La sostenibilidad, en un sentido estricto, es el aprovechamiento de cualquier tipo de recurso sin que su explotación sea incompatible con su tasa de renovación: lo contrario, la extracción y el uso sin tener en cuenta los límites –y las reacciones– del planeta, es la dinámica en la que anda inmerso el Norte global desde hace décadas. En un sentido amplio, es un sinónimo bastante acertado de lo que conocemos como vivir bien. El Observatorio de la Sostenibilidad (OS), coincidiendo con el Día Mundial de las Ciudades, ha publicado este miércoles un informe sobre la sostenibilidad en las urbes españolas en 2018: en definitiva, y en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), analizan si en las concentraciones urbanas españolas se vive o no bien, desde todos los ámbitos, y cómo podrían mejorarse sus dinámicas. Consulta aquí el informe completo.
El informe realiza una radiografía de las 52 capitales de provincia españolas utilizando 59 indicadores distribuidos en 26 temas y cuatro grandes bloques: económico, social, ambiental y de transparencia y cooperación. No se trata de un análisis subjetivo o partidista: el OS ha utilizado cifras y registros oficiales para dibujar el ranking. En el ámbito económico, por ejemplo, analiza la tasa de pobreza extrema, de desempleo, el número de empresas o la renta por hogar; en el social, la carestía en el acceso a la vivienda, la demografía, la tasa de criminalidad, el porcentaje de niños escolarizados o el tiempo medio de desplazamiento al trabajo, sin olvidar los indicadores de género; en el ambiental, el consumo de agua, las emisiones de gases contaminantes y la gestión de los residuos, entre otros factores.
La ganadora, en sostenibilidad general, es Vitoria, y las ciudades de Euskadi son, en líneas generales, las grandes vencedoras del informe: tras Madrid y Barcelona, aparecen Donostia y Bilbao como las siguientes en la tabla. Vitoria también encabeza el ranking de sostenibilidad socialranking, tras Soria, Ávila, Huesca y Logroño (urbes de pocos habitantes). En el aspecto económico, vencen, por este orden, Madrid, Bilbao, Barcelona, Vitoria y València; mientras que en sostenibilidad ambiental lo hacen Huesca, Vitoria, Almería, València y Cáceres. Por último, Donostia, Bilbao, Burgos y Logroño están en lo alto de la tabla en transparencia y cooperación.
Sin duda, para los resultados de Euskadi influye que se trata de una de las comunidades autónomas con mejores registros macroeconómicos, destacando la tasa de paro (una de las menores del país). "Las capitales del País Vasco, sin duda, poseen importantes ayudas en políticas sociales que las hacen atractivas como ciudades sostenibles", añade el Observatorio de la Sostenibilidad. En el caso especialmente exitoso de Vitoria, los investigadores destacan sus buenos datos en todos los bloques temáticos: solo destaca en la gestión ambiental, pero en el resto de indicadores, 59, nunca saca mala nota. En cuanto a Donostia, otra de las calificadas positivamente, "tiene la mayor renta por hogar, buenos resultados en pobreza y desigualdad, así como desempleo y mercado laboral: y lidera la lista en transparencia y cooperación", destaca el informe.
Puede sorprender la presencia de ciudades como Madrid y Barcelona en lo alto de la clasificación, habida cuenta de los problemas que afrontan: precio de la vivienda por las nubes, gentrificación y turistificación, carencias en movilidad relacionadas con una contaminación atmosférica elevada… sin embargo, los indicadores económicos tienen gran influencia en el resultado final. Hay más oportunidades, más movimiento, más tejido productivo. Sin embargo, en otros ámbitos suspenden y se quedan por debajo de otras urbes más pequeñas. "La carestía de la vivienda es uno de los principales problemas de las ciudades, especialmente entre las más grandes y de mayor renta. En este aspecto es muy llamativa la realidad de Barcelona, la ciudad más cara tanto en compra como en alquiler", recoge el documento, que eleva una cifra a paradigmática: la relación entre el alquiler medio y la renta media asciende a un "estratosférico" 61% en la ciudad condal.
El informe, en cuanto a movilidad, evidencia algo lógico: el uso del transporte público, relacionado con unos desplazamientos mucho más sostenibles, es característico de las ciudades pequeñas y medianas: en Madrid y Barcelona aún queda mucho camino por recorrer. "El porcentaje de desplazamientos habituales al trabajo en vehículo privado solo baja del 30% en una ciudad de las grandes: Barcelona. Madrid tiene 10 puntos porcentuales más, y puede tener algo que ver el precio": según el documento, la capital tiene el billete de transporte público más caro de todas las ciudades españolas.
En resumen, "todas las ciudades analizadas alanzan un nivel elevado de sostenibilidad" comparadas en el marco global, han iniciado acciones para implementar la Agenda 2030 y demuestran que no se trata de tener más recursos para gastar, sino de prioridades: "Entre las ciudades con mejores resultados se encuentran varias con presupuestos per cápita inferiores a la media", asegura el informe. Sin embargo, hay puntos negros. "El actual modelo ha causado el aumento de la pobreza, la precariedad laboral y la desigualdad en muchas áreas vulnerables en nuestras ciudades, que puede convertirse en crónica", afirman los investigadores del OS, que citan la desigualdad y la pobreza como los dos principales "desafíos" junto a los problemas ambientales.
Solo hay tres ciudades con menos de un 10% de paro y ningún análisis puede abstraerse de esa cifra. Y la calidad del aire sigue siendo un problema de salud pública en Madrid y Barcelona, "unido a la carencia de políticas de aumento de la biodiversidad y de reducción de residuos", así como el hecho de que prácticamente no queda un metro de costa en estas localidades sin urbanizar. Sin embargo, como reza el estudio del Observatorio de la Sostenibilidad, hay razones para el optimismo. "Las ciudades españolas concentran el mayor capital social acumulado del territorio de España. De ello resulta que las posibilidades de alcanzar los objetivos de la Agenda 2030 se juega en las ciudades" y su relación con un medioambiente sano y cuidado, reflejan. Las políticas locales tienen mucho que decir.
La sostenibilidad, en un sentido estricto, es el aprovechamiento de cualquier tipo de recurso sin que su explotación sea incompatible con su tasa de renovación: lo contrario, la extracción y el uso sin tener en cuenta los límites –y las reacciones– del planeta, es la dinámica en la que anda inmerso el Norte global desde hace décadas. En un sentido amplio, es un sinónimo bastante acertado de lo que conocemos como vivir bien. El Observatorio de la Sostenibilidad (OS), coincidiendo con el Día Mundial de las Ciudades, ha publicado este miércoles un informe sobre la sostenibilidad en las urbes españolas en 2018: en definitiva, y en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), analizan si en las concentraciones urbanas españolas se vive o no bien, desde todos los ámbitos, y cómo podrían mejorarse sus dinámicas. Consulta aquí el informe completo.