante en la carrera que convocó por sorpresa la gestora del PSM, en poder de Rafael Simancas desde la destitución de Gómez. Consiguió 4.483 avales válidos, por los 2.775 de Segovia. El mínimo exigido era de 1.545 firmas, el 10% del censo de militantes. Ambos fueron los únicos que se presentaron y los únicos que pasaron el corte. La duda es si este domingo se mantendrá la distancia entre los dos o si es más ajustada y cuál será el índice de participación. La siguiente fase tendrá lugar el próximo viernes, 31 de julio, cuando se celebre el congreso extraordinario, en el que se elegirá a los nuevos órganos autonómicos de dirección –la ejecutiva, el Comité Regional y la Comisión de Garantías– y los miembros que se integrarán en el Comité Federal.
Un único debate
Hernández y Segovia han desplegado una campaña de guante blanco, pero en la que han dejado ver sus diferencias. Sobre todo en lo relativo a la democracia interna y en la dedicación a la Secretaría General del PSM, como se pudo ver en el único debate que ambos han mantenido, el pasado 22 de julio en los estudios de la cadena Ser. Los equipos de ambos subrayan que han ganado apoyos en este último mes. "O en el peor de los casos nos hemos quedado como estábamos", matizan los próximos a Hernández. Pero ella es a la que las apuestas dan como ganadora. Los de Segovia creen que es posible batirla, pero son conscientes de que nadan contracorriente.
Una baja participación puede influir decisivamente en el resultado. Las dos candidaturas confiesan estar preocupadas. Se puede llegar a un porcentaje inferior al de avales (48,72%) respecto al censo total. La gestora propuso ampliar los días de votaciones. Hernández estaba de acuerdo, pero no Segovia, porque no quería ser "cómplice" de la "chapuza" de un proceso interno en plena canícula, y planteó aplazarlo a septiembre. No pudo ser. De modo que no veían "garantías" de limpieza de la votación si las urnas se abrían en varios momentos y así se "cercenaba" el derecho de los militantes a elegir a sus delegados al congreso por agrupaciones. Al no haber acuerdo, se quedaron las cosas como estaban: 26 de julio y punto.
Este sábado es el último día de la campaña. El último para convencer a los militantes de un partido desnortado tras 20 años fuera del poder autonómico, arrasado por el PP y ahora amenazado por Podemos. El resultado, que se conocerá entre las nueve y media y diez de la noche del domingo, dirá hasta qué punto Sánchez logra amarrar el control de una federación clave para el socialismo.
01. Los avales
Segovia ha hecho de la cuestión de los avales una de sus principales banderas. El diputado y su equipo no los quieren. Como expresaba el miércoles en su cara a cara con su oponente, la fase de recogida de respaldos "violenta a la organización" porque supone un pronunciamiento público a favor de uno de los contendientes y, por tanto, más controlable por los aparatos. Su propuesta es sustituir el modelo de avales por uno de votación a dos vueltas. Así, se garantizaría, defiende, el voto "secreto" y "privado".
Hernández coincide en que hay que acabar con la "guerra estúpida" de los avales, porque "tensiona" al partido. Pero no es partidaria de eliminarlos por completo, ya que cada candidato, defiende, debe contar con una "mínima estructura" orgánica que le sustente, para evitar que, por ejemplo, compitan aspirantes con muy pocos apoyos. Y puso el ejemplo de lo que ocurrió en las primarias a la Presidencia del Gobierno, cuando uno de los contendientes sólo logró una rúbrica. Segovia quiere resolver ese dilema yendo a la citada segunda vuelta. La alcaldesa de Getafe subraya, en todo caso, que la decisión de avalar a un candidato es "libre y autónoma" de los militantes.
02. Los apoyos
En el fondo de esta disputa subyace el proceso de recogida de apoyos que ha presidido la primera parte del proceso. Segovia, el candidato de la contra, se ha mostrado "orgullosísimo" del respaldo de los dos expresidentes del Gobierno –aunque Zapatero no es militante en Madrid y por tanto no le pudo dar su aval–, de los exministros Cristina Narbona, Matilde Fernández y Valeriano Gómez, del exalcalde de la capital Juan Barranco; de la regidora de Aranjuez, Cristina Moreno, o del gran rival de Pedro Sánchez en el congreso del año pasado, Eduardo Madina. Nada sorprendente en este último caso, ya que Segovia apostó por él en su enfrentamiento con el madrileño.
Pero ha rechazado que detrás de él esté Tomás Gómez, aunque sí reconoce que buena parte de los fieles al ex secretario general le quieren como nuevo líder, caso de Eusebio González, Carmen Toledano, Noelia Martínez Espinosa o quien fuera su directora de Comunicación, Mercedes Pastor. "Esta candidatura ha ido ganando apoyos, incluso de aquellos que eran muy antiTomás, como María José López Bandera [de Parla] o [la exconcejala en el Ayuntamiento de Madrid] Ruth Porta [muy afín a Simancas]. Eso se llama integrar", señalan fuentes de su entorno a infoLibre. Asimismo, cae de su parte la corriente Izquierda Socialista o el excandidato a las primarias regionales de 2014 César Giner.
Desde la distancia ha apoyado a Segovia la presidenta andaluza, Susana Díaz, según reconocen fuentes de su Gobierno. No se ha desplazado a Madrid en las últimas semanas –salvo para mantener una audiencia con el rey Felipe VI en la Zarzuela–, pero sí ha hecho valer su influencia vía telefónica. Díaz sigue muy distanciada del secretario general, a quien sin embargo impulsó hace un año frente a Madina.
Los alcaldes, con Hernández
Hernández, precisamente para desprenderse de la etiqueta de candidata oficial, ha preferido no exhibir apoyos de vips. Ni se ha dejado acompañar en las fotos de miembros de la dirección de Pedro Sánchez. Su candidatura, dice, nace de las bases del partido. Lo cierto es que la alcaldesa cuenta con el respaldo de regidores de poblaciones de peso, como el de Fuenlabrada, Manuel Robles –presumible presidente del PSM, en caso de ganar la aspirante–; Móstoles, David Lucas; Alcalá de Henares, Javier Rodríguez, o Leganés, Santi Llorente. Todas ellas, a excepción de la primera, rescatadas por los socialistas tras las elecciones del 24-M.
También tiene de su lado a los jefes locales de agrupaciones grandes y medias, como las de Alcorcón, Natacha de Andrés; Villaverde, Enrique Rico; Latina, Pedro Barrero; Chamartín, Agustín Vinagre; Chamberí, Diego Cruz; Carabanchel, Gabriel Calles, o Tetuán, Alberto Mateo. Dirigentes de la confianza de Sánchez, como los diputados autonómicos José Cepeda o Daniel Viondi (también líder socialista en el distrito de Vicálvaro), la han respaldado con nitidez.
Quien no se ha pronunciado a favor de ninguno de los dos es el portavoz en el Ayuntamiento de Madrid, Antonio Miguel Carmona, quien se dice "amigo" de los dos y que prefiere mantener la neutralidad en el proceso.
03. La apertura interna
Segovia propone "revolucionar y reiniciar" el PSM. Y en ese paquete incluye, aparte de eliminar los avales, abrir a la militancia la composición de las listas electorales, establecer como obligatorias las primarias abiertas para elegir a los candidatos a las instituciones –el año pasado, Gómez impuso las primarias cerradas, entre militantes para elegir al aspirante a la Comunidad– o permitir que los no militantes puedan presentarse a las primarias, lo que permitiría que miembros cercanos al PSOE como Ángel Gabilondo puedan concurrir al proceso, algo ahora mismo vedado por estatutos.
Su oponente plantea unos objetivos menos ambiciosos. Quiere que en las agrupaciones locales se celebren asambleas abiertas de forma periódica, que se ponga en marcha la digitalización de todas ellas, participar desde todas ellas en el trabajo diario de las asociaciones y entidades, constituir un comité consultivo permanente con representantes de movimientos sociales al partido para vehicular de forma "directa" sus propuestas hacia los órganos del PSM o "impulsar los cambios estatutarios necesarios para flexibilizar los criterios para concurrir a los procesos de primarias orgánicas".
Impulsar ahora o después los cambios
En lo que ambos coinciden es en abrir las puertas del partido a la gente de fuera. Hacerlo más permeable. Bajar a la calle.
Hernández acusa a Segovia de lanzar "grandes frases pero pocos hechos" y de calentar "falsas expectativas", porque los cambios de calado que propone en el funcionamiento del partido no se pueden poner en práctica tras este congreso extraordinario, ya que ni siquiera dependen del PSM. Han de ser aprobados en el cónclave ordinario del PSOE, que se celebrará tras las generales, en el invierno de 2016. Además de que no habrá tiempo, dado lo apurado del calendario. El diputado alega que la nueva ejecutiva ha de impulsar y abanderar esas reformas internas, para que al final Ferraz las admita, aparte de "ayudar a que Pedro Sánchez sea presidente", objetivo en el que los dos aspirantes lógicamente coinciden.
04. Consultas a la militancia
En principio, los dos candidatos prometen tener más en cuenta a la militancia. Pero su discurso difiere. Hernández considera que hay que preguntar a los 15.000 afiliados del PSM sobre "decisiones relevantes" relacionadas con los principios ideológicos del partido, previas a la adopción de cualquier postura en los órganos de dirección. Un ejemplo, la política fiscal.
Juan Segovia, diputado autonómico y candidato al liderazgo del PSM | CANDIDATURA JS
Segovia no quiere que las "decisiones estratégicas" sean tomadas "entre cuatro", en oscuros "despachos", sino entre toda la militancia. Proclama que hay que "quitar el poder a los aparatos para dárselo a las bases", ya que no cree en los "liderazgos absolutos".
¿Entrar en el Gobierno de Madrid?
Durante el debate en la Ser, se planteó la cuestión de si el PSOE ha de entrar eventualmente en el Gobierno de Ahora Madrid en la capital. Hernández juzgó "acertada" la decisión de no integrarse en el Ejecutivo municipal, por los traspiés sucesivos del equipo de Manuela Carmena. "El Gobierno en la sombra es el de Carmona", aseguró. Aquella decisión no fue tomada por el portavoz –que de hecho prefería sumarse al Gabinete local–, sino que fue una directriz votada en el Comité Federal del PSOE. Segovia defendió que quienes debían dirimir si se entraba o no en el Ayuntamiento eran los militantes, aunque en su opinión sí era una buena idea sumarse, para conferir "seriedad" al Gobierno.
Segovia vino a sacar los colores a su rival: si ella había defendido las consultas a las bases para temas "relevantes", ¿por qué no preguntarles por una de las decisiones más importantes? Hernández esgrimió que el diputado autonómico se inclinaba por un partido "inoperante" y "asambleario". El PSOE puede compartir gobierno con otras fuerzas de izquierdas, señaló, "pero no desde niveles de subordinación". O sea, no siempre que quede por detrás de las plataformas patrocinadas por Podemos. Puso el ejemplo de su ciudad: la invistieron alcaldesa Ahora Getafe e IU, pero en el Ejecutivo municipal sólo están PSOE e IU.
05. Superar las divisiones
Igual que Segovia hace mucho hincapié en la necesidad de "revolución" interna, Hernández subraya que su candidatura representa la "unidad", el trabajo colectivo, porque hace falta acabar con la "división" que ha atenazado históricamente al PSM, y que le ha impedido ser un partido ganador. Sólo desde la unidad, defiende, se puede hacer del partido una fuerza capaz de plantar cara al PP. Además, dada la matriz municipalista de su equipo, promete que se apoyará mucho en las iniciativas salidas de los ayuntamientos.
El acento del proyecto de Segovia está puesto, en cambio, en la "profunda democratización" y "modernización" del PSM y en su "apertura a la sociedad". Acoplarlo a los nuevos tiempos para servir así de gancho a los ciudadanos.
Los dos, no obstante, prometen sobre el papel la integración y exhiben buen rollo. Ambos se conocen de sobra. Sin ir más lejos, compartieron asiento en la última ejecutiva de Tomás Gómez, la salida del congreso de 2012. Los dos le votaron como secretario general. Los dos discreparon del modo en que Ferraz le defenestró en marzo de 2015, aunque ella sí se integró en la gestora de Simancas. Él no lo hizo. Sí el portavoz de su candidatura, Borja Cabezón, candidato a la Alcaldía de Majadahonda.
06. La dedicación al partido
Hernández ya ha reiterado por activa y por pasiva que no dejará su puesto como alcaldesa de Getafe si gana las primarias del domingo. Se apoya en la tradición histórica del partido: Zapatero y González fueron a la vez líderes del PSOE y presidentes del Gobierno, como son barones autonómicos y presidentes Susana Díaz, Emiliano García-Page o Guillermo Fernández Vara. "¿Cómo va a ser entonces un problema? Es un honor compatibilizar ambos cargos", replicaba la regidora a su contrincante.
El diputado regional considera que no es posible compaginar el bastón de mando en un Ayuntamiento en el que no disfruta de una mayoría absoluta y la Secretaría General, ya que el PSM requiere de una "dedicación de 24 horas", que él promete.
Entre bastidores, se cruza otra polémica. La relación con Ángel Gabilondo, el portavoz en la Asamblea de Madrid. Los dos aplauden su figura y su resultado el 24-M –mejoró los resultados en escaños respecto a 2011 y se quedó a un escaño de lograr el Gobierno regional, con la ayuda de Podemos–, y los dos quieren mantenerle en el puesto. Pero Hernández, que no tiene asiento en la Cámara, cree un error que el secretario general se siente en la Asamblea –se lanzaría un mensaje "confuso" y se emborronaría la posición "inequívoca" del exministro, dice–, mientras que Segovia no lo ve como un hándicap. El parlamentario defiende que, si el líder y el portavoz están juntos, se mejora la "coordinación" y se crean "sinergias". "Yo no quiero ocupar el papel de Ángel, rotundamente no. Sería una locura. Quiero complementarme con él, poner el partido a su disposición, trabajar mano a mano con él en el partido y en la Asamblea", declaró el miércoles.
07. Las relaciones con Ferraz
El diálogo entre las direcciones nacionales de los partidos estatales y sus franquicias madrileñas siempre ha sido complejo. Y en el PSM, más aún. Tormentosas fueron las relaciones de Gómez con Zapatero –que lo promovió al cargo tras la dimisión de Simancas en 2007– e imposibles con Alfredo Pérez Rubalcaba. Luego se alineó con Pedro Sánchez en 2014, pero ambos rompieron definitivamente cuando el secretario general le decapitó.
Hernández quiere que se respete la "autonomía" del PSM, pero siempre teniendo en cuenta que el PSOE es "un partido federal, no una federación de partidos", y por tanto se requiere coordinación y "tener la misma voz". Segovia, en cambio, cree que el PSM no debe entrar "en el capítulo de problemas del federal" ni tampoco ser una "delegación" de Ferraz. "El PSM lo formamos hombres y mujeres mayores de edad", indicó en la Ser.
El resultado de las primarias de este domingo permitirá vislumbrar cómo es la nueva relación con Ferraz. Aunque las generales están muy cerca, y a nadie le convienen los ruidos.
Se diría que el partido se juega sólo en Madrid. Pero sería una verdad a medias. Todas las formaciones políticas, todas sus cúpulas nacionales, se juegan siempre el pellejo en Madrid. Y en el caso del PSOE, también. Pedro Sánchez sabe, y con él su dirección, que un traspié en el control de la tercera federación del partido, tras Andalucía y Valencia, y una de las históricamente más convulsas, será interpretado como una bofetada. No se prevé que eso suceda este domingo, pero la ubicación de unas primarias internas en pleno verano y la baja intensidad que ha caracterizado la campaña hacen imposible precisar la correlación de fuerzas.