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La trama ‘Gürtel’ se sienta por primera vez en el banquillo

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Sergi Tarín | Valencia

Llegaron para quedarse. Y para saquear. Los ángeles de la Gürtel aterrizaron en Valencia tras las elecciones generales de 2004. Aquí les recibió un apóstol, Francisco Camps, que libraba su batalla interna contra Eduardo Zaplana por el control interno del partido y necesitaba de sus propias estructuras de poder. Camps, permeable al halago, se encandiló con el don de gentes de Álvaro Pérez, el Bigotes, director de Orange Market, la empresa de la Gürtel en Valencia. Pérez se incrustó en los cimientos del Gobierno de Camps, en casi todas sus consejerías. Es más, se autoinoculó en el ADN del PP valenciano. Todo lo hacía Pérez, desde poner una silla, apartar a los fotógrafos al paso de Rajoy o redactar los contratos de adjudicación del stand de la Comunidad Valenciana en la Feria de Turismo (Fitur). Este último caso será el primero en juzgarse tras el preámbulo del conocido como caso de los trajes, en el que el propio Camps fue declarado no culpable en enero de 2012 por un jurado popular, quien no vio relación entre los regalos de la trama y el agujero en las arcas valencianas. Ni que tórridas expresiones de Camps a Pérez, como “amiguito del alma”, “te quiero un huevo” o “lo nuestro es muy bonito”, fueran una prueba de amistad.

El juicio a Fitur, con 38 tomos y más de 11.000 folios, comenzará el próximo martes y se alargará hasta el 8 de octubre. Además, es el primero en el que se juzgará a la cúpula de la trama: Francisco Correa, Pablo Crespo y Álvaro Pérez. En la parte valenciana se sentará en el banquillo la expresidenta de les Corts y exconsejera de Turismo, Milagrosa Martínez, conocida como La Perla, expresión que utilizaba habitualmente para dirigirse a sus interlocutores. Martínez declarará el 15 de mayo, en vísperas de las elecciones autonómicas. Por su parte, la cúpula de Gürtel lo hará el 17 y el 24 de abril. Entre los 105 testigos destacan Francisco Camps y Rafael Blasco, condenado por el TSJCV a 8 años de cárcel por el desvío de 1,6 millones de los fondos de Cooperación.

A continuación se exponen las principales claves del caso.

1. ¿Cuándo empezó la instrucción judicial?

El 25 de mayo de 2011, la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia Valenciano (TSJCV) aceptó la inhibición parcial de las actuaciones acordada por el entonces juez instructor de la Gürtel en Madrid, Antonio Pedreira. El tribunal valenciano asumió así la investigación a la cúpula del PP valenciano por sus relaciones con la trama de Correa. Por la diversidad, opacidad y cantidad de vasos comunicantes, la causa se dividió en seis piezas bajo la dirección del magistrado José Ceres, quien en diciembre de 2012 finalizó la instrucción del caso Fitur. En agosto de 2009, Ceres votó a favor de archivar la causa del caso de los trajes. En aquel tiempo, Ceres estaba considerado la mano de derecha del presidente del TSJCV, Juan Luis de la Rúa, a quien Camps consideraba “más que amigo”. La jubilación de De la Rúa y la llegada a la presidencia de Pilar de la Oliva, de un perfil discreto y mucho menos político, permitió aislar al tribunal de cualquier tipo de presión externa.

2. ¿Quiénes son los acusados?

La principal acusada es Milagrosa Martínez, expresidenta de les Corts y exconsejera de Turismo entre 2004 y 2007. Le sigue su sucesora en Turismo entre 2007 y 2009, Angélica Such. También está procesado Rafael Betoret, exjefe de Gabinete de Martínez y condenado por el caso de los trajes, ya que junto al que fuera vicepresidente del Consell, Víctor Campos, se declaró culpable de soborno en julio de 2011 para evitar sentarse en el banquillo. A la cúpula de la consejería le siguen los principales cargos de la Agencia Valenciana de Turismo: Isaac Vidal (exjefe de Mercado y Comunicación), Jorge Guarro (exjefe de Servicio de Promoción), Ana María Grau (excoordinadora de ferias) y Juan Bover (exjefe de Servicio de Infraestructuras Turísticas de la Generalitat). Asimismo también están acusados los principales líderes de la Gürtel: Francisco Correa, Pablo Crespo y Álvaro Pérez, el Bigotes. E Isabel Jordán (exadministradora de las empresas de la red), Mónica Magariños (exempleada de la Gürtel) y Cándido Herrero (exconsejero delegado de Orange Market).

3. ¿De qué se les acusa?

De prevaricación, malversación, tráfico de influencias y soborno. Según el escrito de la Fiscalía Anticorrupción, entre el 2005 y el 2009, la consejería de Turismo asignó a dedo a Orange Market y otras empresas satélites el diseño, montaje y desmontaje del pabellón de la Comunidad Valenciana en Fitur. Esto suma un monto global de 5 millones. En el caso concreto de 2005, la Policía y la Intervención General del Estado (IGE) señalan que el contrato público de adjudicación fue redactado por la propia Gürtel y la consejería lo adaptó a continuación, incluso con erratas. En este contrato se rebajó el peso económico de las propuestas, del 50% al 15%, y se sobrevaloraron cuestiones subjetivas como “la creatividad”. De no ser así, según la IGE, “Orange Market no solo no habría podido ser adjudicataria de contrato alguno, sino incluso ser admitida como empresa participante en el concurso, por carecer de la necesaria solvencia técnica”.

Además, la trama también pactó otros contratos con Turismo como un almuerzo en 2005 en Ifema que costó 149.000 euros, o el montaje en otras cuatro ferias: TCV Valencia, Expovacaciones Bilbao, STIC Barcelona e Intur Valladolid. Por último, Orange Market también fue adjudicataria en Exporural y con las conserjerías de Territorio e Infraestructuras para Fitur 2005.

4. ¿Qué penas pide la Fiscalía?

A Milagrosa Martínez le pide 11 años de cárcel y 34 de inhabilitación. A Angélica Such, 9 años de inhabilitación especial. A Rafael Betoret e Isaac Vidal, 11 años de prisión. A Jorge Guarro y Ana María Grau, 7 años de cárcel. Respecto a la cúpula de la Gürtel, la Fiscalía solicita 10 años de prisión para Francisco Correa y 11 años y medio para Pablo Crespo y Álvaro Pérez.

5. ¿Quién les juzga?

La Sala de lo Civil y Penal del TSJCV, presidida por Pilar de la Oliva. El ponente será Juan Climent, quien juzgó a Camps en el caso de los trajes. Y el tercer magistrado será Antonio Ferrer, promotor de la condena a Rafael Blasco.

El juicio debió iniciarse hace justo un año, pero la renuncia de Milagrosa Martínez a su escaño en les Corts el 21 de marzo de 2014 dejó la causa sin aforados y el TSJCV planteó trasladarla a la Audiencia Provincial de Valencia. Sin embargo, la Fiscalía Anticorrupción consideró “fraude de ley” la actuación de Martínez y presentó el 22 de abril un recurso de casación ante el Tribunal Supremo. El Alto Tribunal decidió a favor de Anticorrupción el 2 de diciembre y señaló que, en adelante, la competencia de un tribunal quedara determinada por el auto de apertura del juicio oral.

6. ¿Qué otras piezas de la Gürtel se investigan en Valencia?

La de Fitur (pieza 3) será la primera en juzgarse, pero existen cinco más con un total de 38 exaltos cargos de la administración valenciana afectados entre imputados, procesados y condenados.

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Las piezas 1, 2 y 6 se refieren a las presunta financiación ilegal del PP valenciano y sendos delitos electorales en los comicios de 2007 y 2008. Cinco políticos y 10 constructores están acusados de financiar irregularmente PP con al menos 2 millones.

Por otro lado, la pieza 5 juzgará la constelación de adjudicaciones ilícitas a la trama desde las consejerías de Presidencia, Sanidad, Bienestar Social y Cultura y Deporte cuando Francisco Camps presidía la Generalitat.

Finalmente, la pieza 4 se refiere a la sonorización de la visita del Papa a Valencia en julio de 2006, que Radio Televisión Valenciana adjudicó a la red corrupta por 7,4 millones. La Unidad de Delitos Fiscales (Udef) considera como elemento nuclear de aquella operación a Juan Cotino, expresidente de les Corts, mano derecha de Camps y último imputado en la Gürtel.

Llegaron para quedarse. Y para saquear. Los ángeles de la Gürtel aterrizaron en Valencia tras las elecciones generales de 2004. Aquí les recibió un apóstol, Francisco Camps, que libraba su batalla interna contra Eduardo Zaplana por el control interno del partido y necesitaba de sus propias estructuras de poder. Camps, permeable al halago, se encandiló con el don de gentes de Álvaro Pérez, el Bigotes, director de Orange Market, la empresa de la Gürtel en Valencia. Pérez se incrustó en los cimientos del Gobierno de Camps, en casi todas sus consejerías. Es más, se autoinoculó en el ADN del PP valenciano. Todo lo hacía Pérez, desde poner una silla, apartar a los fotógrafos al paso de Rajoy o redactar los contratos de adjudicación del stand de la Comunidad Valenciana en la Feria de Turismo (Fitur). Este último caso será el primero en juzgarse tras el preámbulo del conocido como caso de los trajes, en el que el propio Camps fue declarado no culpable en enero de 2012 por un jurado popular, quien no vio relación entre los regalos de la trama y el agujero en las arcas valencianas. Ni que tórridas expresiones de Camps a Pérez, como “amiguito del alma”, “te quiero un huevo” o “lo nuestro es muy bonito”, fueran una prueba de amistad.

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