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Los testimonios de los acusados arrinconan a Rato en su intento de eludir su responsabilidad por las 'tarjetas black'

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La declaración de este martes en la Audiencia Nacional del expresidente de Caja Madrid y Bankia Rodrigo Rato, en la que aseguró que el dinero que gastaron con las black los directivos bajo su mandato no suponía un incremento retributivo, ha roto la unidad de defensa de los procesados, que hasta ahora habían asegurado lo contrario: que las tarjetas completaban su sueldo.

La jornada de declaraciones de este martes, la segunda después de que iniciara las comparecencias el otro presidente de Caja Madrid que está en el banquillo, Miguel Blesa, comenzó con un importante cambio en la versión de los hechos por parte de Rato.

Si hasta ahora el ex director gerente del Fondo Monetario Internacional había mantenido que las tarjetas eran parte de su sueldo, este martes, ante la sorpresa del fiscal Alejandro Luzón, Rato aseguró que desde que él se hiciera cargo de Bankia, en enero de 2010, los plásticos se convirtieron en un simple instrumento de liquidez sobre sus salarios, como si se tratara de un cheque.

"No eran para nada un suplemento [...] eran un mero instrumento de cobro, no era retribución. En Caja Madrid era un complemento aprobado por el comité de retribuciones, y en mi época no era parte de mi paquete retributivo", completó Rato, que de esta forma intenta eludir cualquier responsabilidad en la creación de las Visa.

La buena fe de Bankia

Preguntado por el representante del Ministerio Público en el juicio sobre el motivo por el que en su anterior declaración había apostado por otra versión, la de que los gastos de las tarjetas sí eran parte de sus retribuciones, Rato apuntó hacia Bankia: "Yo tenía una mejor opinión de la buena fe de Bankia. No creo que hubiera declarado lo mismo tras comprobar la buena fe de Bankia", respondió el exministro del PP para poner en duda los datos que facilitó la entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri a la Fiscalía Anticorrupción.

El segundo en declarar en el juicio fue el considerado número dos de Caja Madrid, Ildefonso Sánchez Barcoj. Y el abogado de la acusación popular de la Confederación Intersindical de Crédito (CIC), Andrés Herzog, no dejó escapar esta primera oportunidad para corroborar la nueva versión del exvicepresidente del Gobierno de José María Aznar. "A preguntas del fiscal Rato diferenció la presidencia de Miguel Blesa y la de Rato, ¿hubo alguna modificación?", interpeló Herzog, a lo que Sánchez Barcoj respondió que lo único que cambió era el límite de gasto establecido por el Gobierno, que era de 600.000 euros.

Un instrumento de pago

Ya por la tarde, fue el turno del consejero de Caja Madrid a propuesta de Izquierda Unida José Antonio Moral Santín que en una intervención muy técnica, que exasperó a la presidenta del tribunal, Ángela Murillo, defendió en parte la versión de Rato a costa de contradecir a Blesa. Aunque para ello aseguró que durante todos los años, tanto con Blesa como con Rato, las tarjetas black eran en realidad un instrumento de pago de las remuneraciones de los directivos y consejeros.

El fiscal Luzón también preguntó a Moral Santín sobre su responsabilidad como integrante del comité de retribuciones de Caja Madrid, pero también por el motivo por el que en las actas nunca llegaron a aparecer las subidas de sueldo con las tarjetas. Y el que fuera representante de IU en la caja madrileña apuntó nuevamente a Blesa, al asegurar que era el presidente el que llevaba la propuesta de aumento de las retribuciones, que al final aprobaba el consejo de administración.

Blesa, por su parte, también consideró en su declaración del viernes a las black como una parte de la retribución de los dirigentes de la caja, aunque en todo momento su testimonio se refirió a su etapa de presidente de Caja Madrid, y no en la de Rato.

Hojas manuscritas

Pero en los dos primeros días del juicio de las black también han cobrado gran importancia unos manuscritos vinculados a las reuniones del comité de retribuciones, cuya existencia adelantó infoLibre. En concreto, estos documentos aportan datos sobre las tarjetas que, sin embargo, no aparecen en las actas oficiales, que en ningún momento se refieren a la utilización de las Visa por parte de los consejeros o de los integrantes del comité de dirección presidido por Miguel Blesa.

Para el fiscal Alejandro Luzón, el hecho de que este manuscrito sí hable de las tarjetas mientras que el documento oficial no diga nada, es una muestra del ocultismo de los directivos con los pagos de las tarjetas. Para Blesa es una prueba de lo contrario. De que las retribuciones de los plásticos se aprobaban en la comisión de retribuciones

"Tarjetas: no subir"

La Fundación Caja Madrid, que fue la que aportó estos documentos al caso Bankia, vincula los manuscritos al acta de 18 de junio de 2008, aunque en realidad en el texto el autor, cuya identidad no se facilita, alude "al 25". El 25 de junio de 2008 fue la fecha en la que la comisión de retribuciones mantuvo una segunda reunión.

La comisión de retribuciones de 25 de junio fue presidida por el fallecido Guillermo Marcos Guerrero, representante de los impositores, y contó con la asistencia de José Antonio Moral Santín (IU), Antonio Romero Lázaro (PSOE) y el secretario general de Caja Madrid, Enrique de la Torre.

Todos los datos escritos a mano concuerdan con el acta oficial, aunque aportan información que no aparece en el acta oficial de la comisión de retribuciones en relación con las tarjetas B: "Hoy 25", indica el documento, "preside Guillermo. Dietas ordinarias 2008", continúa el escrito, que en una quinta línea especifica: "Tarjetas: no subir", seguido de "Dietas part. bruto 8%".

Asimismo, el fiscal también aludió en su interrogatorio a Moral Santín al informe de gobierno corporativo de Bankia sobre las remuneraciones de los consejeros y directivos en el que no aparece aparece las tarjetas. En concreto, preguntó si no era una forma de ocultar las tarjetas, a lo que el consejero a propuesta de IU aseguró que el informe no fue aprobado por la dirección de la entidad financiera.

La declaración de este martes en la Audiencia Nacional del expresidente de Caja Madrid y Bankia Rodrigo Rato, en la que aseguró que el dinero que gastaron con las black los directivos bajo su mandato no suponía un incremento retributivo, ha roto la unidad de defensa de los procesados, que hasta ahora habían asegurado lo contrario: que las tarjetas completaban su sueldo.

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