De pequeños, contrajeron el virus de la polio –o poliomelitis–, una enfermedad contagiosa que invade el sistema nervioso y puede causar parálisis en cuestión de horas. Ahora, años después, sufren las consecuencias: el conocido como síndrome postpolio. "Aparece de forma progresiva, empiezas a notar que te cansas mucho, que te entra fatiga, que tienes dolores en las articulaciones y que te empiezan a fallar los músculos", explica Lola Corrales, presidenta de la Asociación de Afectados de Polio y Síndrome Post-Polio. Ella, por ejemplo, lamenta no poder ni coger a su nieto en brazos, como sí hacía con su hijo. Como Corrales hay, aproximadamente, otras 40.000 personas.
Su problema, lamenta, ha estado invisibilizado durante años. Pero este miércoles, Día Mundial de Lucha contra la Poliomielitis, su presencia llegó hasta el Pleno del Congreso de los Diputados. Lo hizo de mano de Rosa Hernanz, una afectada por la enfermedad que quiso hacer llegar sus reivindicaciones desde la tribuna de los invitados de la Cámara Baja. Fue desalojada, pero consiguió que la oyeran y que la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, saliera del hemiciclo a escuchar sus demandas.
En nombre de los afectados por la polio, ha reclamado que se les reconozca como víctimas de la dictadura, ya que culpan al dictador Francisco Franco de haberse negado a vacunarles y a reconocer la epidemia. "Demandamos una compensación por una infancia destrozada", le dijo a la titular de Sanidad.
Pero Hernanz también denunció que los "niños de la polio", que "ya son casi ancianos", tuvieron que presentar una querella en Argentina para buscar la Justicia que no encuentran en España. Y además, añadió que ahora muchos se están viendo afectados por el síndrome postpolio, que ni siquiera "está contemplado en el sistema sanitario" ni hay facultativos especializados para tratarlo.
Hernanz ha actuado por libre, no tiene nada que ver con la asociación presidida por Corrales, aunque esta celebra que, al menos, haya visibilizado su problema. "Hasta hace poco no se hablaba de nuestro problema. Llegó hasta tal punto de que muchos descubrimos que teníamos el síndrome postpolio navegando por Internet", lamenta. "Siempre hemos estado en el cajón de sastre de la discapacidad".
Atención y reconocimiento
De una vez por todas, quieren salir de él. Y tienen claro lo que necesitan porque llevan años luchando por ello. "Yo me hice anciana hace ya 20 años, pero me he hecho anciana luchando", reivindica Corrales, que acumula años en los tribunales. Primero, con una querella criminal interpuesta contra el Estado en 2003 y archivado varias veces; después, a través de la vía contencioso administrativa. Ninguna funcionó.
"Pedimos la atención médica adecuada, el reconocimiento del daño que se nos ha hecho a lo largo de nuestra vida e investigación científica", especifica Corrales. Es lo mismo que ya pidió Hernanz hace dos años a través de una recogida de firmas dirigida a Javier Couso, diputado de IU en el Parlamento Europeo.
"Pedimos al Parlamento Europeo que obligue a las instituciones del país a cumplir con nuestros derechos establecidos por la Convención de Ginebra. Después de este tiempo ignorados, desde 1955 hasta hoy, exigimos se hagan cargo de nuestras necesarias reivindicaciones", expuso. Pidió, así, reconocimiento y resarcimiento del daño, accesibilidad universal y tratamiento e investigación del síndrome.
Este miércoles, Hernanz tuvo respuesta directa de la ministra. Carcedo defendió en este sentido la formación de los profesionales de la sanidad pública, recalcando la necesidad de "combatir el negacionismo antivacunas" y sugiriéndole que los afectados pueden solicitar ayudas por medio de la Ley de Dependencia.
De su lado, el portavoz de Sanidad del PSOE en el Congreso, Jesús María Fernández, recordó a Hernanz que su partido ya planteó en la Cámara un debate sobre su situación en 2015. "Pues estamos en 2018", le espetó la afectada, ante lo que los socialistas le recordaron que acaban de volver al Gobierno.
La vacuna, una década después
Sus demandas, aunque van a cumplir ahora 20 años, tienen en su origen en la década de los 50. Fue cuando comenzó el último brote de la polio en España, que afectó a personas nacidas entre ese año y 1964. Los síntomas iniciales de la enfermedad son fiebre, cansancio y cefalea, aunque en un porcentaje de los casos se puede llegar a sufrir parálisis, a veces irreversible. No obstante, muchos de los niños que se vieron afectados por el virus lo superaron, aunque años después llegan las consecuencias de la enfermedad: el síndrome postpolio.
Muchos de esos "niños de la polio", una vez pasados los 50, empiezan a ver cómo sus articulaciones fallan. El problema llega hasta tal punto que muchos quedan en silla de ruedas, como Hernanz.
Pero este problema se podría haber evitado de haber sido vacunados. Jonas Salk inventó el remedio para el poliovirus en 1954 en Estados Unidos, pero a España no llegó hasta 1963. O, al menos, eso se pensaba.
Según denuncia Corrales, sí hubo vacunaciones entre los años 1955 y 1958, pero de niños afines al régimen. Según el diario Público, entre esos tres años fueron un total de 200.000 niños los que, a través del Auxilio Social o por la iniciativa de particulares o grandes empresas, sí pudieron recibir el tratamiento.
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Esto, según denuncia Corrales, se calló durante años. Tanto, que averiguaron que la parálisis que comenzaron a sufrir años después era consecuencia de esa enfermedad a través de artículos de Internet. Porque la respuesta médica, además, no es la adecuada. "Nos dicen que son consecuencias de la edad, como por ejemplo artrosis", critica, pero no es más "que la consecuencia de una enfermedad que en su momento no se vacunó".
En el año 1988, la Asamblea Mundial de la Salud adoptó la resolución para la erradicación mundial de la poliomelitis. Precisamente, el último año en el que se registró un caso de contagio en España, según informa el Ministerio de Sanidad. Ahora, tal y como explican a infoLibre fuentes de la cartera dirigida por Carcedo, "la poliomielitis se aborda desde la perspectiva de la promoción y prevención". "Lo más importante es el seguimiento del calendario vacunal en los niños para prevenir la enfermedad", añaden.
Respecto al abordaje sanitario, "la poliomielitis entra en la gestión de las enfermedades crónicas por lo que se gestiona a través de la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud", aseguran las mismas fuentes.
De pequeños, contrajeron el virus de la polio –o poliomelitis–, una enfermedad contagiosa que invade el sistema nervioso y puede causar parálisis en cuestión de horas. Ahora, años después, sufren las consecuencias: el conocido como síndrome postpolio. "Aparece de forma progresiva, empiezas a notar que te cansas mucho, que te entra fatiga, que tienes dolores en las articulaciones y que te empiezan a fallar los músculos", explica Lola Corrales, presidenta de la Asociación de Afectados de Polio y Síndrome Post-Polio. Ella, por ejemplo, lamenta no poder ni coger a su nieto en brazos, como sí hacía con su hijo. Como Corrales hay, aproximadamente, otras 40.000 personas.