El tope al gas ya sitúa a España y Portugal con una de las subastas eléctricas más bajas de Europa

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El tope al gas se ha estrenado en mitad de una tormenta perfecta: a los problemas de suministro europeos provocados por la invasión rusa de Ucrania se suman estos días una histórica ola de calor que dispara la demanda, la escasez de energía eólica por las condiciones meteorológicas y, en consecuencia, un ciclo combinado del gas que entra disparado en cada subasta.

La consecuencia es un nuevo pico de precios que afecta a todo el continente y que está lastrando el potencial impacto que en condiciones normales podría haber tenido la ansiada medida de la excepción ibérica. Aun así, para este viernes el precio medio de casación del mercado mayorista de la electricidad en el Mercado Ibérico ha sido de 177 €/MWh, una cifra muy alejada de los 303 €/MWh de Francia, los 255 €/MWh de Alemania o los 327 €/MWh de Italia.

Para el Gobierno, la moraleja es clara: la situación de los precios del mercado eléctrico sigue siendo grave pero sin el tope al gas sería mucho peor. “En ausencia de esta medida hubiésemos tenido 75 euros más el megavatio hora y eso demuestra hasta qué punto es eficaz”, aseguró esta semana la vicepresidenta Teresa Ribera en defensa del mecanismo implantado por los gobiernos de España y Portugal.

Según estima el Ejecutivo, en ausencia del tope al gas "los precios en España habrían subido hasta el entorno de los 300 €/MWh" contando con el coste del ajuste del Mecanismo Ibérico a 88 €/MWh, que va a dejar el precio total de la electricidad a 266 €/MWh. "Algo que pone de manifiesto su eficacia para reducir el precio de la electricidad, limitar los beneficios extraordinarios de las empresas eléctricas y funcionar como un cortafuegos ante los elevados precios del gas", defiende el Gobierno.

"Hay que dar margen"

Ribera sobre un impuesto a las eléctricas: "Hay que estar más pendiente de lo que diga Montero que de Díaz"

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Aun así, en Moncloa son conscientes de que todos los condicionantes de estos días van a hacer que las familias apenas noten, por el momento, la rebaja de la factura. Y por eso piden tiempo antes de evaluar la utilidad de una medida que lleva en vigor apenas 72 horas. "Tenemos que dar margen para ver cómo ocurren las cosas: evidentemente nos hubiera gustado un precio más bajo, pero el precio de España está significativamente por debajo del precio de Francia o del precio de Italia", aseguró Ribera en una entrevista en TVE.

Mientras tanto, continúa el debate en el seno del Ejecutivo de coalición sobre medidas adicionales que ayuden a los consumidores a paliar los efectos de la inflación energética. Como adelantó infoLibre, en el Ministerio de Hacienda ya trabajan en la implementación de un impuesto extraordinario a las grandes empresas energéticas. La discusión está en la forma y en los tiempos. Desde Unidas Podemos, Yolanda Díaz insiste en que la medida debe ser aprobada y aplicada de manera inmediata. "Hay que actuar ya, no se puede introducir en los Presupuestos", manifestó la vicepresidenta este jueves en referencia a la intención de María Jesús Montero de incorporar el gravamen en la tramitación de las próximas cuentas generales del Estado. Preguntada por su postura, Teresa Ribera se manifestó tajante: "Hay que estar más pendiente de lo que diga María Jesús Montero que de lo que diga Yolanda Díaz", zanjó.

La oposición, por su parte, sigue criticando una medida que ni siquiera apoyó en el Congreso. "El modelo, de momento, no ha funcionado", sentenció Alberto Núñez Feijóo desde un acto de campaña electoral en Andalucía. El líder del PP ironizó con que la "solución perfecta, duradera y rápida para bajar los precios de la luz y del gas" de Pedro Sánchez, por ahora, "ha subido el precio de la luz". "Y seguimos sin saber quién va a pagar la diferencia entre el precio al que compramos el gas y el precio al que está autorizado su venta ni cuánto dinero le cuesta a los consumidores financiar esos precios de energía subvencionados cuando las interconexiones con Europa, Francia y Portugal funcionan", criticó.

El tope al gas se ha estrenado en mitad de una tormenta perfecta: a los problemas de suministro europeos provocados por la invasión rusa de Ucrania se suman estos días una histórica ola de calor que dispara la demanda, la escasez de energía eólica por las condiciones meteorológicas y, en consecuencia, un ciclo combinado del gas que entra disparado en cada subasta.

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