El mayor de los Mossos d'Esquadra José Luis Trapero ha revelado en la Audiencia Nacional que, "como máximo responsable del cuerpo", se propuso para detener a Puigdemont en el caso de que recibieran "alguna orden que implicara la detención" si finalmente no se convocaban elecciones y se aprobaba la declaración. Todo ello lo habló el 24 de octubre de 2017 con sus máximos colaboradores, los comisarios Ferran López y Joan Carles Molinero. "Nuestra conclusión fue que como lo hicieran, éste era un hecho muy grave y recibiríamos esa orden. Por eso quisimos empezar a trabajar en un dispositivo y yo di alguna indicación o directriz", ha añadido.
Sin embargo, ha apuntado, López y Molinero no lo vieron conveniente, pues Trapero debía quedarse ejerciendo labores de coordinación y se ofrecieron a ser ellos los que llevaran a cabo el arresto. También acordaron, según el mayor, que serían los "máximos mandos del cuerpo" los que asumieran las detenciones de los consejeros.
Asimismo, hablaron de la posibilidad de que el Parlament fuese ocupado por la ciudadanía y de mantener el "sigilo" en lo que respecta a todo este dispositivo para que "no llegara a las personas afectadas" y acordaron nombrar a Ferran López como "interlocutor" con el órgano judicial que encargara las detenciones. Dos días después, este comisario, el que finalmente le sustituyó al frente de los Mossos tras la aplicación del 155, le informó de que el operativo ya estaba preparado.
Más importante la imagen del Govern
Como ya dijo como testigo en el juicio del Tribunal Supremo la pasada primavera, Trapero ha vuelto a contar que en dos ocasiones, unos días antes del referéndum ilegal del 1-O, trasladó a Puigdemont, el exvicepresidente Oriol Junqueras y el exconsejero Joaquim Forn la "preocupación" de la policía autonómica por los posibles riesgos para "el orden público y la seguridad ciudadana" que se planteaban para ese día.
También ha explicado que les comentó que la imagen de los Mossos d'Esquadra se podía ver afectada después de años tratando de mejorarla, a lo que Puigdemont contestó que "más importante que la imagen de la policía era la imagen del Govern". "Terminé la reunión, porque no me lo quería callar, diciendo: 'Espero, president, que no tengamos que lamentar una desgracia", ha destacado.
El mayor, alegando que salió muy "insatisfecho" de esta reunión, habló con sus máximos colaboradores y se plantearon hacer algún tipo de comunicado o rueda de prensa para posicionarse en contra de la celebración del referéndum por los riesgos que podía haber. Finalmente, lo descartaron: "Cosa que ahora, creo, lamentamos todos".
Tanteado para entrar en política
Trapero ha comentado que fue tanteado para entrar en política, lo cual ha descartado de plano, y que el actual presidente de la Generalitat, Quim Torra, quiso recuperarle para dirigir el cuerpo, ofrecimiento al que también se negó.
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Así lo ha relatado Trapero en respuesta a preguntas que le ha formulado su abogada, Olga Tubau, para demostrar que no se ha querido implicar en el proyecto del actual Gobierno catalán, ni desde su posición en la policía autonómica ni participando en política.
Sobre este último ofrecimiento, el mayor ha explicado que con él nunca contactaron directamente, sino que fue a través de su letrada, que recibió "alguna llamada", aunque no ha concretado de quién o de qué partido político. "Le dije que contestara que ni me llamaran", ha remarcado.
Y en cuanto a la oferta de volver a dirigir los Mossos d'Esquadra, después de haber sido apartado tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución, Trapero ha explicado que el president Torra y el conseller de Interior, Miquel Buch, le convocaron a una reunión en la que le hicieron formalemente el ofrecimiento, pero se negó.
El mayor de los Mossos d'Esquadra José Luis Trapero ha revelado en la Audiencia Nacional que, "como máximo responsable del cuerpo", se propuso para detener a Puigdemont en el caso de que recibieran "alguna orden que implicara la detención" si finalmente no se convocaban elecciones y se aprobaba la declaración. Todo ello lo habló el 24 de octubre de 2017 con sus máximos colaboradores, los comisarios Ferran López y Joan Carles Molinero. "Nuestra conclusión fue que como lo hicieran, éste era un hecho muy grave y recibiríamos esa orden. Por eso quisimos empezar a trabajar en un dispositivo y yo di alguna indicación o directriz", ha añadido.