Es prácticamente imposible que si te gusta el mundo de la moda o usas a menudo las redes sociales no hayas oído hablar de Shein. Esta empresa de venta al por menor global de moda -según indican en su página web- tiene clientes en más de 150 países. El éxito de esta marca es evidente entre los jóvenes (y no tan jóvenes) de todo el mundo. En redes sociales el hashtag #shein tiene más de 29,8 billones de visitas en TikTok y más de 5,7 millones de publicaciones en Instagram.
Recientemente España, y en concreto Madrid, ha vivido la apertura efímera de una tienda física. Algo inusual, porque si algo caracteriza a Shein es ser una empresa basada en la venta online. Los videos que se colgaron en redes sociales dieron cuenta de las miles de personas que estaban dispuestas a esperar la kilométrica cola de esta pop-up (tienda temporal).
Son muchos los factores que explican su éxito. En primer lugar, destaca la entrega directa de sus productos, lo que les ahorra el mantenimiento de tiendas físicas. En segundo lugar, el poder de las redes sociales, que usan para identificar tendencias y captar influencers que les consigan nuevos clientes. Jon Kareaga, activista medioambiental, expone que Shein es capaz de generar necesidades en las nuevas generaciones para luego satisfacerlas con sus productos. En cuanto a la logística, poseen una gran red de proveedores y distribuidores que les permite entregar los pedidos en un tiempo récord.
Respecto a los productos en sí, destaca su amplia variedad (de artículos, pero también de estilos y de tallas). Lo que les diferencia de otras marcas de fast fashion o "moda rápida" es su capacidad de producir productos nuevos continuamente, que hacen que el consumidor "se enganche" a sus novedades, según explica Kareaga. Pero sobre todo destaca su precio económico. En Shein es posible comprar en rebajas permanentes, pues poseen ofertas para todo tipo de clientes durante todo el año.
¿Qué hay detrás de Shein?
La empresa no es transparente en cuanto al lugar desde el que distribuye sus prendas, las condiciones de sus trabajadores, sus proveedores o sus ingresos. Además, la estructura corporativa de Shein es casi opaca. Varios medios y ONGs han indagado acerca de ella, y sus investigaciones aseguran que casi lo único que se sabe es que esta empresa aparece registrada como parte de un conglomerado llamado Zoetop Business, con sede en Hong Kong.
En un informe publicado a finales de 2021 por la organización suiza de derechos humanos Public Eye, se desvelan algunas de las prácticas ilegales que lleva a cabo la compañía. Trabajando duro para Shein. Mirando detrás de la brillante fachada del gigante chino de la "moda ultrarrápida" nace de una investigación exhaustiva llevada a cabo por la ONG durante más de un año. En ese tiempo tuvieron la oportunidad de hablar con diez trabajadores de siete empresas proveedoras de Zoetop en varias ciudades chinas, en su mayoría en Nancun Village, en el distrito de Panyu. A través de estas entrevistas, la ONG pudo constatar las pésimas condiciones en las que se encontraban sus empleados.
Observaron que estas fábricas no tenían salidas de emergencia o que varias de sus ventanas estaban cerradas con rejas. Además, la situación de los empleados era deplorable. Todos ellos coincidían en que trabajaban más de 75 horas por semana, con un día libre al mes. Según se afirma en el estudio, las costureras trabajaban "un promedio de 11,5 horas al día”. Esto incumple en gran medida la ley china, que estipula que la semana laboral puede comprender un máximo de 40 horas -sin poder superarse las 36 horas extra mensuales- y establece el derecho de los trabajadores a tener un día libre a la semana.
Esta situación, a pesar de parecer intolerable, es aceptada por muchos de los empleados, quienes reconocen que tampoco han firmado contratos, porque creen que “fábricas como estas no tienen que dar contratos”. David Hachfeld, miembro de Public Eye, ha explicado en una entrevista con infoLibre que algunas de estas personas están sometidas a una presión indirecta para continuar trabajando y hacer muchas horas extra, ya que emigran de las provincias chinas -donde los salarios son aun más bajos- a las ciudades para mejorar su situación económica y poder mantener a sus familias. Es por ello por lo que no denuncian las situaciones ilegales en las que se encuentran.
Estas empresas proveedoras pagan a sus empleados por prenda de vestir, lo que obliga a que la producción se optimice al máximo. Este en el caso de Shein es una ventaja porque, a pesar de que los trabajadores reconocen que el salario no es excesivamente alto, las expectativas de calidad son mucho más bajas que en otras marcas.
Algunos de los principales competidores de esta compañia, como H&M o Inditex, dan a conocer listas de fábricas o códigos de conducta. Sin embargo, este no es el caso de Shein, puesto que no proporciona ninguna información sobre su cadena de suministro. Se desconoce cuáles o cuántos son sus proveedores, aunque según Public Eye podría poseer una red de 300 o 400 “proveedores principales” y unas 1.000 empresas subcontratadas para realizar sus pedidos. Esto hace muy difícil investigar las condiciones de los trabajadores de las fábricas, y aún más difícil responsabilizar a Shein de las malas prácticas que se realizan en ellas.
Jon Kareaga asegura que la falta de trazabilidad y transparencia en la cadena de producción favorece que se lleven a cabo prácticas ilegales. Explica que "las empresas de fast fashion suelen contratar empresas, que a su vez subcontratan a otras empresas para abaratar costes", lo que hace que al final, las prendas de ropa se hagan en “lugares que no respetan los derechos laborales”.
Según una investigación realizada por Reuters, Shein ha llegado a asegurar “falsamente” en su página web que las condiciones de sus fábricas estaban certificadas por organismos internacionales de estándares laborales. Actualmente únicamente aseguran en su página de “responsabilidad social” que “nunca, JAMÁS” participan en “trabajo infantil o trabajo forzoso”.
La propia marca afirmó en su primer Informe CSR que en el 83% de sus empresas proveedoras se quieren “acciones correctivas”, pero desde Public Eye han asegurado a infoLibre que Shein no ha tomado las medidas adecuadas para mejorar la situación.
Tampoco ofrecen cifras sobre sus ingresos. De hecho, negaron a Reuters esta información, afirmando que no divulgaban sus ingresos públicamente. Los analistas de esta agencia estiman que Shein ingresa 5.000 millones de dólares al año y que está valorada en 15.000 millones. Por otro lado, un informe recogido en medios de comunicación chinos asegura que en 2020 la empresa ganó casi 10.000 millones de dólares.
Shein también ha sido acusada en varias ocasiones de robar diseños, siendo varios los diseñadores, grupos de música o marcas de ropa las que han denunciado la venta de ellos sin su permiso. Sin embargo, esto tampoco ha tenido ninguna consecuencia para la empresa.
“Need your help”: el revuelo de las etiquetas se queda en nada
El último escándalo en el que se ha visto involucrada Shein ha estado relacionado con sus etiquetas. Se han colgado en las últimas semanas varios videos y fotografías en redes sociales donde algunos clientes mostraban cómo las etiquetas de diferentes prendas tenían mensajes como “Help” (“Ayuda”) o “Need your help” (“Necesito tu ayuda”).
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Han sido muchas las personas que han mostrado en TikTok o en Twitter estos mensajes. Sin embargo, Shein se ha pronunciado a través de su cuenta de TikTok oficial y mexicana, asegurando que se trata de un error semántico. Las frases de estas etiquetas estarían haciendo referencia a las instrucciones de lavado, puesto que la traducción completa podría ser “necesito su ayuda en el primer lavado con detergente suave para que la prenda quede suave” (Need your help washing with the soft detergent at the first time to make the goods softer).
Todo este revuelo comenzó después de que se hiciera viral un video de una joven que mostraba cómo en el embalaje de su pedido de Shein estaba escrita a mano la palabra “Help”. En el vídeo aseguraba que “los niños de Shein están pidiendo ayuda”.
A este primer video viral, la compañía contestó con un breve comentario: “Nos hemos dado cuenta de que este vídeo contiene información errónea sobre Shein, y queremos abordar las afirmaciones incorrectas. Por favor, envíenos un mensaje directo".
Es prácticamente imposible que si te gusta el mundo de la moda o usas a menudo las redes sociales no hayas oído hablar de Shein. Esta empresa de venta al por menor global de moda -según indican en su página web- tiene clientes en más de 150 países. El éxito de esta marca es evidente entre los jóvenes (y no tan jóvenes) de todo el mundo. En redes sociales el hashtag #shein tiene más de 29,8 billones de visitas en TikTok y más de 5,7 millones de publicaciones en Instagram.